Cap 29

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Yo me levanté sin pensarlo, me despedí de Allie, Jo y Rachel y fui con Dylan a oír lo que tuviera que decirme. Él me llevó de la mano apresuradamente por las escaleras que conducían a los dormitorios y subimos al ala de los chicos. Creo que no hace falta aclarar dónde acabamos, ¿verdad?

-¡Dylan! ¿Pero qué...? Entiendo que busques privacidad, pero esto es... -hice una breve pausa para pensar la expresión más adecuada- No sé, ¿exagerado?

Dylan se encogió de hombros.

-Mi cuarto es el sitio más tranquilo que se me ha ocurrido; y créeme, realmente la tranquilidad es lo que más necesito ahora mismo. ¿Por qué? -se giró a mirarme- ¿Te da miedo quedarte aquí, a solas conmigo? -acarició mi mejilla con ternura- Quiero que sepas que yo jamás te haría daño.

Vale, eso me hizo sentir mariposas en el estómago. ¿Cómo se podía ser tan perfecto?

-Eso no lo dudo, cielo -lo besé-. Eres la persona más dulce y buena que conozco. Y no estoy asustada -me separé de él para poder apreciar mejor el entorno-, solo un poco sorprendida. Es que nunca había estado aquí.

No había nada fuera de su sitio, todo estaba limpio y ordenado. Las cortinas y la colcha de su cama eran de color azul marino. Encima de su escritorio descansaba una foto enmarcada en la que se veía a Dylan posando de pie junto a su prima, Lucy, dentro de lo que parecía ser una gran sala de estar. Ambos sonreían ampliamente y se les veía algo más jóvenes de lo que eran ahora.
Oí a Dylan reír detrás de mí.

-Sí, esa foto... -explicó- Nos la hicimos el día que Lucy cumplió los doce, hace unos tres años.
-Me encanta -comenté sonriente. Luego recordé el porqué estábamos en verdad ahí y suspiré-. Bueno -me giré hacia él-, ¿de qué querías hablar?

La sonrisa de Dylan se esfumó en seguida, dejando de nuevo a la vista a ese chico serio y cansado que se encontró conmigo en la sala común hacía menos de cinco minutos.
En serio, odié tener que devolverlo a la realidad de una forma tan brusca.

-¡Ah, cierto! -Dylan se tapó la cara con ambas con ambas manos y, gruñendo por lo bajo, se dejó caer sentado sobre su cama- Todo esto es una locura, Stell, una locura...
-¿Qué es una locura? -pregunté con suavidad mientras me sentaba a su lado y le tomaba la mano- ¿Qué es lo que va mal?
-Absolutamente todo -se quejó en voz baja mirándome a los ojos-. Toda la Night School está frenética, ¿sabes? Ya has visto cómo están las cosas últimamente: el fallo de seguridad producido durante el baile de anoche, y el caso de ese supuesto espía traidor... Nos tiene a todos como locos... ¡Ah! Y, antes de que se me olvide, tenemos que hacer patrulla por equipos también esta noche -añadió sin entusiasmo.
-Ahí estaré -prometí mientras le quitaba el flequillo de la cara e intentando calmar el sentimiento de culpabilidad que se despertó en mí al escuchar las palabras "espía traidor" (¡Yo era, en parte, responsable de que Dylan se viera tan mal!)-. Y tú deberías dormir un poco antes de salir a patrullar, pareces agotado.

Dylan se rió, como si mi consejo fuera una broma.

-Mi querida Stell -me alzó la barbilla-, he estado muy ocupado todo el día y sin poder ver a mi novia. No voy a desperdiciar la oportunidad que tengo ahora de estar con ella -me dio un beso-, ni si quiera por la idea de tener una siesta.
-¡Dylan! -protesté- Yo también te eché de menos, pero si necesitas descansar...
-No te preocupes por eso de momento. Dormiré esta noche, cuando acabemos el turno. Ahora, disfrutemos de nuestra compañía.

Dicho eso, juntó sus labios con los míos y estos se fundieron en un cálido y anhelante beso.

***

Llegado el momento, me reuní con mis compañeros de la noche anterior: Dylan, Zoe y Allie. Trabajaba con el mismo equipo, patrullaba por la misma zona y, por supuesto, estaba igual de asustada.
Pero eso no me detuvo. Si pude hacerlo la noche anterior sin que nada saliera mal, ahora también iba a poder. A fin de cuentas, lo más interesante que nos pasó la primera vez fue oír a unos cuantos animalitos por el camino, ¿por qué iba a ser diferente en este caso? Claro, viéndolo así, no tenía por qué preocuparme.
Los cuatro trotábamos sin parar, poniendo toda nuestra atención a cualquier amenaza que pudiera haber a la vista, y así estuvimos durante muchísimo rato sin que ocurriera nada nuevo ni de lo que tuviéramos que informar a los profesores de la NS.
Cuando nuestro turno de vigilancia estaba a punto de acabar, yo empezaba a celebrar para mis adentros que no encontráramos nada fuera de lo normal. Entonces, sucedió lo que suele suceder en las películas cuando alguien hace eso.
La figura de una persona pasó fugazmente por mi campo de visión a escasos metros a nuestra derecha, e iba corriendo en dirección contraria a la que llevábamos nosotros.
Instintivamente me detuve; y Zoe, que iba detrás de mí, chocó conmigo. Eso la puso furiosa.

-¿Se puede saber que haces? -me susurró ella-
-Lo siento, Zoe. Es que he vis... ¿A dónde ha ido?

La colisión entre Zoe y yo desvió mi vista del "espía del árbol" un momento, pero en seguida me giré hacia él y ya no estaba. Miré a mi alrededor, desesperada, pero ya no vi a nadie más. Había desaparecido en menos de un parpadeo.

-¿A dónde ha ido quién? -preguntó Allie-
-Nadie se ha separado del grupo, Stella -afirmó Zoe como si fuera lo más evidente del mundo.
-¡Eh! -susurró Dylan al llegar a nuestro lado. Él era el único que había seguido trotando- ¿Qué pasa aquí?
-Lo he visto -respondí nerviosa-, juraría que lo he visto.
-Cálmate, Stell -Dylan me agarró por los hombros-. ¿A quién has visto?

Negué con la cabeza.

-No le reconocí, solo lo tuve a la vista un segundo. Pero estaba justo ahí -señalé.
-Ahí no hay nadie -anunció Allie mirando donde les dije.
-No os mováis de aquí -nos ordenó Dylan-, voy a comprobarlo. En seguida vuelvo.

Acto seguido, mi novio y compañero de la NS se acercó cauteloso al lugar y lo investigó él mismo.

-Aquí no hay nadie -afirmó Dylan-. ¿Estás segura de que has visto algo, Stell?
-¿Insinúas que imagino cosas? -me indigné-
-No he dicho eso, nena -respondió él en tono apaciguador-. Mira, nos queda muy poco. Deberíamos continuar. Y si hay realmente alguien por aquí -dijo bajando aún más la voz-, lo averiguaremos, ¿de acuerdo?

Con todas a favor, el grupo siguió su camino. Cada uno de nosotros iba incluso más atento que antes, pero no pasó nada más hasta que se terminó el turno de patrulla.
No podía creérmelo cuando por fin llegué a mi habitación. Después de la reciente experiencia en el bosque, necesitaba paz y tranquilidad. Cerré la puerta al entrar, con mucho cuidado de no hacer ruido, y solté, con mi espalda pegada a la puerta, un profundo suspiro de alivio por estar ya ahí.
Pero esa necesaria tranquilidad, como era de esperar, no me duró demasiado.
Una brisa fría me dio de frente y empujó mi pelo insistentemente hacia atrás. Fue entonces cuando me di cuenta de que la ventana estaba abierta, pero estaba segura de que la había dejado cerrada la última vez que estuve ahí.
¿Os resulta familiar esa situación? Pues a mí también.

-¿Christopher? -murmuré-

Lo extraño fue que nadie me respondió, pero sí que sentí a alguien moverse. Lo primero que hice fue correr a pulsar el interruptor de la luz, que estaba justo al lado de la puerta.
Aún siento escalofríos cuando recuerdo los sucesos que ocurrieron justo después de eso.
Al principio, me llevé una sorpresa enorme. Claro que, si Nathaniel quería hablar conmigo y no podía, mandaba a Christopher a visitarme con el recado. Pero esto era muy diferente.
Ahí estaba él, de pie junto a mi cama. Vestía completamente de negro, como si aún fuera miembro de la NS. Su pelo rubio estaba revuelto, sus ojos me miraban fijamente con una mezcla de locura y malicia.

-¿Qué haces tú aquí? -pregunté nerviosa-
-Hola a ti también -me respondió él, divertido-, niña de papá.

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¡Bueno! Aquí estamos, otro viernes más. Lo estaba deseando, echaba de menos subir cada viernes (creo que ya mencioné una vez lo especiales que se me hacían gracias a este fanfic).
¿Qué tal la semana? ¿Bien?
Hasta aquí el Cap de hoy. Con todo mi cariño, como siempre (sobre todo en relación al final xD).
Bueno, no quiero hacer spoilers sobre mi propio fanfic, pero... Agárrense, porque a partir de aquí vienen curvas O.O
Como siempre, quiero agradeceros vuestro apoyo. Esta obra se ha vuelto más importante para mí de lo que imaginé cuando empecé a escribirla, y todo gracias a vosotros. Así que cada Cap que subo, va dedicado a vosotros.
¡Que tengáis un feliz viernes! (y feliz San Valentín a quien disfrute de esta festividad).
Hasta la semana que viene, queridos míos.

Stella en CimmeriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora