El trabajo era fácil mas que nada era de ir y venir por todos los pisos dejando y trayendo papeles, hasta el momento no tuve ningún problema ni con algún papel o con otro empleado.
Conocí a una chica llamada Bra, era la secretaria del colega de mi jéfe, al principio creí que era una cabeza hueca pero demostró no serlo, también conocí a Mai, una publicista ya de edad madura quien era dejada de último por los demas - era la única mujer en ese cargo - me dió lástima y le aconsejé que no se dejara y que incluso sea ella quienes deje a los otros atrás .
La mañana pasó lenta. Al mediodía bajé a la cafetería del tercer piso. Con Bra como compañía.
— ¿tienes novio? — me preguntó una vez nos sentamos.
— aún no
En ese momento alza la mano saludando a mi espalda llamando a alguien.
—¡Marron!
Cuando veo a la esposa de Vegeta siento una rabia contra él, la mujer es bonita en todo sentido. Me sonríe y se sienta a mi lado . Las fotos que me mostró no le hacían justicia.
— Pan — extendí mi mano.
— Marron
— nunca te había visto
— soy nueva, empecé hoy
— trabaja con el viejo Gin
— oh, una planta abajo que yo. Yo trabajo con mi esposo Vegeta
— que envidia — suspiró — ya quisiera yo trabajar con Goten
— a puesto a que hacen cositas en la oficina ¿verdad?
Marron se sonrojó y empezó a jugar con su comida.
— bueno yo...
— es una mojigata, ni siquiera se besan
— si no haces algo vendrá otra que sí ¡eh! — dije . Si puedo dejar a Vegeta lo haré.
— en realidad — dijo Bra — sospechamos que tiene a una ya. Viaja mucho y llega noche
Bra sabía todo, eran muy unidas.
— pero es culpa de ella — siguió — no es creativa a la hora del sexo
— Bra — dijo avergonzada.
— deberìas leer el kamasutra
— lo cotidiano aburre Marron — dije ella me miró sorprendida — deberìas ser mas coqueta, atrevida y fogosa en la cama, así lo tendrás comiendo de tu mano
— ¿que edad tenés?
— casi diecisiete
Las dos se asombraron.
— estás joven
— ustedes también
— bueno Marron tiene veinticinco y yo veinte
— bueno , ciertamente no son unas ansianas
Terminanos de comer . Al esperar el ascensor pada subir a nuestros respectivos pisos Trunks salía del que habíamos esperado - eran dos- rogué a los dioses a que no cometiese ninguna estupidez.
— señor — reverenciaron ambas .
Yo no hice nada, solo le sostuve la mirada pero me ví obligada a bajar la cabeza levemente, por fortuna nadie se dió cuenta. Él salió, nos miramos hasta que él compró su almuerzo y se sentó.
Cuando subimos Bra y Marron decían lo guapo que estaba y lo lamentable que era su actual novia. Ninguna sabía que ella era la viuda del antiguo dueño y de mi existencia. Videl me hizo desaparecer y su lazo con mi padre también.
— dicen que las maduras son mejores que las jovencitas — dije — pero para ser de esas tuvieron que ser jóvenes como nosotras, a esa tipa le van a quitar a su hombre
— ¡exacto! No entienden que para ser una experta poco a poco se va aprendiendo. Nadie es sabio sin comenter errores
Las puertas se abrieron y Bra salió primero.
— sé mas atrevida Marron — dije antes de que las puertas se cerraran.
Una hora después mi jéfe me mandó a pedir una firma al señor presidente. Sabía que algo iba a decirme.
Subí hasta el último piso y seguí todo el maldito protocolo para entrar.
— señor — dije tragando mi orgullo — necesito una firma, si es tan amable
Él se dio la vuelta y extendió su mano , le dí la carpeta y la firmó.
— ¿me pasas esa carpeta roja?
Era una repisa alta qué, ni poniéndome de puntillas podía alcanzar. Dí unos saltitos pero ni aún así pude. Busqué alguna silla o banquillo para subir cuando siento unas manos pasearse por mi cadera hasta subir por mis brazos y tomar la carpeta. Presionó su cuerpo con el mío moviendo sus caderas, restregó su paquete en mi trasero. Dejó la carpeta a un lado y me sostuvo de las manos contraminandome contra el mueble. Me paralice.
Siguió restregandose en mi, sentí su respiración en mi oreja y susurró - no deberìas andar espiandome, si quieres verme desnudo solo pídelo .
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Besos De Niña.
FanfictionPan está decidida a recuperar la empresa de su padre. Con dieciséis años jugará con las armas que sólo una mujer puede usar. Gracias a Sandra Arellano por la portada.