Capítulo 5

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Pov Amanda:

Los días en la academia se deslizan uno tras otro como las páginas de un libro aburrido y monótono. Mucha teoría y poca práctica. Mucho estudiar, y poco actuar. Hasta que cada día empieza a parecerse sospechosamente al anterior.
Sin señales de vida de Zeke Thorne, y sin más percances con los gemelos, la rutina empieza a pesarme sobre los hombros.

Ah, y luego está el hecho de que mis compañeras parecen no poder ver nada más que la presencia de los hermanos. Absolutamente nada. Y eso me incluye a mí.
No sé como lo hacen. No son exactamente los únicos hombres de la clase, pero todas actúan como si lo fueran. Hay algo en su aspecto físico, en su manera de moverse, de hablar, que es casi hipnótico. Incluso yo me he sorprendido a mí misma observándolos más de la cuenta en algún momento, permitiendo que su magnetismo me atraiga, aunque sea por un breve instante.

Por su culpa, yo, que ya tenía bastante con tener que fingir cada detalle de mi personalidad, ahora tengo que fingir también una vida social. Obligada a comer en la cafetería de enfrente, en lugar de la de la academia, para evitar ser vista sola, como una marginada. No es muy propio de la reina que he sido, y que sigo siendo.

Cada día, camino hacia esta cafetería con la cabeza en alto, pretendiendo que es una elección y no una necesidad. Me siento en una mesa alejada de la ventana, con un libro en la mano, o revisando los apuntes. 
El café frente a mí se enfría mientras mis pensamientos giran en círculos. Esto es temporal. Solo una fase. Pero el hecho de que tenga que lidiar con esto, de que mi presencia no sea la que domina el entorno como debería, es un recordatorio punzante de que aún no tengo el control que necesito. Y eso, más que cualquier otra cosa, me enfurece.

Justo cuando estoy a punto de levantarme para volver a la academia, muriéndome de ganas, nótese la ironía, la puerta de la cafetería se abre con una suave campanilla, dejándome ver de nuevo a Zeke Thorne. Como si nunca se hubiera largado, como si no hubiera dejado un vacío palpable con su ausencia.
Sus ojos verdes, recorren la habitación hasta posarse en mí. Probablemente, fijándose en donde estoy, sola, a la hora del descanso, con el libro de "Una herencia en juego" como única compañía.

Me pregunto qué conclusiones estará sacando. Porque sé que está sacando conclusiones. Él no es el tipo de persona que pasa algo por alto.
No muestro la más mínima reacción y me limito a dedicarle una sonrisa casual, antes de cerrar el libro con una calma ensayada y levantarme.


Pov Zeke:

Mis ojos la estudian con atención, registrando cada detalle. La trenza que cae sobre su hombro izquierdo, perfectamente colocada, como si no pudiera permitirse ni un solo cabello fuera de lugar. El bolso de Chanel (el mismo que llevaba el primer día que la vi. Como si fuera parte de su uniforme) Pero no es en esos detalles en los que me concentro. Si no en la manera en la que está aquí escondida, en un descanso, aislada del resto.

Observo cómo levanta la vista, como si sintiera mi presencia antes de verme. Espero ver un atisbo de incomodidad en su rostro, una señal de que la he atrapado en un momento vulnerable. Pero, como siempre, Amanda es impenetrable. Me regala una sonrisa tranquila, como si mi aparición no fuera más que una pequeña distracción en su día perfectamente planificado. Cierra el libro con una elegancia que parece innata, escondiéndolo dentro de su bolso, y se levanta.

—Buenos días, señor Tho... —Empieza a decir, pero parece recordar en el último momento que le he dicho que se dirija a mí por mi nombre y se corrige. —Zeke.

—Buenos días, Amanda. —Respondo, mirándola directamente a los ojos. Espero a que intente hablar conmigo, o que me pregunte porque razón no la he llamado. Pero, simplemente, se dispone a salir de la cafetería, y yo la dejo hacerlo.

Velvet DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora