La Nerd más Bonita (Pausada)

Capítulo 9

Otro nuevo día comienza. Me desperté alrededor de las 8:30 de la mañana ya hoy era Sábado, por lo que tenía el día libre. Me levanté de la cama y me desperecé mientras me estiraba un poco. Me dirigí al baño y me di una relajante ducha durante un buen rato. De verdad que me encantaba las duchas.

Una vez fuera, me puse un vestido de flores color azul que encontré en mi armario. Hace tiempo que no me lo colocaba. Fui a mi tocador y con ayuda de mi peine me hice una cola de caballo alta. Tomé mis lentes y me calce mis baletas plateadas favoritas. Ya me encontraba lista.

Una vez aseada, salí de mi habitación y me encamine a la planta baja.

— Buenos días mamá — La salude una vez entre a la cocina.

— Hola cariño, buenos días — Dice con su cálida sonrisa como siempre — Ten, ya serví tu desayuno. Ve a la mesa que ya te acompaño en un momento.

— Gracias — Indique mientras recibía el plato y me dirigía al comedor como me indicó.

Una vez tome asiento, comencé a comer los huevos revueltos con tocino que mi madre había preparado. ¡Está delicioso! Al cabo de dos minutos, mi madre me acompañó a la mesa.

— ¿Qué tal la escuela hija? — Pregunta al cabo de unos segundos de estar en silencio.

— Bien mamá, no hay nada nuevo que contar.

— ¿Estás segura? — Insiste y me dirige la mirada — ¿Nada nuevo que te haya sucedido estos días?

Luego de meditarlo un buen rato, decidí mencionarlo.

— Conocí a alguien... Interesante — Pude sentir como se me asomaba una pequeña sonrisa. Me lleve un pedazo de pan con mantequilla a la boca.

— Así que interesante eh — Lo dice de una forma bastante... Incómoda — ¿Y cómo se llama?

— Su nombre es Maicol — Mencioné a la vez que desviaba mi mirada nuevamente a mi desayuno.

— Oh, así que es un chico — Estoy segura de que ya lo sabías cuando mencione "alguien interesante" — ¿Y él te trata como te mereces?

Esta conversación ya se estaba poniendo cada vez más rara.

— ¿A qué te refieres mamá?

— Pues, no quiero que un posible futuro yerno no te este tratando como es debido.

Gracias a su comentario, ahora siento como mi cara se empieza a ruborizar. Afortunadamente todavía seguía con la mirada en mi desayuno.

— ¡Mamá! — Chille — No es nada como eso — Esta vez sí decidí mirarla — Solo somos amigos.

— Bueno, uno nunca sabe qué cosas pueden pasar — Manifiesta mientras soltaba una pequeña risa.

Dios, esto si que es vergonzoso. Yo solo, seguí comiendo para poder poner fin a esta extraña plática.

— Oh vaya mira la hora, tengo que irme ya — Termina lo último que quedaba en su plato y se levanta.

— ¿Tan pronto?

Escuché como dejaba su plato en el lavaplatos y prontamente volvía a estar en mi campo de visión.

— Un cliente quiere que llegue temprano para así mirar los detalles de cómo quiere decorar su casa — Empieza a recoger su cosas que se encontraba en la estancia — Y ya voy tarde, así que tengo que salir ahora.

— Oh, comprendo.

Termina de organizar su bolso en su hombro antes de dirigirse a mi.

— Ya me voy cariño — Dice a la vez que me besa la frente — Te prometo que mañana tendremos un buen día en familia.

— Está bien mamá.

Me regala una última sonrisa y parte a su trabajo. Una vez termine de desayunar, recogí mi plato y lave los trastes antes de subir a mi cuarto. Una vez allí, mire mi celular y note que tenía un nuevo mensaje de un número desconocido.

"Hola, ¿habló con la chica más hermosa del mundo?"

¿Quién era esta persona?, ¿será que está equivocado?

"Disculpa pero, ¿quién eres?"

"¿A qué no adivinas?"

Pues no, lastimosamente no adivino.

Al cabo de unos segundos llega otro mensaje.

"Soy yo, Maicol"

¡Oh por Dios! ¿Maicol?, ¿cómo se supone que consiguió mi número?

"Oh eso es una sorpresa, ¿cómo conseguiste mi número?"

"Tengo mis contactos, no te preocupes"

Creo que sí debería de preocuparme, ya que a saber qué "contactos" tiene para que haya conseguido mi teléfono así de rápido.

"Claro... Voy a hacer como que te creo, ¿vale?"

"Jajajaja, que linda eres"

No pude evitar sonrojarme al leer ese mensaje.

"Oye (tn), ¿estás libre en este momento?, quisiera invitarte a comer un helado"

¿Esto es en serio?, ¿cómo si fuera una cita? Inmediatamente sacó esa idea descabellada de mi mente. Sin demora, conteste su mensaje.

"Claro, no veo por qué no"

"Genial, paso por ti en 20 minutos, ¿está bien?"

"Esta bien, nos vemos en un rato"

"Hasta en un rato, bella dama"

Creo que este chico me va a volver loca. Una vez termina la conversación, me recuesto sobre mi cama sin poder evitar suspirar, nunca pensé que consideraría a Maicol Espinosa como alguien muy lindo, siento que realmente detrás de esa fachada y reputación, se encuentra alguien totalmente diferente. Creo que me agrada la idea de poder conocerlo mucho mejor ahora que tengo la oportunidad.

Saliendo de mis pensamientos, me levanté de la cama y me mire al espejo para organizarme unos pelos rebeldes que se alcanzaban a divisar, además de que me puso algo de brillo labial y un poco de perfume. Busque un pequeño bolso y en él, guarde mi celular y las llaves, además de un poco de dinero por si hace falta. Una vez lista, baje a la estancia y me senté en uno de los sillones a esperar a Maicol. Mientras tanto, prendí un momento la televisión, y comencé a ver un programa de concurso que se veía interesante.

Una vez pasó un buen rato, se escuchó como alguien tocaba el timbre. Debe de ser él.

Abrí la puerta y una vez nos vimos a los ojos, una linda sonrisa asomó por sus labios. Por instinto, también sonreí.

— Vaya, te ves muy linda (tn) — Menciona todavía sonriente.

— Hola, muchas gracias — Estoy segura de que me acabo de sonrojar un poco.

Maicol, se rió por un momento.

— Pero te ves más linda cuando te sonrojas — ¡Oh por Dios!, ¿es tan evidente?, si sentí que me sonroje, pero no pensé que tanto para notarlo. Apuesta a que ahora, me encuentro más sonrojada que antes. Rápidamente baje mi mirada para que no me viera, pero él rápidamente con su mano toma mi mentón y me alza la vista. Nos quedamos embelesados mirándonos el uno al rato durante un par de largos segundos.

— ¿Nos vamos? — Cuestiona al fin dando por terminado el silencio.

— Claro — Digo mientras asiento tímidamente. Todavía se encontraba cerca.

Una vez se separa un poco, cierro la puerta de mi casa y partimos a la heladería más cerca del vecindario.