La caja vacía de la pizza estaba sobre la barra, no había ningún indicio de que alguien más hubiera compartido la cena conmigo, bueno al menos las evidencias no estaban en la sala.
Cerré los ojos y deje que la fresca brisa de la media noche me golpeara el rostro, quería que el olor a canela y chocolate se borrara de mis sentidos, no debería de caer ante ella, no debía doblegarme ante esa debilidad y menos después de su comportamiento la noche anterior.
"¿Eres tu mi papi?"
La dulce voz infantil volvió a llenar mis sentidos, mi corazón tropezó en sus sonoros latidos y después inicio una carrera contra mi propia razón, en algún momento esa niña había sido mía, mi hija, pero ahora no sabia si eso volverá a ser o solo quedaría enterrado bajo otra capa de arena.
Me incliné sobre la orilla del balcón y mire al vacío, ahora ya era noche cerrada y estaba despejada, la luna brillaba, ella seria testigo de mi decisión, dejaría todo atrás, después de dejar los Angeles me iría a algún lugar y solo regresaría a Londres para la boda de Blaise y a partir de ese momento comenzaría mi vida de nuevo, ya no más recuerdos, no más ilusiones, solo el futuro y el trabajo, lo demás no tendría cabida en mi vida, Hermione y Victoria deberían de salir de mi vida, de mi mente y de mi corazón.
Regrese a dentro y me deje caer en el sofá, ya tampoco quería mirar esta estancia, ya no quería ningún tipo de recuerdo, los recuerdos alteraban mi respiración y aceleraban mi corazón, era momento de dejar de generar cosas que dentro de dos días desecharía.
Doce campanadas sonaron, la media noche ya estaba sobre mi y de nuevo tenia que soportar el insomnio, como cada noche desde hacia mucho tiempo
No hizo ningún ruido, pero sentí su presencia, sus pasos habían sido como un susurro, su respiración fue un susurro y de repente ella estaba enfrente de mi, con un camisón blanco hasta las rodillas, su cabello era una maraña y su rostro estaba impecable, no había ni un rastro de maquillaje, Hermione en este momento era la pureza y la pasión, ella era mi ninfa y mi musa, musa de la musica que mi corazón interpreto y que mi mente bailo, ella era una hechicera y yo era su más fiel discípulo.
Ella y solo ella.
Sus ojos estaban brillantes, el sueño estaba impregnado en sus facciones, pero también había algo más en su expresión, había anhelo.
Sus pasos fueron inexistentes, ella flotaba hacia mi, su camisón ondeaba a su alrededor marcando sus curvas y haciéndola más maravillosa a cada paso que daba, mi respiración se volvió superficial cuando estuvo a un palmo de distancia de mi, su respiración también era errática, sus ojos buscaron los míos y todos dejo de existir, ella ya no solo estaba frente a mi, ella era parte de mi alma, ella estaba dentro de mi, destrozando todos y cada uno de mis pensamientos de abandono.
Sus pequeñas manos recorrieron mi pecho y terminaron en mis hombros, sus ojos volvieron a brillar cuando no me aparte de su tacto, un pequeño paso más termino por matar el espacio entre nosotros, el calor de su cuerpo penetro en el mio y todo dejo de existir, sus labios estaba en los mios, mis manos en su cintura estrujándola contra mi pecho, sus manos jugaban con mi cabello.
Pasos trastabillantes terminaron por llevarnos hasta el sofá, ella estaba sobre mi, frotándose contra mi deseo, todo estaba dando vueltas, sus movimientos se volvieron irregulares y frenéticos, mis manos estaba sobre sus pecho, amasando su cuerpo, queriendo que no hubiera nada entre nosotros, mis manos bajaron por sus costados, levante su camisón hasta su cintura, acaricié sus muslos y me interne en su entre pierna, toque su calor y su deseo, mis dedos vagaron por su intimidad buscando y encontrando su clítoris, jugué con el para después internar mis dedos en su interior, los moví para mi propio beneficio, tratando de hacer que se corriera en mis manos, Hermione comenzó a trastabillar y su respiración se detuvo y se desplomo sobre mi, su cabeza callo sobre mi hombro, su cuello quedo expuesto para mi deleite, mi boca lo recorrió, mis labios fueron los primeros en tocar su suave piel y después también mi lengua, después de un momento no pude evitar clavar mis dientes en la unión de su cuello y su hombro, succione con fuerza sacándole un quejido lastimero, no me importó, ella estaba marcada, ella era mía y yo era suyo.
-Draco...- mi nombre salio de sus labios y ella quedo como muerta sobre mi, estaba dormida, en mis brazos, donde ella pertenecía, donde estaba mi hogar era en ella, aun cuando estaba a dolorido y frustrado,eso no importaba, ella era mía, y se quedaría conmigo.
"¿Eres tu mi papi?"
Volvi a escuchar la voz de Victoria en mi mente antes de caer envuelto por el sueño, pero esta ves una pequeña voz contestó al recuerdo.
"Si, pequeña, yo soy tu papi..."
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Moonless Night
FanfictionLos sentimientos son más fuertes que la razón cuando éstos son verdaderos.