Es como si cayese una potente tormenta eterna sobre tu cabeza, así de simple.
Es como si caminases sobre un terreno solitario mientras sientes cómo tus zapatos se sumergen en la tierra húmeda.
Es como si no hubiese techo alguno que cubriera tu cuerpo durante el diluvio, llegando incluso a creer que el agua dulce perforará tus pulmones si el tiempo se lo permite; así de penetrante es tu problema, cual si fuese una lluvia personal.
Es como si no existiese alguna otra persona en el mundo experimentando lo mismo que tú, pero quizá ahí tengas razón, ya que no la hay; sin embargo, recuerda que siempre, sin excepción alguna, habrá alguien en peor estado.
No te lamentes tanto, la vida es demasiado corta como para eso.
Sientes que estás sólo, pero ¿acaso no sientes la manera en que mi mano sostiene la tuya por encima de los guantes? ¿Tus oídos se han vuelto sordos ante mis gritos de consuelo? No lo sé.
Me has confesado que, sin importar cuán helado se haya convertido tu cuerpo debido al radical cambio climático, te agrada el hecho de que tus lágrimas pasen desapercibidas.
Cariño, todos tenemos problemas, la diferencia es que algunos sufrimos más que otros; la diferencia es que no todos nos atrevemos a exponerlos.
Todos poseemos una inmensa nube gris sobre nuestra cabeza, recordándonos que los contratiempos aún nos empapan y, mientras sigan allí, recorriendo nuestra piel cual gruesas lágrimas procedentes del cielo, nos será vagamente imposible sostener una sonrisa y continuar.
Pero recuerda que siempre tendrás dos opciones; la primera sonará más sencilla, no obstante, reconsidera prosperar, ya que puedes (rendirte, estancarte en el lodo mientras sientes a tu cuerpo decaer), si abres la mente, no sólo resistir, sino también superar aquello que, de a poco, consume tu satisfacción.
Recuerda que es de cobardes aprender a vivir con el problema; no debemos de acostumbrarnos a él, ni mucho menos permitir que se transforme en una parte circunstancial de nosotros.
Recuerda que siempre podrás construir un paraguas o, si así lo deseas, un edificio para protegerte.
Recuerda que, sin importar lo que ocurra, podrás contar conmigo para absolutamente todo.
Recuerda que no hay nada de malo en mostrar debilidad algunas veces, sin embargo, existe una gran diferencia entre ser débil y ser temeroso.
Recuerda, recuerda, recuerda; sólo así no volverás a cometer el mismo error.
Pero recuerda, sobre todas las cosas, que no sólo porque la felicidad sea una farsa quiere decir que no debamos de salir a buscarla.

ESTÁS LEYENDO
Simplemente yo.
De TodoNo espero que todo el mundo me entienda, sólo veo ésto como una manera de desahogo. NO es una historia, es más algo así como un diario personal en cual publicaré lo que se me venga a la mente, ya sea a causa de que me haya inspirado algo que he leíd...