"¡Qué quiere decir con «Un tipo como yo»! ¡¿QUÉ ÉSTA INSINUANDO?!" Grito enfurecido.
"Señor, Tomlinson, calmese, por favor. Lo qué estamos queriendo decir es que este trámite para adoptar ya de por sí es complicado, y si hablamos de su cas-"
"¡¿Mi caso?!" lo cortó, nuevamente levantando la voz y su paciencia llegando al límite. "¿Aquí vamos de nuevo con eso? ¡Dios! ¡Me lo dice cómo si yo fuera a llevar al niño al mercado negro!"
"¡Señor Tomlinson!" reprendió un señor de al menos 50 años, para después volver a su estado tranquilo. Obviamente, tratando de no llevar la situación a un punto más tenso. "Mis colegas y yo nunca tratamos de decir eso. Lo qué queremos qué entienda es..." divago unos momentos, tratando de encontrar las palabras más adecuadas para qué el ojiazul no se pudiera ofender, así armando otro escándalo. Suspiro pesadamente y continuó. "Qué usted vino hace tres semanas pidiendo los papales para poder adoptar, y en ese tiempo usted mismo nos contó qué es un joven soltero y además... gay. Nosotros en este corto periodo de tiempo nos hemos dado cuenta que es un tipo apto para poder hacerse cargo de un hijo, pero, como le é dicho antes, este es un trámite demasiado largo. Y el hecho de usted ser un muchacho soltero, y eso en su "situación" no facilita las cosas. No estamos diciendo qué sea imposible, pero si se vuelve más complicado"
Tomlinson del otro lado de la oficina principal del Centro de Adopciones de Doncaster, se encontraba indignado, con la boca abierta en un perfecto círculo.
No podía creer qué después de 3 semanas, haciendo todo lo qué los encargados del centro de adopciones, y hace poco visitar a los recién nacidos, dándose cuenta ahí cuántas ganas y esperanzas tenía de ser padre al ver a la pequeña bebé qué acaba de llegar a las instalaciones.
Deseaba tener a esa niña con todo su ser, y nadie le iba a quitar sus anhelos sólo por qué discriminen así a alguien con preferencias diferentes a los demás.
Posó una de sus manos en su cadera, intentando mantener la compostura, sin embargo, fracasando en ello.
"Ósea, me está diciendo que hice todo esa mierda que ustedes piden, ¡Sólo para que me digan que siempre no! ¡Sólo por que soy gay! ¿Se da cuenta cuán jodidamente homofobico suena? Pensé qué esta puta sociedad había aprendido a comprender y a aceptar a los demás ¡Pero veo qué no!" señaló al encargado de ese día, quién tenía las cejas perfectamente enmarcadas con un ceño fruncido "¡Malditos homofobicos!" dijo, y explotó. Se llevó sus manos a su cabello, jalandolo fuertemente en señal de desesperación.
Él jamás había, ni a sido una persona con problemas de ira.
Tampoco quería reaccionar así enfrente de esas personas, ya que sabía que eso podía afectar severamente su postura en cuanto a su caso.
Simplemente le costaba trabajo entender a esta gente, quién habían tardado tanto en decirle que no podía adoptar debido a su homosexualidad, o al menos qué eso complicaba más las cosas, y eso lo llevó más allá del límite de lo que podía soportar. Ahora entendía por que tantos «peros» le daban para seguir avanzando en los trámites, ya que las cosas avanzaban más rápido de lo que todos esperaban.
"Señor Tomlinson, no es lo que usted está pensando. No somos homofobicos, ni mucho menos le estamos quitando su oportunidad de adoptar. Sólo le estamos diciendo qué eso complica las cosas" No dejándose intimidar por el ojiazual, quién lo miraba con ojos entornados, se cruzó de brazos con un semblante totalmente sombrío, pero a la vez calmado, demostrando quién era la autoridad ahí. "Además, su actitud no mejora las cosas" dijo, dándole a entender que su ira repentina no le agradaba en nada.
"¿Y no pudieron decirme éso antes?"
"Lo hicimos, una semana atrás, pero usted parecía más entretenido en lo qué había en el pabellón de las niñas" afirmó ironizando la pregunta del castaño