El verano pasaba, Jesús y yo seguíamos saliendo, teniendo nuestras citas, conociéndonos mejor, pero aún no era nada serio. Se había vuelto en mi imprescindible. Siempre que me pasaba algo, ahí estaba él, siempre que me apetecía algo, venía y me lo traía. Nos habíamos acostumbrado tanto a estar juntos que nos veíamos casi todos los días. Pero... aún no había beso.
—¿Qué vas a hacer esta tarde? —me preguntó Elena, habíamos quedado para desayunar.
Estar con Elena también era de mis cosas preferidas en el mundo, nos entendíamos tan bien que con solo una simple mirada sabíamos lo que la otra quería decir. Teníamos algo que sabíamos que no íbamos a tener con nadie más, así de simple.
—Probablemente me vea con Jesús. —bebí de mi café. La expresión de mi mejor amiga cambió, ahora era una Elena demasiado sonriente. Me reí. —¿Qué te pasa?
—Me alegra tanto que seas feliz con alguien. —dijo sin dejar de sonreír en ningún momento. Hice un puchero con los labios y tapé mi cara con las manos.
—Ya basta, me vas a hacer llorar, y sabes que no me gusta que se me corra la máscara de pestañas.
Rió. —Es verdad, siempre me decías, ojalá tener algo como lo tuyo con Calum. Y bueno... ahora lo tienes.
—Aún no somos nada El, pero si, la verdad es que... —solté un suspiro. —me gusta mucho Jesús. Es maravilloso, no podría estar más feliz, con él todo es súper fácil, y me trata tan bien. Joder... me siento la persona más querida del mundo a su lado.
—Y no mereces menos, de verdad que no.
Mi mejor amiga era literalmente la mejor amiga que todos querían y deberían tener. Elena es todo lo que está bien en este mundo. Podrías pillarla en su peor día que siempre va a tratarte bien. Nunca va a faltarte al respeto y siempre te apoya en todo. Es lo mejor que me podría haber dado esta vida. Desde aquí doy las gracias a los padres de Elena por hacerla con tanto cariño porque han creado a la persona más maravillosa del mundo.
—¿Te he dicho que eres la mejor amiga del mundo? —le dije.
—Deberías decírmelo más veces, no me lo dices lo suficiente.
—Te escribiré un mensaje todos los días recordándotelo. —rió ante mi comentario. —Aún no nos hemos besado...
—¿Perdón? —apartó la bandeja del desayuno a un lado. —¿He escuchado bien?
—Vas a tirar algo, Elena. —reí ordenando todo lo que su bandeja había apartado.
—Lleváis saliendo casi todo el verano.
—Veo que no soy la única a la que le parece raro.
—¿Y por qué no le besas? —preguntó lo último que quise que me preguntase.
Vale esto es muy sencillo, y os lo voy a explicar. Sé que, actualmente el mundo está cambiando, y me siento muy feliz por ello. Ahora somos dueñas de nuestra vida, nuestro cuerpo y nuestro todo y te juro que es maravilloso, ojalá avancemos mucho más. Pero en cosas como estas, quiero decir, en los temas de pedir salir, dar el primer beso, yo no quiero ser la que lo haga. ¿Entendéis? Yo quiero que él me bese, quiero que él me pida salir, porque lo veo una cosa super tierna y quiero que me lo hagan. Si lo hago yo pierde la gracia, yo quiero que me tome por sorpresa. Seguro que no soy la única.
Reí. —Ni loca.
—¿Por qué no?¿Te has quedado a vivir en el mil novecientos? —bromeó.
—¿Quien dio el primer beso, Calum o tú?
—Calum. —tomé un sorbo del café sin dejar de mirarla. —Pero porque el se lanzó, nosotros no tardamos tanto en todo.
—Quiero que él lo haga... ¿está mal?
—No, de hecho es normal, todas lo queremos.
—¿Entonces qué coño me estás diciendo? —reí.
—Solo era para que tomaras la voz cantante de la relación... bueno ya has podido comprobar que Jesús no es que se mueva mucho. —se puso a jugar con la cuchara de su café.
—Pero, ¿por qué no lo hace? es decir... —miré mis manos. —Es evidente que me gusta, ¿no?
—Igual es de esos chicos que quieren planificarlo todo para que sea súper especial. Seguro te lleva a un museo a ver cuadros y te dice lo típico de "oh se ha escapado una obra de arte del museo" —no pude evitar reírme a carcajadas.
—Jesús no es así...
—Ya, tendrías que verle cuando me confesó que le gustabas y me dijo todo lo que quería decirte por whatsapp. —me miró. —Literalmente te salvé la vida, Maya. A ese chico lo cortas y en vez de sangre sale merengue.
—Eres una exagerada. —la miré. —Pero te quiero, y mucho.
Sonrió. —Yo también te quiero.
ESTÁS LEYENDO
Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]
أدب الهواة𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒎𝒆𝒏𝒔𝒂𝒋𝒆 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒏𝒖𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐. Lo conocí como Bieber. Hablé con él varios meses, me enamoró con cuatro mensajes de mierda por Whatsapp sin haberle visto la cara en mi vida, sin saber quién era. Y cambió mi...