Me reí al escuchar los intentos de cantar de mi padre. Creia que iba a volverme sorda, desafinaba mucho, pero me encantaba que me haga reir. El decia que tambien le gustaba hacerlo. Hacia mucho que no escuchaba mi propia risa, por mas que lo ocultara bastante bien la oscuridad me invadia el alma. Se que suena nostálgico pero es la verdad.
Todo comenzó hace unos meses atrás, antes de cumplir mis 17 años. Era primavera, el sol era cálido y el cielo celeste como los ojos de mamá. Estábamos yendo a comprar unos refrescos a la tienda mientras conversábamos sobre chicos, solíamos hacer eso seguido.
-¿De verdad crees que te dejaría plantada? Emma creo que es un chico agradable, no te invitó a salir para luego dejarte. -me dijo mamá.
-Lo sé... es que a veces pienso tonterías. -me miró.
-No piensas tonterías, pones excusas. Tienes miedo, ¿no es asi?
-Tal vez...
Claramente me descubrió. Me sonrió y agitó la cabeza. Entramos a la tienda, compramos los refrescos y cuando nos ibamos noté algo extraño. Unos hombres nos observaban detenidamente. Los observé y escuché que susurraban algo. Sin embargo creí que no era nada y desvié mi mirada.
Cuando estabamos llegando al estacionamiento algo me atrapó y me tapó los ojos. Estaba muy asustada, queria gritar pero algo en mi boca me lo impedía, ¿cinta tal vez? No supe decifrarlo. Escuché los gritos de mamá, sonaba aterrada igual que yo. Queria ayudarla pero estaba inmovilizada. Comencé a llorar y rezaba que fuese un sueño. Pero no fue asi. De pronto todo se volvió borroso y lo ultimo que recuerdo fue la voz de mamá susurrando: sé fuerte mi niña.
Desperté en un hospital y a mi lado estaba papá. Lo saludé con una media sonrisa. No recordaba que habia sucedido. ¿Un accidente? Me di cuenta que mamá no estaba y comencé a alterarme.
-¿Dónde está mamá?-Papá me miró con tristeza y soltó un suspiro antes de responder.
-Emma yo... tu madre... ¿no recuerdas nada?
-No. ¿Ella esta bien?
-No.. no lo sé. Emma tu mamá desapareció. Creemos que fue secuestrada pero no sabemos si está con vida o...
Su voz se quebró. Por un segundo mi corazón se detuvo. Debo estar soñando, me dije a mi misma.
-¿Qué? ¿Cómo sucedió todo?
Papá me contó la historia detalladamente como a el se la dijeron.
-¿Realmente no recuerdas nada Em? Vos estabas ahí, creí que tambien te perderia.
Le tomé la mano -Estoy aquí papá.- Lo abracé por horas.
El resto es historia aburrida. Detectives por aquí y allá haciendome preguntas que no podía responder y hasta el día de hoy no sé responderlas. Quería recordar pero es como si mi mente bloqueara todo. Según lo que el médico nos dijo me habian drogado pero eso no habia causado mi perdida de memoria. Supuestamente el pánico bloqueó todo. Maldito pánico.
En fin, buscaron a mi madre desesperadamente pero no habia rastros ni de ella ni de los supuestos secuestradores, y pasado el mes de su desaparición dejaron de buscarla. Me daba bronca que no hicieran nada, ellos no escuchaban a papá llorar todas las noches, no lo veian caminar como si fuera un muerto vivo.
Con el tiempo papá decidió que teniamos que irnos de alli. No queria ver o escuchar nada que la recordara a ella asique nos mudamos aquí. Lejos de la gran ciudad. Hace unas semanas papá ya sonreía y se convirtió en una persona muy optimista. Admiraba su fortaleza, yo tambien queria sentirme asi de bien. Sin embargo no podía. El siempre me dio con los gustos, teniamos dinero de sobra, no podia quejarme. Pero por mas cosas que tenía me sentia vacia. Por fuera me demostraba indiferente pero por dentro me estaba ahogando en mi miseria.
