Que me quieres decir - Mariali

CAP. 4

POV Lali

Mariano ya tiene que estar al llegar, así que me miré por última vez en el espejo y acomodé mi pollera. ¿Por qué me importa tanto como me veo? me pregunté a mi misma, "porque te gusta" me contestó mi subconciente, el timbre sonó y sacudí mi cabeza evadiendo esos pensamientos.

- Hola - me dijo al otro lado, apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa verdaderamente irresistible, más hermoso que nunca, las camisas de cuadro son mi debilidad y más aún si el que las lleva es nada más y nada menos que Mariano Martínez.

- Ho... hola - balbuceé

- Estás muy linda - tomandome de la mano y haciendo que de una vueltita sobre mi propio eje.

- Gracias, vos también - hizo un gestito de agrandado y estallé en risas.

- ¿Vamos? - puso su brazo en jarra para que me pudiera agarrar a él y así lo hice.

Llegamos al auto y el muy caballero, me abrió la puerta del copiloto, en cuestión de segundos ya estabamos los dos dirigiendonos a casa de Suar, Mariano prendió la radio e inmediatamente se me dibujó una sonrisa "En tus ojos está mi vida, en tus manos mi conteción es tu alma que me ilumina, no estoy sola" cantaba a ritmo de mi música.

- Cantás hermoso - me miró penetrandome con sus hermosos ojos verdes cuando el auto ya estaba estacionado.

- Gracias - le dije entre una risa nerviosa.

De repente no se que fue lo que pasó que nos quedamos mirandonos fijamente sin despegar la vista en uno del otro, podía verme perfectamente reflejada en sus pupilas, inconscientemente me acerqué más a él, y él posó su mano en mi mejilla acariciandola con su dedo pulgar. Un golpe hizo que nos separaramos de golpe. ¿Estaban golpeando el cristal?

POV Mariano

No se quien fue el que golpeó el cristal, pero gracias a Dios lo hizo. "No te hagás gil, te querés cortar las venas con una banana" me dijo mi amado subconsciente y sonreí, miré para mi derecha y el asiento del copiloto estaba vacío. ¿En qué momento Lali había salido del auto? miré por la ventanilla y estaba sentada junto con Lau y Leti. Tomás me hizo un gesto con la mano para que fuera con ellos, y si me di cuenta que aún seguía dentro del auto. Me bajé y me fui a reunir con todos.

La noche estaba desentonandose de la mejor forma, los más jovenes bailaban al lado de la pileta "El taxi" y a pedido de Yeyo empezaron a hacer el trenecito, ya sabeis eso de ponerse uno detras de otro, agarrarse de los hombros y dar vueltas por todo el lugar. Cuando esa fila de personas pasaron por delante mia, Lali se salió y se sentó a mi lado.

- ¿No querés bailar conmigo? - me dijo con una voz y una cara de ternura mal.

- No se bailar, lo sabes - dije sonriendole

- Da igual, yo te enseño dale

- No

- Pe...

- No - la interrumpí, ella me puso un puchero fingido y carita de perro triste. Yo negué. Se bajo del taburete con dificultad, ya que estaba alto lo cual hizo que sortara una carcajada y se acercó a mi. Junto sus manos como si fuera a rezar y volvió a poner la misma cara que antes.

- Bailemos dale Marian, están todos bailando

- Bueno dale - cediendo, no me podia negar a bailar con ella y más aún cuando la tenía casi sobre mi y con esa carita.

Al llegar a la "pista" empezó a sonar "seré" parece que la vida estaba esperandonos para que esta hermosa canción empezara a sonar. Coloqué mis manos en su cintura y Lali apoyo sus brazitos en mis hombros enrredando sus manos en mi pelo.

- Hay melancolía en la habitación el frío castiga mi razón porque se que es prohibido nuestro amor - cantó manteniendo su vista fija en mis ojos. - Seré tu tierra y tu cielo tu pájaro en vuelo por ti, seré - me susurró al oido mientras su mejilla rozaba con la mía, me estremecí al sentir el contacto de su piel e hice mas fuerte mi agarre presionandola más a mi cuerpo.

- ¿Te he dicho alguna vez que amo tu voz? - le susurré mientras pegaba mi cara a su cabello al ritmo de la música y me estremecí al sentir su perfume.

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