David Mclean

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De acuerdo, es mi turno de presentarme como Cedric e Ivy. Mi nombre es David McLean, tengo 22 años y amo a Cedric. ¿Qué, muy directo? Lo siento así soy. Desde que nací puedo ver personas que otros no pueden ver, al principio ignoré el hecho, pero aún así supe que no soy normal, mi madre también puede verlos, ella es quien me educó en ser un Médium. Tengo entendido que el deber de un Médium es ser el pasaje y mensajero de quienes están muertos y tienen asuntos pendientes, pero también hay fantasmas que se han quedado en este plano con el propósito de proteger a sus seres queridos. Ser un Médium nunca me había importado, era mamá quien cumplía sola con ese deber y ella lo disfruta, yo prefería vivir la vida que los fantasmas no pudieron. Disfrutar los placeres que el estar vivo me daba y más.

Hacía 3 semanas que me había mudado a Willow Creek desde Los Angeles, California. Nos mudamos por que mamá aceptó un trabajo que un fantasma le pidió, algo sobre su antigua casa y alguien viviendo ahí, creo. Los días después de la mudanza fueron entretenidos ya que pude familiarizarme con la ciudad, tengo que admitir que Willow Creek tiene muchos lugares interesantes para 'divertirme', hay varios bares, restaurantes, hoteles, etc. Pasé ya varias noches en ambos, los bares y los hoteles, pero al final todo era igual a cualquier otra ciudad, si has visto una entonces has visto todas. Para variar, salí a pasear antes de la media tarde, dejando que mis pensamientos viajen por si solos, mis manos en mis bolsillos y, miren, encontré una pluma, no recuerdo haberla puesto ahí pero ya que, de algo servirá. Cuando me di cuenta que ya no me movía más fue que miré el pequeño edificio al que llegué, una librería; ahora, no soy muy fan de los libros, pero no hace daño leer de vez en cuando, Rami me recomendó una serie de libros que llamó mi atención hace poco "Los grandes misterios de la historia" se llama, vale la pena buscarlo ya que estoy aquí.

Es una librería pequeña y al parecer lleva tiempo estando aquí, con una campana que suena en la puerta, pero la tienen un tanto moderna con cajas registradoras y computadores. Recorriendo el lugar en busca del libro me doy cuenta de que no hay muchos clientes y que el libro que busco no está por ningún lugar, bueno más suerte para la próxima. 

Vaya sorpresa, encontré el libro que buscaba, estaba en la cima de una torre de libros me pregunto si serán de alguien. Pero si no hay nadie cerca de ellos, el se que duerme, pierde. 

Iba a irme cuando alguien tomó mi brazo y me llamó, al darme la vuelta vi que era un chico unos años más joven y mucho más bajo que yo, aunque no es sorpresa ya que yo mido entre 1.85 o 1.87 m. creo, el punto es que soy alto; lo que vi fue su cabello castaño claro y al parecer es largo pero lo tiene en una coleta, eso hasta que volteó hacia arriba y pude ver su rostro algo aniñado, con ojos color miel con un poco de toques verdes, tiene mejillas sonrosadas en una piel algo tostada, usa un suéter azul aqua con jeans, se nota que apenas ha salido de la pubertad, es lindo y da un aura inocente, me puedo divertir con él aprovechando que estoy aburrido.

Al parecer él es el dueño de la pila, ¿Cómo se los iba a llevar todos si es tan pequeño? Bueno, no es mi problema. No pensaba darle el libro todavía, se ve muy lindo cuando no le dan algo que quiere, pero por ahora lo voy a dejar creer que me compraré el libro. Fuí a hacer fila en la de servicio propio, pienso comprárselo, sabía que la pluma me iba a ser útil. Puse mi nombre y mi número para que él me llamara luego ya que estará agradecido por que le regale el libro.

Mi plan iba de maravilla hasta que de un momento a otro no pude sentir el libro en mis manos y una risa femenina llenara el lugar, pensé en decirle a la chica que dejara el libro en paz cuando al darme la vuelta solo pude ver al chico al que le quité el libro en un principio irse de la tienda a toda velocidad. La risa seguía sonando y volteé a ver a una chica sujetándose el estómago, ella parecería normal de no ser por su piel muy blanca, incluso más que yo, y cabello rubio muy, muy claro, aparte del hecho de que está flotando, fuera de eso, una chica anormalmente blanca como yo; pero se distinguir de un fantasma a una persona viva en un abrir y cerrar de ojos, ella a estado muerta desde hace mucho tiempo de acuerdo al blanco vestido antiguo que usó el día que murió. Al parecer a notado que la estoy mirando y eso la sorprendó, a juzgar por la mirada violeta pálido, que en sus días debieron ser color azul. Antes de poder reaccionar ella había atravesado la pared y se fue.

La vuelta a casa fue aburrida, lo bueno es que vivo cerca al parecer, al llegar mamá estaba ahí pero se estaba preparando para salir; verán, mamá tiene el buen corazón de ayudar al necesitado y cada que se encuentra con un fantasma lo decide ayudar, a veces bromeo en que prácticamente está exterminando a los fantasmas de nuestro mundo. Cuando ella se despidió con un beso en mi mejilla como siempre, fui a mi habitación y tomé una siesta.
Mi teléfono suena, ¿Cuanto habré dormido?, mi curiosidad me despertó mas al ver que el número no tenía identificador, puede ser el chico de hoy, ¿Ayer? No, esperen la fecha marca que aún es hoy y no mañana. Aclaro mi voz para hacerla sonar mas seductora y contesto.

-¿Hola?

-¿¡Eres estúpido o idiota!?- fue lo único que escuché ya que mi oído fue lastimado, tuve que poner el teléfono lejos de mí y aún así escuché todos los insultos que el pequeño me daba

¿Cómo es que un chico tan lindo sabe tantas formas de maldecir? De inocente no tiene el vocabulario, pero así me ha sorprendido, parece que él no es lo primero que vez. Cuando término de hablar esperé unos segundos más por si acaso continúa gritándome.

-¿Terminaste?- pregunté tentativamente mientras una sonrisa seductora estaba en mis labios, al no escuchar nada más que sus intentos por recobrar el aliento hablé de nuevo- ahora que me has llamado- una risa grave para acentuar su líbido un poco, para mí es ya una segunda naturaleza el ser seductor- ya tengo tu número y también puedo pedirte una cita.

Lo escuché tartamudear y lo imaginé sonrojado por todo su rostro, esto será más fácil de lo que creí.

Me rechazó. Y después colgó.

Unos minutos en shock después y mi risa se escuchaba por toda la habitación, cada esquina y lugar obscuro recibió el sonido. Este chico es de lo mejor.

Guardé su número con el nombre "Proyecto: Librería"

Me entretendré con el pequeño un fin de semana, una semana entera si es divertido, no va a durar mucho. Igual que siempre.

Quién me hubiera dicho lo equivocado de estaba.

Memorias InquietasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora