Otoño, amo el otoño. Imagínate un día nublado, en el que el sol brille a través de las nubes, en el que llueva durante todo el día y haga frío como para que se empañen las ventanas y se pueda dibujar algo sobre ellas. Esos días son únicos.
Prendería la calefacción para caminar por casa en ropa interior y una simple remera que me quedase grande. Compraría helado y me sentaría en mi largo sillón blanco a ver una película de amor, una de esas en la que los buenos ganan y los malos.. mueren. Almorzaría pizza y tomaría gaseosa de una taza blanca.
Llenaría la bañera con agua muy caliente, le pondría burbujas y me tomaría todo el tiempo que lleve enfriarse el agua, en leer el libro que tenga pendiente. Siempre quise dormirme en una bañera con burbujas (por suerte nunca pasó).
Esos días, son geniales para retomar cosas pendientes, los días de lluvia son perfectos para hacer el amor, una y otra vez. Dormiría desnuda abrazada a él, mis dedos acariciarían dulcemente su espalda y lo besaría cuantas veces quisiera.
Llamaría a alguien que extrañase, alguien quien quisiera ver. Le diría gracias y perdón por el tiempo vivido. Iríamos al cine a ver alguna comedia y luego pasaríamos por McDonalls a comer un doble cuarto, no hay nada en el mundo que me guste mas que un doble cuarto.
Volvería sin prisa a casa bajo mi paraguas e iría a dormir con una satisfecha sonrisa en el rostro.