"Aún no puedo crees que me hagas esto; te detesto tanto en este mismo instante."
Ese era Harry. Estaba no-realmente irritado con Louis quién estaba a su lado ayudándolo con algunas cajas pesadas, lo que había pasado es realmente obvio, incluso se lo esperaba de si mismo- sabía que iba a caer en las manipulaciones de Louis.
Después de una carita de cordero, unas cuantas palabras a las que no pudo resistirse y muchos abrazos asfixiantes por parte de Louis, él había accedido a vivir en la nueva casa de su amigo. ¿Por qué? Porque desde que se metió en este embrollo junto con Louis, sabía que no podía echarse para atrás en estos momentos. Además, si iba a hacer algo, tenía que hacerlo bien, ¿no? Ni tampoco es como si el mudarse con Louis le fuera un gran sacrificio.
Ellos había vivido juntos un par de años atrás, cuando todavía estaban empezando su carrera universitaria y cuando el dinero era uno de sus problemas más grandes. Esa fue su gran solución a la mayor parte de sus gastos: eliminar el gasto que es pagar un departamento.
La convivencia entre ellos no era incómoda y tampoco un problema, eso estaba claro.
Y ahí estaban ambos, llevando cajas hacia en interior de la morada para luego traer más, cada una, más pesada más que la anterior, ¿pero qué era lo que traía Harry? Se preguntó Louis cuando casi tropieza con sus propios pies al no ver el suelo debajo de él.
"¿Qué trajiste en estas cosas? Tenías que traer lo básico y personal, no todo tu maldito departamento." Burló Louis. Harry bufó, ignorando así al chico.
"¿Quieres darte prisa? Tenemos que apurarnos con esto antes que ella despierte."
Louis ante esto se mantuvo callado y puso toda su fuerza de voluntad en concentrarse en llevar y nada más. Sabía que al no sentir calor corporal cerca, al ser tan pequeña aún, despertaba más rápido.
La velocidad que adquirió Louis después de pronunciar esa simple oración fue simplemente gracioso para Harry que trataba de contener una carcajada al ver a Louis casi corriendo de allá para acá.
Louis en su faceta de padre se había convertido en su Louis favorito. Era como ver a una mamá leona tratando de proteger a sus cachorros de los depredadores y peligros que los acechaban. Louis era como una mamá leona, seguro.
Harry decidió ponerse en plan de no-quiero-hacer-nada, solo lo el hecho de que quería enfadar a Louis... solo un poco. Caminó más lento de necesario y con pasos de intermedio sacaba su celular "checando" sus mensajes nuevos.
Miró de reojo a Louis, y sabía que estaba a punto de golpearlo por la cara que tenía en ese instante que lo estaba viendo. Lo ignoró y continuó con lo suyo.
"Harold" Carrapeo Louis. ", te juro por Dios que si no te mueves de ese lugar, vas a pasar por el resto del tiempo que vas a estar aquí, viviendo y durmiendo en una casa de perros."
"Perdona, ¿qué decías?" Preguntó serio aún con la mirada perdida en su celular, aguantando no reír en su cara. "Mandaba un mensaje a alguien."
"¡Harry!" Chilló y entonces no pudo contener más su risa, haciendo enojar más a Louis. "No le veo lo gracioso, imbécil." Sin más tomó otra caja, caminado a paso rápido adentro de la casa. Harry paró con su ataque de risa.
"Oh, ¡vamos, Louis! No te pongas como una princesa ahora." Ahora sí, camino y muy rápido tratando de igualar el paso del otro, viéndolo desaparecer en la puerta después de cerrarla de un portazo. "¡Louis! ¡Vuelve!"
(...)
"¡Tú, pedazo de idiota!" Gritó lo más bajo que pudo, evitando hacer escándalo. "Estuve más de diez minutos tocando la puerta hasta que te dignaste a abrir."
