Capítulo 11
Ni la fría brisa de la noche había logrado aplacar mi sangre ardiente, podía jurar que sentía como corría como lava por mis venas, quemándolo todo a mi paso, generando incomodidad, éxtasis y excitación, el rose de mis propios pantalones me ocasionaba dolor e incomodidad, yo había querido otro tipo de roce, un roce más ardiente con Hermione, había querido destrozar sus pantalones y dejar caer los míos hasta mis rodillas, después sentir su calor y hundirme dentro de ella, embestirla una y otra vez, con enfermo frenesí, con amor y con pasión, había querido mostrarle todo lo que había dejado atrás, todo lo que tenia para darle a ella y a mi pequeña hija, yo quería protegerlas, quería mostrarle a Hermione hasta donde llegaba mi pasión por ella y todo lo que podía darle si ella me lo pidiera, si ella regresara conmigo a Londres.
Abrí los ojos y deje que luz de la mañana me sacara de mis oscuros deseos, no podía pensar en ella, no de esa forma, al fin de cuentas, solo la había buscado para saber si ella estaba bien, si era feliz y ella estaba bien, tal vez no feliz, pero ¿Quién sería feliz teniendo una hermana como Susan?, suspire y deje caer mi brazo sobre mis ojos, si esa mujer ayer no hubiera estado buscándola, ella y yo hubiéramos podido estar juntos, reencontrarnos, no me hubiera importado que su novio nos hubiera visto, así ese niño hubiera entendido que no debía tocar lo que es mío, pues Hermione era mia, ella debía de ser mia, ella y Victoria, eran mías y yo debía protegerlas y poseerlas, me estremecí ante mis pensamientos, no era bueno que después de solo estar unas pocas horas con ella mi instinto posesivo se hiciera presente, no era lo correcto que eso pasara, lo mejor sería que yo olvidara mi idea de expandir mi empresa a Estados Unidos, lo mejor sería permanecer lejos de ella, si abría una sucursal aquí, solo podría pensar en que ella estuviera conmigo, en poseerla, en que volviera a ser mia, pero eso no debía ser, no seria, y de eso estaba totalmente decidido.
Sobre la mesa de noche sonó y se movió mi teléfono celular, era un mensaje y cualquier cosa que fuera podría esperar, aun no estaba listo para enfrentarme al mundo exterior, aun tenía tiempo para volver a levantar mi barrera antes de ir a recoger a Hermione a su trabajo, otro mensaje llego y poco después el celular comenzó a sonar, ahora era una llamada, esa si debía responderla si no quería que Blaise o Pansy me patearan las bolas a mi regreso a Londres.
El que llamaba era Blaise, debía esperar que el me tratara de mantenerme vigilado.
- ¿Por qué me mandas mensajes si después me vas a marcar?
-No te he mandado ni un jodido mensaje, pequeño bastardo- la voz de mi primo fue como una explosión en mi oído, mierda, había olvidado marcarle.
-Blaise, lo siento, se me olvido- trate de excusarme mientras me sentaba totalmente recto y pasaba mis dedos por el desorden que era mi cabello después de una noche muy inquieta.
-No me des excusas, Draco, sabía desde el jodido primer momento que en cuanto la vieras todo se iría a la mierda- Blaise escupió las palabras y después soltó un suspiro lleno de frustración- Pero bueno… ya paso… ¿Cómo estás?
¿Cómo contestar esa pregunta?, con la verdad sería lo más acertado, pero no podía decirle a Blaise que la sangre me ardía por tocar a Hermione, no podía decirle cuanto la deseaba aun después de todos estos años, lo mejor sería decirle lo que él quería oír, pero no me sentía capaz de hacerlo, el merecía saber la verdad, pero no podía decirle, me encontraba entre la espada y la pared, así que decidí no decir nada, que el formara sus propias hipótesis, eso era lo mejor.-Por tu mutismo imagino que no ha ido muy bien que digamos tu proyecto de caza y captura, ¿cierto?
-No… bueno… si va bien, solo que no es como yo lo esperaba.
-¿Cómo lo esperabas?, ¿que ella estuviera destruida y que necesitara tu apoyo?- no respondí con palabras u pregunta, no hacía falta, el sabia que eso era lo que yo había deseado que fuera de esa manera- ¿Lo pensaste?, ¡Maldita sea, Draco!
-¿Blaise?, por favor no me digas nada, se que estoy jodidamente idiota por pensar eso, pero no lo pude evitar, deseo que ella me necesite, quiero ser quien la consuele…
-Para que puedas hacer eso debes de hacer tres cosas, la primera: sacarte esas estúpidas ideas de la cabeza, dos: dejar de pensar cosas como esas, tres: comprobar que no la dañas con tu presencia y cuatro: que ella todavía te ame.
El recuerdo de los besos que compartimos Hermione y yo vino a mi mente de nuevo y con más fuerza que antes, mi sangre volvió a hervir y el bóxer me comenzó a incomodar, con el simple recuerdo me excitaba, eso no era bueno, o al menos no en este momento, Blaise tenía razón debía saber si ella me seguía amando o solo confundí los sentimientos que ella trataba de trasmitirme. Pondría en práctica las tres… bueno cuatro cosas que me dijo mi primo.
-¿Sabes, Blaise?, no sabía que las matemáticas habían cambiado tanto desde que salí de Londres.
-Bastardo- el gruñido de mi primo fue lo último que escuche antes de que este colgara con un estruendo que me dejo zumbando el oído.
Puse los ojos en blanco y mire los dos mensajes que me habían llegado antes de que Blaise me llamara, eran de un número desconocido. En el primer mensaje había una dirección y una hora en específico, en el segundo había un mensaje que me desconcertó un poco.
En esa dirección y en esa hora puedes recoger a Hermione y a Victoria, pero te advierto que si les haces daño te las veras conmigo.
PD: No eres el único que tiene contactos.
Jace Seymour
Bueno al parecer el novio de Hermione me autorizaba cortejar a su novia, eso ya era un avance, ahora solo me faltaba saber si valía la pena luchar esta guerra o ya era una causa perdida.
ESTÁS LEYENDO
Moonless Night
FanfictionLos sentimientos son más fuertes que la razón cuando éstos son verdaderos.