« Capítulo Tres »

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Aurel se dirigió a la cocina con una sonrisa cínica dibujada en la cara.

Abrió armarios diferentes cogiendo toda la vajilla que poseía. En su mente se trazaban líneas y curvas, ideando la manera de jugar y no perder.

Con una pila de platos y vasos en las manos, empezó la primera parte del plan.

Se posicionó debajo de las escaleras, y cuando se aseguró de que la casa estaba sumida en un silencio sepulcral, cogió el primer plato y lo lanzó contra la pared.

Se apartó con la suficiente rapidez para no cortarse, para después adentrarse en el salón*. Estando allí, adaptó las orejas de monstruo y las piernas de este, que le proporcionaban mejor oído del que ya tenía y una mayor velocidad.

Se arrimó a la pared que comunicaba con el pasillo y esperó. Al poco, escuchó como la escalera chirriaba, lo que quería decir que Brisa estaba bajando al piso inferior alertada por los ruidos, tal y como había predicho Aurel.

- ¿Aurel? - Escuchó la temerosa voz de la chica, dándole la señal para continuar.

Cogió otro plato y, esta vez, lo dejó caer al suelo. Seguidamente, salió corriendo por la puerta que comunicaba con el comedor*, para después repetir la acción de antes y pegarse a la pared.

- ¿Aurel? ¿Eres tu? - Preguntaba la pobre chica entrando al salón.

¿El ruido no puede provocarse solo, verdad? - Pensaba ella atemorizada.

Contestando a su pregunta, escuchó otra vez el ruido de algo chocando en la sala conjunta a donde ella estaba, haciéndole pegar un bote hacia atrás.

Aurel reprimía las carcajadas mientras corría para adentrarse en la cocina. Todo estaba saliendo tal y como él había imaginado.

- ¿Aurel? - Volvía a insistir la muchacha con su voz teñida de temor - Esto no tiene gracia.

Sí, sí la tenía. Pero no para ella.

Aurel esta vez, agarró dos platos de su pila y esperó a que la chica se acercara un poco más a donde él estaba. Cuando escuchó el leve sonido de las pisadas, dejó caer uno de ellos, pero sin embargo, se mantuvo en su sitio. Cuando las pisadas eran perceptibles hasta por el oído humano, lanzó el otro plato contra la pared.

Brisa dejó salir el grito que llevaba reteniendo desde que todo esto había empezado. Ese segundo ruido había sucedido más rápido de lo que debería. Atemorizada, corrió de vuelta a su habitación, sin querer saber nada más de lo que estaba sucediendo.

Por otro lado, Aurel dejó escapar una leve carcajada cuando escuchó la escalera chirriando de nuevo. Predecía que había vuelto a su habitación, donde sabía que se sentiría más protegida.

Cogió los vasos, ya que ya no le quedaban más platos de esa vajilla, y subió las escaleras lentamente, asegurándose de no hacer ningún ruido.

Cuando llegó a la habitación de la chica, lanzó un vaso contra la pared, a milímetros de la puerta.

También podría haber lanzado el vaso contra la puerta, pero corría el riesgo de romperla y que ella lo descubriera.

Se metió en la habitación de enfrente, asegurando de que se oyera la puerta abriéndose y cerrándose.

Adaptó sus manos humanas a las de monstruo, y escaló hasta el techo, usando las garras. Una vez allí, esperó.

Brisa salió de su habitación con las piernas temblando, para después acercarse a la habitación de delante y penetrar en ella.

Él observó como la muchacha abría todos los armarios con un grave problema en el pulso. Cuando los hubo abierto, se agachó para mirar debajo de la cama y, en ese momento él entró en acción.

Saltó detrás de ella, formando un gran estruendo y provocando un chillido de la chica, que permaneció allí, quieta pero temblando, y no era de frío.

Aurel no aguantó más. Una carcajada emanó del final de su garganta, seguida de risas burlonas.

Ella se puso en pie poco a poco. Seguidamente se dio la vuelta quedando cara a cara con aquel irritable ser.

- Eres, eres... - Brisa se negó a llamarle monstruo, porqué sabía que él no era como ellos, que él era diferente, o eso quiso pensar. - ¡Estás siendo un monstruo! - Le recriminó.

El chico solo pudo seguir riendo divertido por la cara de pura indignación de la muchacha.

Cuando se calmó, volvió todas las partes de su cuerpo transformadas a su normalidad.

- ¿Qué hacías buscando ahí? - Cuestionó él señalando los armarios y la cama.

- ¡Los monstruos se esconden ahí! No escalan techos, se esconden. - Le echó ella en cara.

- ¡Oh, venga! - Exclamó él burlón - ¿Hace cuánto no te leen un cuento? ¿Doscientos años?

- Los monstruos siempre se esconden en los armarios... - Aurel la interrumpió.

- Se pasa mucha calor.

- ...y debajo de la cama.

- Nos manchamos enteros. - Explicó él con una lógica inexistente para Brisa. - Si vas a querer sobrevivir en un mundo de monstruos, tendrás que aprender a pensar como ellos.

- ¿Sobrevivir? ¿A caso no vas a...? - Dejó la frase en el aire, no siendo capaz de terminarla.

- ¿Matarte? - Sugirió él - No, no lo voy a hacer. Si hubiera querido tener una buena cena, hubiera escogido a alguien con más carne que tu. - La recorrió con la mirada de arriba a abajo, sin perderse detalle - Pero sí que vas a tener que hacer todo lo que yo te diga, sin peros.

Ella asintió varias veces, lentamente. Sabía que él no era como los demás, pero aún así no dejaba de ser uno de ellos.

- ¿Y qué voy a tener que hacer?

- De momento, no te voy a decir el objetivo verdadero de tu estadía en esta casa. Aún así, hasta que eso pase, vas a tener que pensar como un monstruo. - Dijo Aurel dándole unos golpecitos en la frente con su dedo índice. - Si intentas escaparte, ellos te encontraran. Y entonces, los dos estaremos muertos, así que abstente de tu instinto humano que te pide que huyas, y hazme caso a todo lo que te diga.

- De acuerdo. - Respondió ella suavemente con el miedo y la adrenalina corriéndole por las venas. - ¿Vas a protegerme?

Aurel se encaminó a la puerta, y salió de la habitación sin dignarse a mirar a la chica a la cara.

- Lo intentaré.

Hola:3
Capítulo en 4 días, no está mal ee
Pero, lamentándolo mucho, tengo una mala noticia:
Ha empezado el instituto, sí, lo sé, es un palo, pero es lo que hay. Y que haya clase significa que tardare más en subir.
No tardaré 1 mes, pero si unos 15 días máximo.
Y si no he subido en 15 días, recordármelo en el tablero y os compensaré con 2 capítulos seguidos y uno de ellos dedicado a quien me lo haya recordado:3
Porqué también, soy persona y se me pueden olvidar las cosas. Aunque no lo creáis.
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Un chispazo,
Chispiitas46

Siendo Un MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora