Eternos //Deidara X Tu// {Editando}

Especial 2.

Siento que mi vida podría haber ido mejor...

Aún, estando felizmente casada con él, me sigo preguntado qué hubiera sucedido si no lo habría entregado...

Quisiera volver al pasado para cambiarlo, pero solo puedo recordarlo...

Especial 2: "El Hilo Rojo Cortado" (Prepárencé para llorar, maldit@s >:D)

Ese día no sé cuánto habré corrido, perdí la cuenta. Había reconocido automáticamente la túnica Akatsuki y avisé mi posición para que vinieran refuerzos. Poco me importó saber de qué Akatsuki se trataba, solo quería capturarlo porque era mi deber y ya.

 De un momento a otro la figura se detiene en un claro y entonces el aire deja de entrar por mis pulmones.  

Deidara Sakuhin...

Ya era tarde, no podía hacer nada para salvarlo. 

Él había sido mi primer amor y yo acababa de condenarlo.

Yo: Perdón... -salió de mis labios sin darme cuenta. Las lágrimas brotaron de mis ojos y él quedó estupefacto. 

Sin entender lo que mis ojos trataban de decirle, porque mi boca no podía "Corre"

Dei: ¿___ Uchiha? -y entonces sucedió. Los Anbus lo acorralaron por sorpresa y él no pudo reacciónar por el shock.

Sus ojos me penetraban, sentía millones de punzadas, de cuchillas que atravesaban mi pecho. 

Frunció el ceño, y comprendí que fui marcada por su odio.

Ibiki-Sensei me pidió estar presente en el momento de su tortura para quitarle información. Cada cosa que le hacían parecía que me sucedía a mí.

En cuanto se fue de la sala, me quedé sola con él.

Dei: No me sientas lástima... -musitó como pudo. -No es como si hubiera esperado algo de ti, ¿sabes? -escupió sangre y no pude mirarlo más a los ojos. -Es... es normal que seas mi enemiga y que hayas avisado a...

Yo: Si hubiera sabido que eras tu no hubiera hecho nada. -le corté. Abrió los ojos sorprendido, pero automáticamente hizo un gesto de dolor. Volvió su vista hacia mí. 

Yo ya estaba en la puerta, arrepentida.

Yo: Solo... solo di lo que sabes y yo me encargaré de que salgas de aquí con vida...

Dei: Antes muerto... -musitó con rabia.

Sentí como si me hubieran clavado una estaca, me quedé si aire. Deidara realmente podría morir. Y lo peor... él estaba dispuesto...

Salí antes de que me viera llorar.

Yo: Deidara... lo siento tanto... -y así me fui a mi casa, sin embargo no pude dormir.

~~~

 Ibiki-Sensei decidió que me encargara de otras misiones. Pero sabía que trataba de apartarme del día en que Deidara muriera.

Un día, tratando de olvidarme y despejar mi mente, choqué con un chico pelirrojo. Era un poquito más bajo que yo.

Yo: Lo siento... -susurré. Ya parecía que se hacía costumbre esa palabra en mi boca.

Él solo frunció el ceño y me recordó a Deidara una vez más. Me lo quedé mirando a los ojos, durante más tiempo del que podría ser normal.

X: ¿Qué me miras tanto? -entonces reaccioné.

Yo: Perdón, no estoy en este mundo ahora mismo. -suspiré hondo y miré al cielo. -¿Nunca te sucedió que crees ser el motivo por el que todos sufren a tu alrededor? -cuando bajé la vista el chico parecía tener una pelea interna. -Perdóname, solo te estoy molestando con mis problemas... -me di la vuelta, pero me tomó del brazo.