Capítulo 30

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— ¿Qué pasó? —me preguntó Louis después de abrazarme en el pasillo del hospital.

Había sido rápido tomando en cuenta el poco tiempo que había pasado desde que le envié el mensaje avisándole que necesitaba su compañía. Pasé mis dedos por entre mi cabello y tiré de las puntas frustrado.

—Fue mi culpa. Estábamos discutiendo. Él iba a golpearme y yo lo empujé —confesé—. Nunca me había sentido tan culpable en mi vida.

— ¿Él está bien? —preguntó con preocupación. Yo sabía que a Louis no le agradaba mi padre, pero respetaba mis decisiones y yo estaba realmente agradecido por ello.

—No lo sé. He estado tratando de que alguien me diga algo pero no me dejan pasar.

—Tranquilo —dijo golpeando suavemente mi hombro—, todo va a estar bien, ya lo verás.

—Eso espero —respondí preocupado.

No podía contar las veces en que había deseado que mi padre muriera. Cada regaño, cada grito, cada paliza, habían hecho un hueco dentro de mi que era imposible volver a llenar y yo lo odié por eso. Pero al verlo tirado sin vida me había hecho olvidar cada cosa mala que me pudo haber hecho y el miedo se apoderó de mi. Tenía miedo de que me dejara, de estar solo.

— ¡Harry! —sentí la voz de Annie detrás de mi y me volteé para verla correr hacía mi preocupada.

Me abrazó fuerte y yo enterré mi cara en su cuello, como un niño pequeño triste. Ella y Louis eran las únicas personas en las que confiaba lo suficiente para que me acompañaran en un momento así.

Nos separamos, pero Annie entrelazó sus dedos con los míos sin soltarme.

—Les traeré café —dijo Louis para luego caminar por el pasillo y dejarnos solos.

— ¿Qué sucedió? —Annie preguntó.

—Papá y yo peleamos por lo de la fiesta y luego se desmayó —mentí—, no me han dicho nada y empiezo a desesperarme.

—Tranquilo —me abrazó nuevamente—, él va a estar bien. No te preocupes.

Asentí con la cabeza, pero un nudo se instaló en mi garganta y mis mejillas se empaparon rápidamente. —Shhh, estará bien —repitió en consuelo. Acarició mi cabello y mis hombros tal como lo hacía mamá cuando yo lloraba.

Le creí, me obligué a mi mismo a creer que nada pasaría, pero aún así no podía controlar el torbellino de emociones que estaba explotando dentro de mi. Me permití llorar frente a Annie, porque ahora sabía que tenía a otra persona además de Louis que me ayudara y me sostuviera en mis peores momentos.

Mi amigo llegó minutos después con tres cafés en sus manos, yo recibí el mío gustoso. La ansiedad estaba carcomiéndome por dentro.

Pasaron horas y nadie nos decía nada, el resto de los chicos llegó también y me encontré rodeado de apoyo y palabras de aliento. Yo siempre estaba quejándome de que estaba solo y de que no tenía a nadie, pero en momentos así me di cuenta de que no era importante el número de amigos que tenías sino lo buenos que eran y yo sin duda tenía a los mejores.

—Hey —llamó Louis a una de las pocas enfermeras que pasaban por ahí—. El padre de mi amigo fue ingresado hace algunas horas y nadie nos ha informado nada.

—Pronto alguien vendrá a notificarles de su estado. Yo no puedo hacer nada.

— ¿No puede hacer nada? —Louis rió sin humor—. Por favor.

—Le pido un poco más de respeto jovencito.

—Y yo solo le pido que haga su trabajo.

—Basta, Louis —le calmó Liam sujetando de su brazo.

Agony » Harry Styles (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora