Eternos //Deidara X Tu// {Editando}

2: Buenas Noches Sasuke... (editado)

Cuando era chiquita siempre tenía la necesidad de saber todo. Supongo que esa curiosidad fue lo que me hizo seguir la sombra que se encontraba allí. No sabría decir con exactitud cuánto habré corrido, perdí la cuenta en cuanto reconocí (o creí reconocer) la cabellera rubia que se movía entre el follaje.

De un momento a otro la figura se detuvo en un claro y entonces el aire dejó de entrar por mis pulmones.

-¿A caso te gusto que me sigues tanto? -preguntó con una sonrisa de lado muy arrogante.

Deidara Sakuhin. No podía equivocarme, era él sin duda. ¿Quien más tendría ese pelo rubio y largo y esos hermosos ojos celestes?

El chico de los exámenes Chunnin, mí primer amor. El mismo verano en persona nos había vuelto a juntar, como algo que debía hacerse.

Definitivamente debía ser así...

Pero entonces lo vi más claro... era un Akatsuki.

Algo parecido a la decepción serpenteó por mí pecho. Como una culebra venenosa dispuesta a clavar sus dientes para que vuelva a la realidad a base de algo tan crudo como el dolor. Volví a la compostura natural en mí, mi voz salió dulce, como siempre, en contra de todo lo que quería: sonar dura, como la Ambu que soy.

-No, dado que estas en zona de La Hoja y que eres un enemigo potencial lo normal es que te siga. -Deidara me miró de nuevo y me examinó de arriba abajo frunciendo el entrecejo. Luego volvió a colocar su sonrisa arrogante.

-___ Uchiha ¿Me equivoco?

Abrí los ojos de par en par. Una explosión de emociones que revolucionaron hasta la más inactiva de mis hormonas se hizo presente. «Él se acuerda de mi...» fue lo único que llegué a pensar y me alegré de no decirlo en voz alta.

-Para ser una ninja Ambu dejas ver muy bien tus emociones. -«Por algo usamos máscaras... » aún así me decepcioné de mí debilidad. Carraspeé.

-Veo que te acuerdas de mí. -mi sonrisa se hizo presente. Luego de tantos años me volvía a encontrar con él. Mí corazón me hizo acordar de esos lindos sentimientos infantiles e inocentes que en ese entonces había adquirido. Tuve que morderme el interior de la mejilla para retener mí sonrisa, a pesar de que me gustase esos recuerdos tan cálidos, no parecía ser así de su parte, se veía tan distinto, con una aura oscura con ansias de sangre y problemas.

Rió secamente, luego agregó: -¿Como olvidarme...? -pareció retener algo y tuve que enfocar bien mí vista para asegurarme de que su rostro no había obtenido un pequeño tono rosa.

Repentinamente se escuchó a alguien gritando el nombre de Deidara a lo lejos. Se hizo el silencio después de eso. Nos quedamos mirando directamente a los ojos, hasta que me sonrió tiernamente.

-¿No quieres ser mía? -la sorpresa fue tal que solo alcancé a abrir levemente la boca. Él amplió más la sonrisa. -Tan linda.

Tragué saliva, sin saber qué decir: -Gracias. -salió de mí boca. Qué él me lo dijera se sentía tan bien, mí pecho estaba sufriendo un subidón de emociones que no se tranquilizaban.

-¿Gracias? -me miró de manera dulce. Esa aura que lo rodeaba, tan oscura y mala, desapareció por un momento, parecía que estaba viendo a ese niño de once años una vez más. -¿Vendrás conmigo? -levanté las cejas, sin poder decirle no, porque quería decirle que sí.

Otra vez se escuchó la voz que lo llamaba. Él vaciló, viendo si se quedaba un tiempo más o si se debía ir. Parecía tener una increíble lucha interna. Suspiró frustrado. Finalmente se despidió con un asentimiento y en vez de seguirlo mis pies se quedaron clavados allí, sin hacer nada más que mirar cómo esa cabellera rubia desaparecía al adentrase más en el bosque.