-¿Katie? -susurré antes de poder detener la pregunta-¡Mierda! Tenía que haberme callado y volver abajo en silencio. Si la pelirroja no me había oído llegar, de nada me servía ya. Se dio la vuelta al escuchar su nombre y se llevó un susto que casi la tira a ella también.
-¿De dónde sales tú? -dijo ella-
-Cálmate, Katie -dije mientras acababa de subir. No iba a quedarme ahí, colgada. Se me hacía raro sentarme junto a la mismísima Katie Gilmore, sobre todo después de las amenazas de la mañana anterior-. No grites, por favor, o nos meteremos las dos en problemas... ¿Y qué haces aquí arriba?
-Tú sí que deberías estar en problemas -replicó entre dientes-. Y lo que haga o no es asunto mío -estaba muy tensa, como si pensara que fuera a atacarla. Y no me extraña. Me echó un repaso rápido de arriba a abajo, y de abajo a arriba otra vez, con cara de disgusto-. Entonces es cierto lo que dicen, has salido de rositas a pesar de todo.
-No he salido de rositas -discutí-. Yo...
-Sí, ya -me interrumpió-, te han echado de la Night School, ¿no? Solamente eso...
-Tú... ¿Lo sabías? -la miré asustada-Ella no debía saber que yo era parte de la NS, porque los asuntos de la NS y la identidad de quienes forman parte de la misma son alto secreto para cualquiera que no esté dentro (por ejemplo, Katie). Tanto el que intente descubrir sus secretos como el que los cuente, se pueden buscar un buen lío.
-No lo he sabido hasta ahora que ha corrido el rumor sobre cómo ha acabado todo, tranquila -respondió con frialdad-. Pero dime, ¿cómo has conseguido librarte de que te expulsen?
-Ni yo misma lo sé -confesé encogiéndome de hombros.Katie me estudió en silencio con la mirada, recelosa, quizá meditando si debería creerme o darme un empujón para que me cayera (lo sé, llamadme exagerada).
-¿A qué has venido? -acabó preguntando- Deben de ser como... Las cuatro de la mañana.
-No podía dormir y pensé que... No esperaba encontrarme a nadie aquí arriba.
-Claro, claro...
-Oye, Katie, ¿puedo hacerte una pregunta?
-¿Qué clase de pregunta?
-¿Quién fue el que te avisó de que yo era una enemiga? ¿Quién te lo sopló?
-Como si yo fuera a decírtelo a ti... -murmuró sarcástica-
-No tienes de qué preocuparte -le dije sin el más mínimo rencor-. Ha sido como tú querías, ¿no es cierto? Se acabaron los secretos y las mentiras. Ya no hay nada que ocultar.Por un momento, parecía haberle convencido mi razonamiento. Pero no era tan sencillo.
-Pero, aún así... -murmuró. Negó con la cabeza- No, no te lo puedo decir.
Su voz había pasado en seguida de tensa y fría a nerviosa y balbuceante.
-¿De qué tienes tanto miedo, Katie? ¿De mí? ¿De Nathaniel? -se me pasó una idea horrible por la cabeza- ¿Estás en contacto con la gente de Nathaniel? ¿Te han amenazado?
-¡No! -respondió horrorizada- No se trata de eso... ¡Y cállate ya!En circunstancias normales, me hubiera ofendido por su grosería y la hubiera dejado sola ahí arriba. Pero jamás había visto a Katie Gilmore, la chica más popular y segura de sí misma en toda Cimmeria, tan asustada. Ella rehuía de mi mirada, pero yo la estudiaba bien y buscaba alguna pista sobre qué podría estar pasándole. Suspiró.
-Mis padres -susurró.
-¿Qué? -no me esperaba su respuesta y no la había entendido bien-
-Me lo dijeron mis padres, ¿contenta? -me miró amenazante, como diciendo "y si le dices a alguien que te lo he desvelado, te corto la cabeza"-
-Pero... ¿Cómo lo averiguaron ellos?Ella soltó una risa burlona y desdeñosa, digna de alguien con aires de superioridad, que me recordó a la Katie de siempre. Por algún extraño motivo, me alegré de verla así.
-O sea, ¿cómo pretendes ir de chica mala siendo tan cortita? Evidentemente, están al tanto de los planes de Nathaniel... Porque ellos forman parte de su equipo.
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Stella en Cimmeria
FanfictionMi nombre es Stella Tyler, y soy una espía adolescente a la que su jefe, Nathaniel, ha enviado a la secreta y misteriosa academia Cimmeria para vigilar de cerca a una chica: Allie Sheridan. Solo obedezco a Nathaniel porque ha hecho mucho por mí, le...