Capítulo 1

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Pov Amanda:

En el instante en el que el despertador suena, yo ya llevo varios minutos de pie frente al espejo del armario de mi habitación. Llevo horas despierta, preparándome con una precisión meticulosa. El maquillaje está impecable, resaltando mis rasgos con la perfección de un maquillador profesional.
El uniforme de la academia Starlight se ajusta a mi figura sin esfuerzo, su sobriedad compensada por los pequeños detalles que he añadido: un broche dorado con forma de estrella, la diadema de perlas que estoy colocando en este momento sobre mi cabeza. Y, por supuesto, el bolso negro de Chanel que se balancea en mi hombro, un símbolo silencioso de mi estatus.

Analizo cada aspecto de mi apariencia. No es solo vanidad, es preparación. Estoy lista para dominar la academia Starlight, tal como lo he hecho en cada institución que he pisado desde que era solo una niña.

Observo como la diadema captura la luz, proyectando un sutil resplandor que acentúa el rubio de mi cabello, que cae en ondas cuidadas hasta justo debajo de mis pechos. Mis ojos, de color azul claro, me devuelven la mirada. Soy la imagen de la perfección, una visión que he esculpido a lo largo de los años, y que el uniforme no puede empañar. De hecho, agradezco la simplicidad del uniforme; me libera de la necesidad de pensar en qué conjunto usar cada día, permitiéndome concentrar mi energía en cosas más importantes.

El sonido de mis tacones resuena con un ritmo constante y seguro mientras avanzo por el pasillo hacia el ascensor. Dentro de la cabina, me miro una vez más en el espejo, ajustando ligeramente la diadema, asegurándome de que no hay ni un solo pelo fuera de lugar. Me estudio a mí misma, una figura esbelta con una postura de bailarina, piernas largas y tonificadas que son el resultado de horas en la cinta de correr en mi gimnasio personal. Mis ojos brillan con una mezcla de confianza y determinación, y no puedo evitar sonreír al ver el reflejo de la mujer que he llegado a ser: fuerte, segura, y absolutamente imparable.

Al llegar al vestíbulo, uno de los vecinos, un hombre de unos treinta años, con una sutileza inexistente, me saluda con un obvio deseo en la mirada.

 —Buenos días, señorita.  —Apenas consigue que no le tiemble la voz.

Mis labios se curvan en una sonrisa angelical, mientras le devuelvo el saludo con una voz suave y educada, cargada de una dulzura que no deja entrever el cálculo detrás de ella.

—Buenos días.

El sonido de mis tacones contra el mármol del vestíbulo se convierte en una melodía de poder. Siento su mirada pegada a mi espalda mientras me alejo, su deseo como una sombra que me sigue. Mi sonrisa se ensancha con cada paso, el poder llenando mi cuerpo con el mismo porcentaje de sangre. Ah, el privilegio de la belleza. No hay nada que una cara bonita no pueda conseguir, y yo lo sé mejor que nadie.

Solo dos pequeñas calles separan mi hogar de la academia. Cuando me mudé a Los Ángeles hace un par de semanas, me aseguré de que mi apartamento estuviera lo más cerca posible. 
No llevo ni diez minutos caminando, y la vista del edificio ya se alza ante mí, imponente y desafiante.
Llegar es el primer movimiento en un tablero que ya estoy visualizando. Starlight no lo sabe aún, pero está a punto de convertirse en mi escenario, y yo seré la estrella indiscutible de la obra, como cada día de mi vida.


Pov Jason:

Otro año. Otra vez. La perspectiva de tener que repetir el primer curso, como castigo por tus "inocentes travesuras" del año pasado, era tan atractiva como una patada en los cojones. Sin embargo, el universo, con su peculiar sentido del humor, decidió que, Zeke Thorne, el manager más poderoso de Hollywood, decida pasarse por nuestra academia en estos días para buscar nuevos talentos en los... Atención, estudiantes de primer año. 

Velvet DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora