Capítulo 9

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Capítulo 9

Encontrar a Hermione fue más fácil de lo que creía, todos estaban hablando del último concierto que ofrecería en la ciudad "The Fall", después de este concierto se irían a una gira por Sudamérica y después por Europa. La verdad no esperaba entrar tan rápido al recinto donde se llevaría a cabo el concierto, pero claro, la suerte en ese momento estaba de mi lado, un tipo de la banda me vio y me metió, pero claro no todo podía ser tan fácil como parecía, encontrar a Hermione vistiendo solamente un pequeño conjunto de lencería de color azul me quito el aliento y evoco el triste recuerdo de nuestra única noche juntos, pero en la panorámica entro el otro, ese que apareció en mi pesadilla, estaba ahí con ella, disfrutando del tacto de su piel, que disfrutaba de  su pasión.

-Draco

-Hola, Granger, por lo visto te sigues divirtiendo igual que en el pasado- no pude evitar endurecer mi tono, pero al fin y al cabo, ¡a la mierda!, ella no merecía que sintiera lastima por ella, se suponía que ella debería estar destrozada añorando que yo regresara a reconfortarla.

El tipo que había conseguido que entrara me miro y después entro en el pequeño camerino, se puso entre el tipo semidesnudo y mí… Hermione, ella ya no era mia y creo que en realidad jamás lo fue.

-Ten, Hermione, te traje esto para que te cambiaras.

-Gra… gracias, Jace- el semblante al igual que su voz carecían de color, ella estaba nerviosa, pero ¿Quién no lo estaría, si te atraparon en el momento más importante?

Jace se dio la vuelta y enfrento a su compañero.

-¿Qué haces aquí, Trey?

-Oh, lo lamento, Jace, pero quiero recordarte que este también es mi camerino, aquí la mejor pregunta seria, ¿Qué hace él aquí?

-Ya chicos, por favor, no se peleen, y quiero pedirles que por favor salgan para que me pueda cambiar.

Abrí la puerta y salí por ella, detrás de mi iban los otros dos, lo mejor sería que me fuera, al fin y al cabo ya la había encontrado y estaba bien, demasiado bien para mi gusto. Mis propios pasos me guiaron a la puerta por la que había entrado.

-¡Draco!- volví la cabeza solo lo suficiente para ver de reojo a la mujer que me hablaba- No… no te irás, ¿podrías esperarme?, por favor.

Puse los ojos en blanco y no conteste, solo volví sobre mis pasos y me recargue en una de las paredes, observe a las mujeres que tenían el privilegio de estar tras bambalinas, todas se pusieron estáticas al ver salir del camerino a dos de sus ídolos, a mi ni me dedicaron una mirada, por mi mejor, no estaba para soportar a niñas aficionadas al cutting.

-Más te vale que quites esa cara cuando ella salga, o me cobrare con sangre las lágrimas que ella derrame.

-Estas vendiendo a tu novia, Jace, no deberías de hacer eso, si ya no la quieres sabes que yo estoy aquí

Las palabras de Trey me cabrearon, el había tenido entre sus brazos a la mujer que amaba y después hablaba de ella como si fuera un trofeo que debía ganar y exhibir por todos los lugares conocidos y por conocer.

-Cierra tu puto hocico, Mills, sabes perfectamente que Hermione jamás se fijaría en alguien como tú.

Mills iba a replicar, pero en ese momento vi como se dirigía hacia nosotros la hermana de Hermione, ella no miraba hacia nosotros, pero no tardaría en verme y ahora si el drama que vivimos en el pasado se quedaría totalmente obsoleto.

-¡Mierda!- la maldición de Jace fue lo único que escuche antes de ser lanzado por la puesta del camerino y ser encerrado en el, mi cadera choco contra el tocador y el golpe me causo un fuerte escozor, afuera se escucho la voz de la perra hermana de Hermione, ahora estaba encerrado en el estúpido camerino en el que ella estaba terminando de cambiarse.

La puerta del baño se abrió y por ella salió Hermione, con la cara totalmente libre de maquillaje, su cara se veía completamente infantil, me dejo sin aliento verla tan natural y a la vez tan… tan diferente, la ropa negra que vestían la hacía más pálida y ocasionaba que su cabello castaño se notara mas, parecía un ángel caído ante mis ojos, pero ella no sería mi ángel, sería el ángel de Jace.

Al salir ella también escucho a su hermana y empalideció aun más, después un poco de color regreso a su rostro al ver que yo estaba en el camerino con ella, y su hermana no podría evitar que se llevara a cabo nuestra conversación pendiente.

-Bueno, creo que es momento de que hablemos

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