𝑫𝒐𝒄𝒆🌻

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𝑭𝒐𝒕𝒐𝒈𝒓𝒂𝒇𝒊𝒂: 𝑱𝒆𝒔𝒖𝒔 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒇𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂.

—Ten cuidado con él —me repetía Elena mientras me seguía por toda la casa —Sabes perfectamente que ese gilipollas va a lo que va. Por dios solo había que ver como te tocaba...

—Elena, fue mi decisión bailar con él, no me obligó ni nada por el estilo. —me giré —¿Por qué siempre tenéis que amargar todo lo que hago?

—Solo intento que-

—¿Qué esté bien? —interrumpí —Calum y tú sois tal para cual. —rodé mis ojos.

—Eres mi mejor amiga...

—Pero yo soy la dueña de mi vida, y las decisiones que tome en ella serán mías. —suspiré. —Lo siento... me voy a mi habitación.

—May... —no pudo decir nada más, me fui dejándola allí tirada.

Subí las escaleras y me dirigí a la puerta de mi habitación, allí estaba Javi esperándome apoyado en la pared.

—Pensé que nunca vendrías —rió observando como llegaba hasta él. —. Te queda muy bien ese vestido —cogió mi mano para darme otra vuelta sobre mi misma y mordió su labio inferior.

Sonreí —Ven —abrí la puerta de mi habitación y tiré de él hasta dentro, luego la cerré.

Me abrazó por la cintura y dejó suaves, pero húmedos, besos en mi cuello. Agarró el coletero que componía mi moño y dejó mi pelo libre.

—Así me gustas más —sonrió y junto sus labios con los míos mientras que con una mano acariciaba mi mejilla y con la otra mi cintura. Bajó esta última mano a mi muslo y empezó a subirla junto a mi vestido.

—Espera —puse una mano en su pecho frenándolo, el frunció el ceño.

—¿Qué...?

—Yo... no estoy segura de que... —balbuceé.

Sonrió —Tu solo relájate... —mordió mi labio inferior y me hizo caer en la cama, poniéndose él encima.

—¿Eres Bieber...? —pregunté tímidamente.

Se quedó unos segundos callado —... ¿Si soy quién? —preguntó confundido.

Presioné mis ojos —Mierda, eh... nada, olvídalo.

Siguió besando mi cuello mientras yo miraba al techo. Bajo sus besos a la zona superior de mis pechos donde el vestido no le permitía bajar más.

—Creo que te sobra ropa... —rió mientras con su mano llegaba a la cremallera de mi vestido.

Suspiré —Para, para... —me incorporé. El se quedó muy confundido. —No puedo hacerlo. —miré al suelo.

Suspiró y rió —Tienes razón, solo eres una niñata. —se levantó —No sé porqué coño vas calentando a la gente, al final eres como todas. —llegó a la puerta. —Zorra —murmuró y se fue.

—Joder —volví a echarme sobre la cama y acaricié mi cuello. —soy idiota...

Jesús P.O.V.

Yo:

Enserio, saldría mil veces con el mas feo del colegio, que tuviera arrugas, que le salieran los pelos de la nariz y que se rascara el culo el publico, antes de salir con Javi. Mil veces, te lo digo yo.

May:

Estas aquí?

Yo:

Quien no está aquí Maya? Enserio, no te acerques a el.

May:

Solo estás celoso.

Yo:

Si, lo estoy, y?

Esa niña iba a volverme loco, ¿en qué coño pensaba? Delante de todo el mundo... me siento el chico más idiota del planeta, y no tendría porqué.

A la mierda con todo. Subí las escaleras y me dirigí al baño, pero antes paré en la habitación de Maya. Ella estaba abajo discutiendo con Elena, asi que dudaba que subiera en aquellos momentos. Miré las paredes llenas de fotos y posters, era increíble la de amigos que tenía esa chica y a mi me daba miedo hasta decirle hola. Es un amor. Nunca he visto a Maya siendo borde con alguien, siempre es tan buena.
Mordí mi labio inconscientemente y me senté en la cama, cuando escuché unas voces que venían del exterior.

—Pensé que nunca vendrías, te queda muy bien ese vestido.

—Ven —esa era la voz de Maya.

—Mierda —susurré y me metí debajo de cama. A los segundos, les vi entrar. Esa persona tan jodidamente imbecil empezó a darle besos por el cuello y a toquetearla. Joder, me está poniendo enfermo.

—Así me gustas más —le escuché decir cuando deshizo el moño de Maya y el coletero llegó hasta mis manos.

Fue el colmo cuando volví a mirar hacia arriba y ese gilipollas le estaba subiendo el vestido. Apreté mi puño con fuerza e intenté por todos los medios no salir de ahí y partirle toda la puta cara.

—Espera —dijo ella de repente. Bien, Maya, buena chica.

—¿Qué...?

—Yo... no estoy segura de que...

—Tu solo relájate... —soltó por su jodida boca. Fue entonces cuando se tumbaron la cama. No, no, no...

—¿Eres Bieber...? —preguntó Maya en un hilo de voz. ¡No, no lo es!

—... ¿Si soy quién?

—Mierda, eh... nada, olvídalo. —se le notaba tan cumpable que hasta me dio pena. Era tan frágil...

Seguí escuchando el sonido de los besos de ese subnormal y respiré hondo.

—Creo que te sobra ropa... —rió. Lo que me faltaba a mi ahora.

Maya suspiró —Para, para... —so good honey —No puedo hacerlo. —Dios te amo, eres tan mona.

—Tienes razón, solo eres una niñata. —¿Perdón? ¿He escuchado bien? —No sé porqué coño vas calentando a la gente, al final eres como todas. —llegó a la puerta. —Zorra —murmuró y se fue. ¿Acaba de llamar zorra a mi futura esposa?

—Joder, soy idiota... —la escuché decir.

No, no... ella no se merecía sentirse así, no se merecía ese desprecio.
Escuché sus pasitos abandonando la habitación y salí de mi escondinte. Me sentía tan mal. Ella iba a estar mal por culpa de un gilipollas.
Suspiré.
No debería sentirse así el día de su fiesta.

Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora