- Dime que es mentira, por favor, hazlo- le suplico con la voz rota- tú no… tú no… joder ¡no!- grito
- Justin…
- Por favor no, dime que es mentira
- Me encantaría hacerlo, pero… no puedo- susurra con la voz en un hilo
Vuelve a abrazarme, me acuno en sus brazos, apoyando mi cabeza en su pecho y aceptando su amor, sigo llorando como un niño. No me importa que la gente que pase me vea curioso, no me importa saber que anda cerca cualquier capullo con una cámara profesional haciéndose llamar paparazzi y tomando fotos o videos de estos. Solo quiero desahogarme, solo quiero saber que es mentira. No me ha contado la historia, aún no se nada. Y me siento destruido. ¿Cómo puedo pasar de estar en la gloria feliz a sentirme en el infierno?
- Vayamos a casa y hablemos tranquilos, este no es el mejor lugar- yo asiento con la cabeza y limpio mis lagrimas, me levanto del banco y tomo su mano, sin poder evitarlo la acerco a mí y la beso en los labios sintiendo unas fuertes necesidades de hacerlo, de hacerle ver cuanto la amo.
Cuando llegamos a mi casa, nos vamos directamente a la habitación, ella se sienta en la orilla de la cama y me mira esperando que me acerque, suspiro pesadamente y me siento cerca de ella, mirándola atentamente y esperando a que hable, veo como le tiembla el labio al abrir la boca, esto le duele, por supuesto, pero yo necesito saberlo todo.
- Hace un año- comienza- poco tiempo después de que tú y yo lo hayamos dejado lo descubrieron. Cuando me entere yo…- ella suspira con la mirada perdida- me sentí morir, pensaba que “¿Por qué a mi?” “¿Qué he hecho para merecerlo?” No lo comprendía ¿y sabes? A día de hoy sigo sin entenderlo. Supongo que… me tocaba. Supongo que no soy nada especial y que así como puede ser otro puedo ser yo, comencé a pensar, bueno “¿Y porque a mi no y a otro si?” Me gusta pensar que… es mi destino. Eso me hace sentir un poquito mejor- dice y se encoge de hombros- Mis padres y mi familia, los pocos que lo saben, han estado tan… pendientes de mi, tan preocupados. A veces ha resultado estresante tanta atención, pero me hacen sentir querida también y me apoyan.
<< Cuando se lo conté a los chicos no me creyeron, me dijeron loca, se enojaron y… comenzamos a llorar como niños. Ha sido muy duro, pero supongo que estoy en la recta final y ya lo he terminado de aceptar. ¿Sabes? Cuando me enteré lo primero que quise hacer fue correr hacia ti, que me estrechas en tus brazos como solo tú sabes y me susurrarás un “tranquila princesa, yo estoy aquí” pero… no tuve valor de hacerlo.
- ¿Por qué no?- le pregunto lleno de lagrimas
- Tú me odiabas, eso pensé. Así que me hice la fuerte, intentaba mostrarme bien ante los demás aunque no parará de llorar en las noches, solo quería… llevar esto sola. Les prohibí a los chicos decirte algo, si quiera hacer mención del tema, ellos lo entendieron. Y bueno, realmente, no se que decirte. Mi vida desde ese momento se ha resumido en ir cada día al hospital, al principio me habían internado después de la operación,-y eso me molesta y sorprende, incluso la han operado y nadie me dijo nada- decían que por el tratamiento tenía que permanecer en el hospital, pero después de unas pocas semanas no lo soporté, estaba pasando por algo muy duro y que encima me tengan allí encerrada…
<< Quería al menos tener libertad, un poquito. Decidieron darme el alta con la condición de que vaya cada día y aceptará hacerme todos los análisis que ellos creyeran convenientes, acepte sin pensar. Comencé con la quimioterapia hace pocos meses, al principio fue duro, sigue siéndolo pero lo llevo lo mejor que puedo. Yo… al menos me doy ánimos diciéndome que no perdí todo el pelo>>.
Sé que ella lo dice en un intento de bromear, pero no le encuentro la gracia a nada. Esto es algo demasiado duro de entender, simplemente no puedo. Ella tiene un año enferma, y… yo no he estado aquí con ella, cuando lloraba, cuando necesitaba un simple abrazo. Yo no estuve. Y me siento culpable.