C a p í t u l o N u e v e

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Louis:

Corrí detrás de Harry, tratando de alcanzarlo, riendo y temiendo caer en cualquier momento debido a la gran velocidad que Harry realizaba, y que yo trataba de igualar. Pasé por la pequeña recepción del lugar, recibiendo varias miradas molestas y confundidas por los presentes, las ignoré y continúe corriendo, dándome por vencido cuando Harry ya había llegado al auto.

Desaceleré mis pasos, jadeando y tomando mi pecho en busca de aire mientras continuaba caminado hacia la entrada del lugar.

Salí por la gran puerta de cristal, sintiendo un ligero escalofrío recorrer mi columna al sentir la fresca brisa matutina de Doncaster. Caminé hacia el auto, metiendo las manos a bolsillo en busca de las llaves, recordando que se las había dado a Harry mientras miraba su mirada divertida desde adentro del auto. Reí y tomé la manija de la puerta del auto, juntando mis cejas en confusión cuando esta no cedía. Bufe y toque el cristal de la ventana.

"Harry, abréme la puerta." supliqué, sintiendo un poco más de frío, en su cara apareció una sonrisa burlona. "No es gracioso, Harry. Hace frío aquí, ¡Abré!" una carcajada amortiguada se escuchó desde adentro y habló.

"¿Qué dices, Lou?" dijo divertido, enciendiendo la radio y subió el máximo de volumen. "¡No te escucho!" vociferó, poniendo una mano en su oído fingiendo no haber escuchando. Golpee la ventana del auto con bastante fuerza, haciendolo dar un brinquito. Fue mi turno de reír.

"¡Abré la maldita puerta! ¡Me estoy congelando!" titire de frío, maldiciendo por no haberme puesto algún abrigo. De pronto, Harry cerró los ojos, tarareando la canción en el radio. "¡Harry!" grité, mi voz grave, dura y exigente. Él río nuevamente y le di una patada furiosa a la puerta, dejando una abolladura, y me arrepentí al instante. "No, no, no, no, no mi bebé." lloriquie, agachandome para sobar la parte hundida. " ¡Mierda, Mierda, Mierda! ¡Maldito seas, Harry!"

De un ágil movimiento me levanté, reicorparándome de inmediato para encarar el auto, donde adentro seguía jugando Harry. Lo vi furioso.

"¡Ya fue suficiente, Idiota! ¡Por tu culpa ahora tengo que llevar el auto al taller para que quiten la mierda que hice! ¡¿Me estás escuchando, pedazo de mierda?!" estallé, sin recibir respuesta alguna.

Frustrado y cansado de pelear, me senté en el capó de mi auto, y espere. Me abracé a mi mismo en un intento de controlar el frío aire que soplaba con una ráfaga veloz, anunciando la venida de la lluvia.

El suave sonido sordo de la puerta abriéndose y cerrarse indicó que él había salido del auto, sin siquiera voltearlo a ver, me aleje aún más, sentándome lo más lejos posible de su alcance. Estaba molesto, muy molesto y con frío.

"Lo siento, Lou. Sólo estaba jugando." susurró arrepentido, aún así, sin voltearlo a ver a la cara. "Lou." llamó, tomando de hombro, y fue momento que aproveche para tomar rápidamente su brazo, lo alejé de mi y lo voltié, poniendo su brazo doblado por la espalda y en un rápido movimiento, dejándolo caer al suelo en un duro golpe.

Me senté a horcajadas sobre su espalda, poniendo mis piernas sobre su cadera y aún manteniendo el brazo en su lugar. Él gimió de dolor.

"¡AH! ¡Louis, me lastimas, sueltame!" chilló e hice más presión en su brazo doblado. "¡AYY! ¡Maldito gilipollas! ¡No, no, no, lo siento! ¡AYY! ¡Lo siento, lo siento, nunca quise llamarte maldito gilipollas! ¡Lo lamento!" hice un poco más de presión y Harry soltó un pequeño sollozo, observé su rostro y de el salían unas cuantas lágrimas. Sonreí satisfecho. "¡LO LAMENTO! ¡LO LAMENTO DE VERDAD, PERO QUÍTATE!" gritó lo más alto que sus sollozos se lo permitieron y traté de no burlándome de su sufrimiento.

¿Papá Soltero? †Larry Stylinson AU†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora