Después de tal escena, ambos se levantaron como pudieron, caras rojas de vergüenza, y se encaminaron al llamado de la pequeña, Louis el primero en entrar a la habitación."Ya, ya." Frotaba con la palma de su mano la pequeña y delicada espalda de la otra, quien lloraba a todo pulmón. "¿Crees que tenga hambre, o algo por el estilo?" Se dirigió a Harry a un lado suyo, sorprendiéndose ligeramente; todavía estando un poco ido gracias a lo ocurrido anteriormente.
"Eh, no lo sé-digo, sí-puede ser, sí ¿Quieres que vaya a por su biberón?" Dijo, divagando y tratando de evitar en todo momento el ver los ojos zafiro del otro. Louis notó aquello, al instante poniéndose colorado al recordar el por qué de la actitud de aquél. ¿Pero qué le había pasado allá abajo? ¿Acaso estaba perdiendo la cordura? Tal vez sí.
"Sí, sería magnifico." Su voz apenas y fue audible para el rizado, quién apenas lo escuchó, salió corriendo de la habitación sin realmente saber el paradero del alimento de la bebé. La verdad sólo necesitaba una excusa para salir de ahí, se estaba sofocando al estar en una misma habitación.
Bajó de dos en dos los escalones, llegando hasta el último donde se sentó, respirando hondo ante la ansiedad que quería apoderarse de su cuerpo. Tal vez estaba exagerando su reacción pero ¿y qué? Su MEJOR AMIGO había tratado de besarlo, y lo peor era que él no había hecho ABSOLUTAMENTE NADA para evitar aquello que pareció inevitable en ese instante, pero ¿realmente hubiera sido malo besarlo, cómo se hubiera sentido; sus labios juntos bailando en sincronía? Dios, debía alejar esos pensamientos.
Pero no podía.
De pronto se encontró pensando en los labios finos y rosados de Louis, atacando con pura necesidad los suyos, mientras él solo se dejaba hacer como masa en sus manos. Sus manos. Cerró los ojos cuando de pronto se imaginó como las manos del ojiazul se apoderaban de su cuerpo, tocándolo más allá de lo prohibido por encima de sus ropas mientras lo besaba con fiereza y determinación.
La imagen fue bastante real, causándole un estremecimiento en todo su cuerpo mientras abría los ojos en demasía al notar que sus inusuales pensamientos le habían puesto ligeramente duro, llevándolo de nuevo al punto de la ansiedad. ¡¿Qué mierda había sido eso?!
"¿Harry?" Su voz, llamándolo y liberándolo de las imágenes que no quería volver a ver; aunque escucharla en ese preciso momento no era lo mejor en su estado confuso. Louis al notar extrañamente pálido a Harry, se preocupo, tomándolo del hombro e intento de nuevo. "¿Harry, estás bien? Parece que estás a punto de desmayarte."
"Sí, sólo tuve un pequeño mareo." Se alejó del toque de Louis, dejándolo aún más confuso pero decidió ignorar aquello. "¿Sabes?" Harry continuó, de pronto encontrando como safarse de esa incómoda situación. "No encontré el biberón y supongo que se extravió, y-y yo voy a ir a comprar más." Se alejó completamente, llegando hasta la puerta y saliendo dejando nada más que el sonido del portazo que dio.
Louis miraba a la puerta por donde había salido. "Pero estaba en la habitación, Harry." Se dirigió a la nada, su voz salió en un pequeño murmullo que cargaba tristeza. Y fue donde se dio cuenta que, tal vez, había arruinado las cosas con Harry.
(...)
Habia caminado alrededor de veinte minutos, ¿quizás treinta?; no sabía cuanto tiempo había andando divagando por ahí, tratando de alejarse de la sensación de, por un mínimo momento, él había estado más que dispuesto a besar a su amigo.
El sonido de risas dulces y llenas de regocijo se hicieron presentes a medida que avanzaba, dándose cuenta a donde lo había llevado su caminata: un parque. Sonrió por inercia, y aunque todavía su cabeza estaba hecha un lío, decidió que iba pensar sobre ello allí, en una banca, observando como niños jugaban entre ellos y algunos junto con su familia disfrutando de aquel buen día. Una buena idea ¿no?