𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒆🌻

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𝑭𝒐𝒕𝒐𝒈𝒓𝒂𝒇𝒊𝒂: 𝑱𝒆𝒔𝒖𝒔 𝒚 𝑴𝒂𝒚𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒃𝒂𝒓.

Yo:

Jesús? Sigues con este móvil? Ya sabes... Biebeeer.

Bieber:

Hola Maya.

Yo:

Siento lo Del otro día... otra vez...

Bieber:

Maya, está bien, deja de disculparte, no fue para tanto.

Yo:

Te apetece... Salir esta noche?

Bieber:

Enserio?

Yo:

Si... Hay un bar nuevo aquí. Podemos ir a verlo.

Bieber:

Claro.

Yo:

Bien, te recojo a las ocho.

Bieber:

Bebé, te recogere yo.

Lo siento, Maya, la acostumbre.

Yo:

Entiendo.

[...]

—He quedado con Elena, nos vemos luego —dije cogiendo mis llaves de la estantería de la entrada. —No volveré tarde.

—Maya, Elena va a venir a dormir aquí, ¿Cómo es que vas a quedar con ella? —preguntó Calum mirándome.

—Oh... ¿he dicho Elena? Quería decir... ¡Ana! Ana... —abrí la puerta —Si, tenemos que... contarnos muchas cosas.

—¿Por qué será que no te creo?

—¡Déjame vivir! —salí por la puerta y caminé hasta el final de la calle.

Al cruzar la esquina, allí estaba Jesús esperándome.

—Hey —saludó —buena idea esto, pero algún día vas a tener que decírselo a Calum.

Reí —No será hoy —empecé a caminar y Jesús me siguió.

—Es como si le tuvieses miedo.

—No le tengo miedo —hice una pausa —. Solo que es muy sobreprotector y esas mierdas de hermano. Ya sabes, hombres.

Rió —Yo soy hombre, Maya. Y con Dani no me comporto así.

—Porque los dos sois hombres. Claramente no vais a sobreproteger al otro. —le miré —Seguro que hasta os aplaudís cuando uno se lía con una chica.

Volvió a reír —No somos así —me dio un empujoncito y yo reí. —Nah, simplemente, nos contamos las cosas y... sin más.

—¿Le has contado que te gusto? —al preguntar eso llevé corriendo una mano a mi boca. —Quiero decir...

—Si —asintió —, fue el primero en saberlo, como no iba a ser de otra manera.

Me quedé unos segundos callada —¿Y qué piensa?

—Le parece genial... —rió —dice que eres muy mona.

Sonreí —¿De verdad? Que guay.

Negó con su cabeza riendo —¿Cómo eres tan tímida?

—¡No es mi culpa! —reí —o sea si pero... ñah, da igual.

Llegamos al bar y nos sentamos en una de las pocas mesas que había libres. Cogí la carta de los pedidos y la observé.

—¿Alguna idea de lo que vas a pedir? —pregunté llevando mi mirada hacia él.

Negó —Supongo que algún batido, y... ¿una hamburguesa? —rió —cuando estoy nervioso me entra el hambre.

—Asi que estás nervioso —reí.

—Pues igual que tú —dio un golpecito a mi carta.

Reí —Yo pediré unas tortitas con sirope de chocolate y un batido de vainilla —sonreí satisfecha.

—¿Quieres engordar dos kilos o qué te pasa? —rió.

—Me encantan las tortitas, ¿vale?, hace tiempo que no las como asi que... vas a callarte y dejarme disfrutar.

Levantó las palmas de sus manos —A sus órdenes.

La tarde transcurrió bastante bien. Dejamos a un lado los malos rollos y nos centramos en nosotros. Jesús me caía muy bien, hasta sé que incluso me podría llegar a gustar, y eso me alegraba.

Al terminar con nuestra pequeña cita me acompañó hasta la esquina donde se encontraba la calle de mi vecindario.

—Bueeno... —dijo poniendo las manos en sus bolsillos.

—Me lo he pasado muy bien —solté —. Tenemos que repetirlo.

Sonrió —Cuando quieras.

Dejé un pequeño beso en su mejilla y me encaminé hacia casa.

Whatsapp [#1]✨ [Jesús Oviedo][editando jeje]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora