9. ¿Para qué esperar tiempo?

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—Métela, más adentro.

—No cabe, está muy grande.

—¿Cómo qué no cabe? Está bien que este grande pero el bote de helado es más grande —le digo obvia a Dean.

—Mejor voy por otra cuchara más chiquita, porque la mía no cabe.

Sí, lo sé. ¿No qué lo quería correr del departamento? Pues al principio lo quería correr pero me di cuenta que es un buen chico, además es muy guapo y el poco tiempo que ha estado aquí me ha hecho reír a morir.

¿Pueden creer que casi me hago pipí con unas de sus ocurrencias? Pues créanlo. Tuve que correr directo al baño, por poco no llego... pero llegue, sana y seca. Ahora estamos comiendo helado. ¡Me soborna con helado! Y claro, como yo no puedo resistirme.

—¿Jugamos a algo? —pregunta.

—¿A qué? —llevo una cucharada de helado a mi boca.

—Vamos a saltar. —lo volteo a ver, está sonriendo.

—¿A saltar? ¿Dónde?

Está más claro que el agua que yo no puedo saltar en mi estado, pero no le puedo decir que no puedo porque estoy embarazada.

—En la cama —deja el bote de helado en la mesita de centro.

—¿Estás loco? — río tratando de ocultar mi nerviosismo.

—Aburrido que es otra cosa.

—No puedo —susurro bajito.

—¿Por qué?

— Estoy...

—¿Estás...? —de repente abre sus ojos más de lo normal. Ay no, ya sé imagino que estoy embarazada —. Oh... estás en tu periodo.—dice nervioso.

Trato de no soltar una carcajada, está bien que piense eso. Lo prefiero a que se imagine que estoy embarazada.

—Sí, es eso —hago una mueca fingida—. Y la verdad no puedo brincar porque se me sale la sangre.

Él traga saliva nervioso, ¿qué? Yo solo trataba de no hacer tan tenso el asunto, creo que lo empeore. Es de mí tensar las cosas.

Carraspea y me extiende el bote de helado de nuevo: —¿Quieres más helado?

KEIDAN'S POV.

Ir o no ir.

He aquí el dilema. Creo que debería de esperar un poco más de tiempo. Aunque, ¿para qué esperar tiempo? Si puedo ir ahora mismo a hablar con ella, contarle lo que paso, que me saque a chanclazos, y sí está embarazada, ella me venga a pedir perdón por el chanclazo, escobazo o zapatazo que me haya dado, para así vivir felices por siempre con él bebé. A veces mi imaginación se echa a volar por si sola.

Aunque, hay un problema...

—Amor, ¿por qué me dejaste botada en la cafetería? Tuve que tomar un asqueroso taxi para llegar aquí a salvo.—chilla en cuanto entro a mi departamento.

Sí, ese es el problema. Sharon, era el problema.

¿Y cómo rayos tiene las llaves de mi departamento? ¿Será que una vez las perdí, ella las traía y saco copias? Sí, creo que es eso.

La verdad Sharon no me gusta, mamá me convenció de andar con ella, según que porque estaba muy enamorada de mí. A veces quisiera aventarla al bote de basura, su voz chillona no la tolero y su comportamiento menos, si tuviera un bozal en la boca todo estaría mejor. A veces creo que es muy Psicópata conmigo, no deja que casi nadie se me acerque. Me hostiga un poco, que digo poco, mucho.

¿¡Qué es esto en mi barriga!? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora