Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]

Veintinueve🌻

Eran los últimos días de verano antes de que volviesemos a clase. Había sido un verano bastante bueno a mi parecer. Hicimos un montón de cosas; ir de acampada, un pequeño viaje a la montaña, pasamos algún que otro día en Villa Santana (aún de que nos avisaran de que no la pisáramos).
Lo mejor de mi verano ha sido Jesús. Jesús y yo en conjunto. Jesús y yo y lo que tenemos. Haberlo conocido mejor sin duda alguna. Si me hubieran avisado de esto a principios de año, ni borracha me lo hubiera creído.

—¿Estás feliz de empezar la universidad? —me preguntó mientras agarraba mi mano, estábamos dando el último paseo por el parque antes de empezar las clases otra vez.

—En teoría yo no me voy a la universidad. —reí. Me iba a hacer fotografía a una escuela superior, básicamente como una univerdad pero no es una universidad.

—Bueno. —rió. —Ya me has entendido, no seas así.

—Estoy muy feliz de empezar a estudiar lo que de verdad me gusta, ¿contento? —le miré y me sonrió. —¿Y tú?

—Ugh, aún no estoy ni seguro de que voy a estudiar la carrera que me gusta. —puso los ojos en blanco.

—Llevamos todo el verano con eso, Jesús. —reí. —Hemos repasado los folletos cincuenta veces, si es la carrera que quieres estudiar. Y te va a encantar. —acaricié su mano con mi pulgar.

—Mi verdadero problema es que nos vamos un poco lejos... y ya no podremos vernos mucho. —hizo un puchero con sus labios.

—Te vas a Málaga, no está tan lejos. En tren llegas en nada. Nos veremos los findes, estaremos bien, podemos con esto y más. Y ya pronto es Navidad, verás. —sonreí un poco. A mi también me daba pena que se fuera.

—Oye... si da el caso de que te empieza a gustar otra persona... —empezó a decir, pero le paré al instante.

—No no no, no quiero hablar de eso ahora, son nuestros últimos días antes de que te vayas y no quiero pasármelos pensando en lo que podría pasar. Disfrutemos de lo que nos queda, ¿vale? —me paré para mirarle y que todo estuviera bien.

Puso su mano sobre mi mejilla y la acarició con su dedo pulgar, dedicándome una pequeña sonrisa. Esos ojos, otra vez... ¿iba a ser este el momento?¿iba a besarme?

—Este verano ha sido lo mejor, Maya, y ha sido gracias a ti. Ya no me siento tan solo desde que estoy contigo... —me dijo en un susurro. —Me gustas mucho, y ojalá esto dure para siempre. —rió. —Bueno, no te digo para siempre porque no sé lo que va a pasar... —rodé los ojos y el volvió a reír. —Pero por lo menos espero que dure lo suficiente para poder darte un beso...

—¿Y a qué esperas...? —solté, lo que le pilló por sorpresa.

—Pues...

—¡Chicos! —se oyó la voz de Calum por detrás nuestra. Me había olvidado de que habíamos venido con los demás.

Suspiré. —Tan oportuno... —nos separamos y nos giramos hacia ellos.

—¿Interrumpimos algo? —preguntó Elena.

—Bueno, si, la verdad es que si. —solté.

—Tenemos hambre. Queremos cenar. —dijo mi hermano.

—Si, y yo me he cansado de ser el sujetavelas con todo el mundo, asi que, me voy a casa. —soltó Dani molesto.

Jesús suspiró. —Dani, no te vayas. Ven a cenar al menos.

—No me voy a quedar viendo como un tonto como os besáis. Además a un tengo que hacer la maleta para irnos a Málaga. Me podríais haber ahorrado la tarde... —empezó a caminar lejos de nosotros.

—¡A la próxima sé menos borde! —le grité. Él no hizo ni dijo nada, solo siguió su camino. —¿Que le has dicho?¿Que os ibais a ir a jugar al baloncesto?

—Dice que ya no hacemos cosas juntos desde que salgo contigo, entonces le dije que se viniera, pero creo que no pensó que tú también vendrías... —dijo Jesús mirando como Dani se alejaba.

—Genial, el hermano de mi novio me odia... —todos se quedaron callados. —¿qué pasa...?

—Has dicho novio. —dijo Elena riendo.

—Por dios. —no pude evitar ponerme roja. —Sois como niños pequeños, ¿sabíais? —comencé a caminar para librarme de esa situación cuanto antes. —Vamos, hay un McDonalds aquí al lado.

—Se ha puesto nerviosa —escuché a Calum decir.

—¡No estoy nerviosa, estoy bien! —grité.