Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]

Veintisiete🌻

-¿Quién llama?

Estaba con Jesús frente a la casa de nuestro profesor de naturales, ninguno de los dos se atrevía a llamar.

Rió. -Yo ni de broma, a mi me tiene manía, casi me suspende y me hace ir a Septiembre, ¿Tú sabes la de veces que he discutido yo con este hombre?

-No me jodas Jesús, se supone que yo soy la tímida, no tú.

-Y yo de verdad que te apoyo, puedes hacerlo reina. -puso una mano en mi espalda empujándome hacia delante.

-Eres un mierdas, ¿lo sabes, no? lástima que no te suspendiera.

-Solo habla tu rencor, no me ofendes. -rió otra vez. -Es solo un botón.

-Si es solo un botón, llama tú.

-Bien, llamaré yo, ¿feliz? -suspiró y se acercó a la puerta.

-Muy feliz -sonreí y fui tras él.

Llamamos unas cuantas veces pero nadie nos abría. ¿Dónde iba a estar si no? Los profesores no tienen vida fuera del instituto, o eso es lo que pensamos.

-Se habrá ido a recoger más piedras para el laboratorio. -dijo Jesús riéndose.

-¿Heaslip?¿Oviedo? -llamó una voz tras nuestra. Los dos nos giramos a mirarle.

-¡Profe! -exclamé. -Que sorpresa verle.

-¿En mi casa? -frunció su ceño. Jesús me miró con cara de no querer creerlo.

-Bien, hemos venido a verle. -confesé.

-¿Para qué? Si se puede saber claro. -Se acercó a la puerta con las llaves en la mano para abrirla.

-No le sonará de algo... Villa Santana... -soltó Jesús. El de naturales, del que aún no me sabía el nombre, se quedó quieto, paralizado, como si hubiera visto un fantasma.

-Pensé que no volvería a escuchar ese nombre en mi vida... -nos miró. -¿Qué sabéis?

-Pues no mucho... por eso veníamos a preguntarle. -me acerqué a él. -El otro día estábamos dando una vuelta por las afueras y nos la encontramos... Es realmente preciosa por eso nos sorprendió que estuviera abandonada.

-Bueno, no creáis que está abandonada por decisión propia... nos obligaron a irnos, más bien tuvimos que escapar de allí.

-¿Por qué?

Suspiró. -Pasad, si de verdad queréis saber la historia esto va para largo.

[]

Pasaba las páginas de aquel álbum de fotos como si de un tesoro se tratase. Si era bonita destrozada, imaginad como era cuando no lo estaba. Las casas eran blancas, lleno de flores por todas partes, una playa limpia, sin restos de basura, era literalmente el paraíso.

-Es injusto que ya no se pueda acceder... si se pudiera reconstruir... -dije.

-Por vuestro bien, no entréis ahí... desembocaréis algo peor... -dijo sentándose en su sillón.

-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó Jesús.

-No lo recuerdo mucho... fue en época de guerra... -suspiró. -Las tropas llegaron por la mañana y empezaron a disparar a todo y a todos, solo querían dejar vacío aquel lugar, sabe dios para qué.

Jesús me miró y pronunció un "te lo dije" con los labios.

-Yo solo escapé, dejando todo atrás, ya no me quedaba nada, no tenía nada que perder. Luego llegué aquí a Sevilla y bueno... lo demás es historia supongo...

Dejé de pasar páginas cuando vi una foto que me enterneció mucho. Era el profesor con una chica, similar a su edad, cogidos de la mano.

-Es guapísima... -dije. Se quedó callado unos segundos.

-La mataron ese mismo día... -se levantó del sillón. -Creo que es hora de que volváis a casa chicos...

-¿Y todos los supervivientes?

-Supongo que repartidos por el mundo, nadie quiso volver, nos dejaron claro que si volvíamos a pisar aquel lugar cosas malas pasarían, por lo que os pido por favor que no os acerquéis a esa villa, no sabemos lo que podría pasar... Ahora iros.

Jesús y yo nos levantamos y caminamos hacia la puerta, antes de que pudiéramos decir nada más ya nos había cerrado la puerta en las narices.

-Está loco. -soltó Jesús. -Estudiar tantas plantas no le ha hecho nada bien. -se puso a caminar.

-¿Crees que es cierto?¿Si vamos pasará algo peor? -fui tras él.

-No, Maya, son cuentos chinos. Nadie va allí desde hace años, solo delira.

-Se le veía muy asustado...

-Está bien... iremos esta semana, para que veas que nada pasa, ¿vale?

-No sé, Jesús... -miré mis manos, él las cogió.

-Ei... ¿confías en mi? -hizo que le mirase, esos ojos marrones... me estaban penetrando el alma lo juro por dios. Solo asentí. -Bien. -sonrió.