Se sentía como si de un segundo a otro todo el aire del lugar hubiese sido absorbido por una fuerza misteriosa.
Era tal el shock por el que todos estaban pasando que ni siquiera habían puesto atención al momento en el que los había ido a buscar, los habían gritoneado y amenazado, exigiendo explicaciones de los sucedido, a lo que nadie había tenido ni palabras ni el valor suficiente como para siquiera titubear en un intento por responder todas las interrogantes con las que los habían atacado en pocos segundos; para que luego los apuntaran con armas hasta llevarlos a su cabaña, donde los habían encerrado sin siquiera amarrarles las manos como típicamente lo hacían. Sólo los dejaron ahí, sin haberles permitido ver el cuerpo de su amigo una última vez antes de irse, sin dejarlos siquiera pensar en todo lo que estaba pasando.
La habitación se sentía vacía, como si ni un alma estuviese presente en ese lugar, y era que todos se sentía así... vacíos.
Era un sentimiento terrible, una mezcla de dolor, impacto, tristeza, nostalgia, miedo... y un sin fin de emociones que no hacían más que empeorar todo el asunto.Todos sentían una horrible presión en el pecho, les faltaba el aire, les costaba respirar, les costaba moverse, no sabían qué pensar, no sabían que hacer con la situación que tenían justo frente a sus ojos.
Nadie querían creérselo, nadie podía pensar en que todo lo que estaba sucediendo era verdad.Nadie hablaba, todos simplemente miraban impactados y agobiados cualquier punto del espacio, recordando los destrozos, aquel cuerpo inerte que hace momentos atrás había estado vivo como hace mucho tiempo.
Pero todo había girado en ciento ochenta grados en cuestión de segundos.No fueron más que minutos en los que no se escuchaba nada más que los fuertes gimoteos de Manuel, el ulular del viento, las respiraciones agitadas y hasta los corazones a punto de salir.
-Dime que es mentira, weón- masculló Jaime, rompiendo el horrible silencio, acercándose a la puerta como queriendo salir, pero cayendo bruscamente al suelo antes de hacerlo, recordando la última imagen que, para su desgracia, tenía del alto: su cuerpo inerte entre los cascotes, el cual yacía de estómago, los brazos estirados y sangrantes, las piernas sepultadas bajo más escombros, su cara cubierta por sus rulos desordenados. -¡DIME QUE ES MENTIRA, WEÓN!- no lo soportaba, ¿por qué todo eso estaba pasando? ¿por qué a ellos? ¡¿POR QUÉ CRESTA LOS TRAJE, WEÓN?!, sentía la culpa como una mochila llena de piedras en la espalda, si no los hubiese traído... -¡EDGAR, POR LA CRESTA! ¡¿POR QUÉ VO', WEÓN, POR LA RECHUCHA?!- estaba emputecido y sumamente triste al mismo tiempo, no sabía de qué otra forma reaccionar, había perdido a uno de sus mejores amigos, y era su culpa, todo lo que estaba pasando era totalmente su culpa y de nadie más.
Primero el Peshoh, ahora el Edgar, weón... ¡EL EDGAR!, pensaba con la impotencia demostrada en los ojos y en el nudo que ya le apretaba la garganta, lo que le hacía soltar leves sollozos ahogados.
Tenía la cabeza tomada entre sus manos, tratando de no colapsar y sin entender cómo lo estaba logrando después de todo lo que estaban pasando.Nicolás observaba estupefacto, estaba helado, era demasiada e irreconocible la pena y el agobio que sentía, pero era tal el impacto que las lágrimas no se asomaban, sólo observaba, observaba a su pololo al borde del colapso, a Yelo tratando de soportar sus inocultables lágrimas, a Bestia cubrirse la cara con las manos y caminar de un lado a otro notoriamente nervioso y apenado; mientras él, él estaba en su lugar, tratando de digerir todo lo que la escena anterior y la actual significaban realmente.
Aunque era simple.
Edgar se había ido, Edgar había muerto, no volverían a verlo jamás, no escucharían su aguda risa nunca más, ni sus hilarantes comentarios, ni su neutralidad en las peleas, ni su timidez, nada...
Su mejor amigo, su compañero de tertulias, su partner en los juegos y en la vida misma se había ido sin haberle dicho siquiera "adiós", sin haberle recordado por última vez lo importante que era para él, por muy gay que sonase... y no tenía forma de regresarlo.
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Juntos, Ahora y Siempre (Jaidefinichon GOTH)
FanfictionTodo parecía ir bien a favor del grupo protagonista de esta historia, habían superado la parte más difícil y sus vidas finalmente habían vuelto a la normalidad. ¿Será aquella paz eterna? [Secuela de "Juntos, hasta el Final de los Tiempos"]