Arte.

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El cuerpo es un lienzo en blanco y la mente un colorido pincel, y no es sólo una metáfora.

Si nos encontramos felices quizá coloreemos nuestros brazos de un rosa pálido, tracemos figuras abstractas en nuestras piernas y delineemos sonrisas abiertas sobre nuestras mejillas; lo que nos nazca del corazón.

Si en nuestro interior reina la tristeza tal vez salpiquemos diminutas lágrimas bajo nuestros ojos y difuminemos la nitidez que conforma nuestras pupilas.

Si estamos molestos rayaremos nuestro cuerpo con insultos, el problema es cuando la rabia va contra nosotros mismos.

Si nos odiamos, nos sentimos inferiores, nos lamentamos todo aquello que no podemos hacer y vivimos culpándonos por las malas experiencias, puntearemos pequeños caminos rojos sobre nuestros antebrazos y un montón de gotas saladas adornarán los costados de nuestra nariz con marcador de tinta permanente, imborrable; abriremos nuestra cabeza y escribiremos un millón de malas palabras y pensamientos absurdos con la mejor caligrafía, nos bañaremos con colores oscuros y permitiremos a la pintura ingresar en nuestro sistema.

Muchas veces decidimos otorgar pinceles a las personas que nos rodean, cediéndoles el derecho de hacer con nosotros lo que se les venga en gana; quizá nos coloreen de celeste o un vívido amarillo, pero recuerden que existe una infinita variedad de matices.

Ustedes son los artistas, ellos sólo están experimentando con su más grande obra de arte.

Ustedes deciden, así que háganlo de la mejor manera.

Trácense una sonrisa hasta que se le acabe el grafito al lápiz, creen pensamientos constructivos dentro de sus cabezas, coloreen su cielo de un azul brilloso y escarchen a su ser con alegrías.

Recuerden que muchas veces el arte es abstracto; cada quien lo verá a su manera.

No todos los entenderán, eso se los aseguro.

Pero nunca lleguen a olvidar que son la más perfecta y valiosa obra de arte.

Simplemente yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora