BUNKER: El Misterio Del Nuevo Mundo

CAPITULO [2]: Antes Del Amanecer

El rostro de Eliot se encontraba tan tensó que si fuera una cama y hubiese tirado una moneda sobre ella, la moneda hubiese rebotado. Es una pésima apología para un momento como este pero si voy a morir prefiero que sea así, siendo nerd como lo fui desde el día uno de mi existencia.

El lestrigon sacudió sus cuchillos tan cerca del rostro de Eliot que no me sorprendería que tuviera unos pequeños cortes sobre la nariz y los pómulos, luego ingreso un par de pasos al elevador y olfateo el lugar completo sin hacer ningún otro movimiento. A nosotros ni un solo músculo se nos movió mientras todo eso sucedía.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no nos mata de una vez? —Pensé.

El lestrigon retrocedió y golpeó sus puños metálicos contra las paredes del elevador, que se estremeció y provocó un par de dientes apretados entre los que estábamos detrás de Eliot.

Segundos después se unió al los demás lestrigones y continuo su recorrido por otros sectores de la bodega, Tom muy suavemente volvió a juntar las compuertas del elevador y me volvió el alma al cuerpo, bueno supongo que a todos.

—¿Qué mierda paso aquí? —Susurró Andy.
—Son ciegos —Le respondió Eliot.
—Y estúpidos —Agregó Ann en otro susurro.

Mantuvimos el silencio un par de minutos hasta que la radio satelital del oficial volvió a sonar.

—Aquí Mayers, ¿Agente Rodríguez me copia? —Resonó por sobre el ruido de los cuchillos de los lestrigones.
—Aquí Rodríguez, le copio —Respondió el agente a cargo del grupo.
—Diríjase al centro de entrenamiento, civiles reportaron nuevos datos y los rebeldes están planeando venir hasta aquí —Le ordenó la voz que nuevamente se presentó como Mayers.

—Maldito Adam —Soltó el agente Rodríguez.
—Tu deberías estar a cargo de todo y no ese imbecil —Le comento otro agente.
—Parece que nuestro antiguo amigo Adam esta a cargo de encontrarnos —Dijo Tom.
—Por eso no me calzaba su voz con la de Mayers —Añadí, siempre susurrando.

Los agentes se ubicaron en las escaleras que se encontraban al ingreso de la bodega y reagruparon a los lestrigones que aún se mantenían dentro de la bodega destrozando todo lo que podían. Una vez estuvieron todos fuera subieron las escaleras con un ruido infernal.

—Definitivamente esos cuchillos serán mi peor pesadilla durante mucho tiempo —Pensé.
—Creo que ya se fueron ¿podemos salir? —Pregunto Victoria —Nesecito tomar aire.
—Dame un segundo para revisar y estar seguro —Respondió Eliot.

Abrí muy lentamente las compuertas del elevador para que Eliot pudiese salir a revisar el lugar. Una vez fuera fue directo por su arma y cuando estuvo seguro nos hizo una seña para salir.

—Que desastre, malditos bichos —Dijo Ann mientras apuntaba su linterna en diferentes direcciones.
—De todos modos ya no podemos seguir aquí, ya conocen este lugar —Nos dijo Tom.
—Pero si registraron todo —Intervino Andy.
—De todas formas, pueden volver en cualquier momento —Le respondió Tom.

Mientras registrabamos lo que quedaba de nuestro hogar por la misma escalera por donde subieron los agentes y los lestrigones se escuchó la voz de un joven.

—Maldita sea, que Gabriel esto, que Gabriel lo otro —Se escuchaba mientras bajaba los escalones iluminado por una luz roja de vengala que poco a poco comenzaba a inundar la bodega.

Tom miro a Eliot y en un abrir y cerrar de ojos ambos apuntaron hacia la escalera y como nadie tuvo tiempo de esconderse, nos quedamos quietos y observando hacia el ingreso.

—Quedate exactamente donde estas —Le dijo Eliot en un tono muy calmado justo cuando el agente asomaba por la entrada de la bodega, siempre apuntandolo con su arma.
—Tra-Tran-quilo amigo —Contestó y aunque le costó un poco entender lo que pasaba, finalmente se quedo inmóvil sin soltar la vengala.
—Si intentas lo que sea te mato —Sentenció Eliot y supongo que el agente le creyó por que lo vi asentir muy rápidamente.