Caer tan bajo

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Esto sí que ha dolido, pero felizmente ya paso lo único que tengo que hacer es ponerme de pie y caminar... Está bien Arian, tú puedes hacerlo así que me levante de la cama y me vestí. Cuando miro mi reloj ya eran las 02:17 de la tarde, voy caminando hasta tomar un taxi en aquel paradero tétrico donde encontrabas a gente muy extraña en cierto modo

Llegue a mi destino La Plaza lo primero que hice fue ir a comprar algo para comer (ya que mi estómago estaba vacío) y veo la enorme cola que se encuentra en la comida rápida, así que voy a un pequeño puesto de comida japonesa donde se encontraba una señorita con unos hermosos ojos y una sonrisa muy carismática

-Buenas tardes señorita me da sushi con un refresco de maracuyá (señalando el pedido en la carta)

-Buenas tardes señor, dentro de poco saldrá su pedido ¿no desea agregarle nada más?

-No gracias, solo eso (me retiro a la mesa indicada)

Lo que me llamo la atención es que la señorita me dijo señor no me lo puedo creer ¿tan viejo soy? bueno... no es que casi nadie me llama así. Mientras sacaba mi celular para llamar a salvador y decirle que ya estaba en la plaza llega mi pedido y me dedico más a comer que a hablar. Estuve esperando una hora entera a que se aparezcan todos estos impuntuales, el primero en llegar fue Alfonso después llego Fabiola con Ernesto al cual no habían invitado (pero que se iba a hacer) Al final llegaron todos pero... no llegó Margaret. Solo pude sentirme muy mal toda la maldita tarde, todo me hacía acordar a ella y ya se acercaba su cumpleaños, aproveche en comprarle un bonito peluche de un chiguagua. La película que vimos duro dos horas con dieciocho minutos y ¿Qué decir? la pase muy bien con mis amigos, pero eso no quitaba la tristeza que tenía por la falta de desinterés de Margaret.

Todos se fueron y yo también me retire, al llegar a mi casa lo único que hice fue echarme en mi cama y comenzar a sentir dolor, yo alguien que desconocía lo que era ese sentimiento, me sentía solo, abandonado, perdido y desamparado. Lo único que esperaba esa noche oscura y fría era tan solo un mensaje de ella, pero no fue así, de tanto esperar me quede dormido con el celular en mano...

¿Creíste que te tomaba en serio? me das lastima, solo eres mi juguete y... ¿sabes que hago cuando me aburro de un juguete? lo desecho porque ya no me sirve y busco uno que me divierta más... Ya no quiero dormir, mi mente me engaña y yo no puedo seguir con esto, tengo que hacer algo muy pronto. De verdad Margaret me gusta y mucho aunque muchas personas digan que lo nuestro no va, me he olvidado de cristina por completo, teníamos una bonita amistad pero la malogre por ser muy débil (no soy bueno en esto del amor) y pensar que todo comenzó en aquella fiesta y pues ella solo era una chica más del montón, después de unos segundos sin hablarme... sin tocarme... me enseño una extraño sentimiento y yo sólo pensaba que necesitaba de ella para estar completo... en estos días que transcurrieron comencé a sentir algo tan profundo que no tenía explicación

En la mañana desperté muy tenso, comencé a sospechar de estos extraños sueños repentinos que tenía ¿acaso he hecho algo malo para que me atormenten? (me decía yo mismo una y otra vez en mi cabeza) no sé lo que voy a hacer... estaré hundido en un mar de lágrimas ¡ya no más! Muy pronto voy a enloquecer... es que cuando más alto estas, la caída va a ser más dolorosa...
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Unas semanas más tarde...

-hoy iremos a la playa (levantando la voz moderadamente mi madre)

-¿¡hoy!? Pero... Hoy tenía que salir, no tengo que faltar es el cumpleaños de una amiga

-lo lamento pero no iras (me dijo en un tono muy sarcástico)

-No, ustedes no pueden hacerme esto ¿tanto me odian?

-Arian, ya basta (me replicó mi padre) iremos todos a la playa y punto

Hoy es el cumpleaños de Margaret y yo no puedo faltar, simplemente no puedo ni debo. Llegamos a la playa y había poca gente de pronto a lo lejos veo a una vieja amiga venezolana de mi madre acompañada de una jovencita muy apuesta, ojos marrones claros, cara pálida, Cabello lacio de color castaño, delgada y alta. Todo el tiempo transcurrió normal y mientras mi madre conversaba con su amiga venezolana, yo aproveche para poder hacer una nueva amistad...

-hola, ¿como estas?

-hola, ¿yo? Pues bien

-¿Cual es tu nombre? (Mientras miraba sus ojos)

-mi nombre no importa ahora, yo soy todo un enigma

-vaya que si, pues mi nombre es Arian y estoy encantado de conocerte

-¿quieres nadar un rato? (Mientras lanzaba una sonrisa de confianza)

-Claro que si, ¿una carrera?

-bueno acepto, aunque te lo advierto vas a perder Arian

Después de cuarenta minutos terminamos cansados y ella tenía que irse, me despedí y le pregunte: ¿algún día te volveré a ver? A lo que ella respondió algún día Arian... Algún día... Aún era temprano y al llegar a mi casa lo primero que hice fue alistarme para la fiesta de Margaret me duché y me puse un pantalón jean con un polo blanco y unas zapatillas DC
Ya estaba muy cerca de la fiesta, pero me falta algo... Mi mejor amigo, pase por la casa de Raúl y le dije si me podía acompañar, él optó por ir así que subió al carro y llegamos a la fiesta. Ya adentro de la fiesta vi a Margaret con un vestido muy hermoso y ella estaba muy bien maquillada, lo primero que hice fue correr y abrazarla, no me importaba que todo el mundo nos este viendo, lo único que me importaba en ese instante era ella y yo, en mí alrededor no existía nadie más.

Después le di el regalo que le compré ese sábado. Después de todo me sentía muy mal y al parecer ella se percató de mi tristeza, estaba caminando y de pronto siento una frágil y delicada mano que me detiene era Margaret me obliga a voltear y mirarla... Lo voy a pensar Arian me da un beso en la mejilla izquierda y se retira con alexa, tatiana y Cristina... Un momento... ¿Cristina? Esto se va a poner interesante, yo no pensaba que Cristina iba a venir a la fiesta de Margaret, pero debo admitirlo Cristina es muy bonita... Al pasar de los minutos llegó Luz y Fabiola las cuales eran más divertidas que las demás. Al rato llega una chica muy extraña la cual me sorprendió mucho, estaba sentado y de la nada viene corriendo una chica de pequeña estatura, sin lentes, una sonrisa de comediante, polo negro y zapatillas converse... "Así que este es Ariancito" (con un tono de sorprendida) la quedó mirando por unos segundos y digo ¿Stefany? Ella sólo sonríe y se queda sorprendida cuando me paro para saludarla, al parecer ver a una jirafa como yo es algo nuevo para ella y la verdad no la culpó, aveces doy una gran impresión... ¿Que esperamos? Que la fiesta empiece...

Algo en mí , murióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora