Capítulo 2 ARI

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10 de marzo de 1998

Ari fue trasladado a inicios de este año al colegio, caracterizándose por ser principalmente controlado y disimuladamente "TOC" en el diario. Casi de inmediato las historias del lugar penetran rápidamente en su mente, la casa maldita, la niña fantasma del módulo 3, el bosque de los gritos y el niño del cementerio. Un palpito que como un rayo trae a su mente las verdades tras las leyendas, los compañeros abusivos y el niño solitario del curso. Ha escuchado muchas veces que aquel niño sabe de la muerte y que hablar con él solo traerá desgracia, más Ari se conforma con observarlo a lo lejos ya que es interesante, es misterioso, como si la vida pasara y a la vez la olvidara sin importancia. Dulce empatía con el sufrimiento y sonrisa de travesura, observarlo junto al lago y disfrutar la cosquilla del bajo vientre es sagrado.

Ari, se percata de que alguien lleva toda la atención del extraño niño, la niña más bella del curso, porque hasta él parece vivir cuando la tiene cerca y las burlas no son nada cuando ella sonríe ignorante, ahí donde salir corriendo es poco y cortarse las piernas es sensato. Al llegar el fin de semana, la desesperación de ver que hace aquel niño es incomoda, ¿sentirá el miedo profundo del encierro? ¿sabrá del dolor que producen los golpes? ¿del ardor de las cachetadas? ¿del sonido de huesos rompiéndose? ¿sabrá de la voluntad para moverse con una fractura? ¿de la incertidumbre de pedir ayuda fuera de casa? ¿de la hipotermia por dormir fuera? Si así fuera sería perfecto, un amigo entrañable, el final de los gritos y de la inconexa plegaria tras la tortura.

07 de septiembre de 1999

Un leve recuerdo envolvente precipita la mirada donde el pasado se hace presente, tras la nueva vida adquirida, Ari sabe que por muy dolorosa que sea es mejor que aquella recorrida. Aquel niño tiene algo que quiere, con anhelos revoltosos y consientes, dicen que pudo olvidar todo en tan solo una noche y todos le temen por eso, todos se alejan por eso, y aquel rostro melancólico, es aquel rostro de la salvación que está dispuesto a enfrentar para dejar los recuerdos atrás, sabrá que el momento está cerca y el camino entre la neblina no producirá más lágrimas de sangre, no se recriminará más la falta de intestinos, el estómago vacío, el cuerpo agujerado, las hematomas palpitantes y los huesos rotos.

Los planes en la noche son muchos por lo que abandonará su cuarto silencioso, Ari sabe que el piso de su casa es un campo minado, con alfombras sucias, paredes descascaradas, cuadros escabrosos y peligrosos juguetes infantiles, que de sonar despertarían al monstruo de la habitación oscura. Restriega sus ojos azules y seca el sudor frío de su pálida frente, es incómodo su cabello negro que se enreda fácilmente y desvía al niño de sus planes finales, hay tiempo entre todo de arreglar la mochila para el colegió, mañana es 8 de Septiembre y hay que estar listo por si es el día esperado. Su cuerpo ya no tiene tanto dolor y hace meses el monstruo no le fractura un brazo o una pierna, es muy fuerte aquel monstruo y después de haber devorado a la madre de Ari es más fuerte aún, pero ya queda poco para escapar. Ari está seguro que serán contados con los dedos los niños que viven con un monstruo en su casa y menos son aun los que como él, han logrado sobrevivir tanto tiempo, es cuando una leve sonrisa se hace notar en su rostro, para más tarde lavar las manos por décima vez las cuales parecen estar siempre sucias.

08 de septiembre de 1999

Ya en la escuela, el ambiente es extraño y Ari está plenamente pendiente una vez ve aparecer al niño de entre el bosque, su cara melancólica le da la noticia instantánea "hoy es el día esperado" y el niño se mueve distinto, pareciera ser que nada es más importante que su mundo interno, el mensaje esta dado. Los compañeros de aula cuentan que ayer en la tarde nuevamente los profesores escucharon a la niña del módulo 3 atrás del gimnasio de la escuela, había mucha sangre y un olor a azufre inundaba todo el lugar, agregaban las amigas de la niña más bella del salón mientras esta solo miraba el suelo despreocupada, sin embargo, aquella niña observa de tanto en tanto melancólica a Kein, aquel extraño compañero el cual Ari le producía desvelo y curiosidad, extrañas sensaciones de gusto y miedo que ya no se puede entender. El mundo es pequeño cuando se trata de tu bienestar, la humanidad competitiva si se aferran con las uñas al borde del abismo, no se permitirá perder lo que tanta ilusión le ha producido en este tiempo de oscuridad. La tarde ha llegado y Kein no sabe de la existencia de Ari, quien con tan solo una muda de ropa en la mochila no pretende llegar nuevamente donde el monstruo, la tarde es gris y el camino desconocido hacia la casa de Kein, es casi como un ritual seguir al niño sin que se percate de su existencia, más los juegos de lanzar piedras al lago, de regalar flores a las tumbas del cementerio junto al camino y correr entre los cardos sin importar la sangre de las piernas ni las púas incrustadas de aquella planta, se convierten en el juego más increíble que Ari haya visto jamás, nuevamente las cosquillas en el bajo vientre se hacen presente y Kein llega al fin a la famosa casa embrujada del pueblo, es enorme y triste aquella casa, como si la vida fuera una tortura, una quemadura viva que no para de doler.

La noche a caído, Ari entre dormido sabe que es el momento, hoy sabrá por fin como escapar del pasado, como vivir sin temores y no ser más el objeto de dolor para el mismo, presiente que algo ha llegado a la casa, no son los padres que entran ni fantasmas etéreos, es maldad pura controladora de la carne y los huesos, la luna llena sale y su cuerpo tiembla extrañamente, las fracturas que aún no sanan comienzan a doler de pronto, ¿cuánto tiempo ha pasado? Kein se asoma por la ventana, su silueta es hermosa bajo el cielo estrellado, los murmullos se hacen presentes, y el cuerpo duele cada vez más y más. La melancolía en el rostro de Kein es cada vez mayor, alguien expresa unas palabras y el niño cae de pronto, el corazón de Ari late a mil por segundo y queda a la vista el misterio deseoso, el elixir del pecado, la fórmula de la más exacta ciencia, "para olvidar un recuerdo horrible hay que revivirlo" una silueta contempla desde el balcón y el cuerpo de Kein se sume rápidamente en un lago de sangre que no se acaba, Ari no sabe lo que siente en su cuerpo, pero está bien y lo sumerge una emoción nunca antes experimentada, la respiración entre cortada lo mata por un segundo y vuelve a la vida como suspendido en el aire.

09 de septiembre de 1999

Ari corre con dolor hacia el interior de la casa, hay sangre por todos lados y miembros humanos desgarrados que al parecer fueron arrojados al azar, solo sabe que son partes de más de un adulto, cae de rodillas en tal escenario ya visto en otra oportunidad ¿acaso habrá un monstruo también en esta casa? ¿escaparía de uno para encontrar a otro? Del fondo la polvorienta escalera avisa que alguien viene descendiendo de ella, los ojos de Ari parecen los de una lechuza, como si la expresión no alcanzara a demostrase con el rostro, unos delicados pies y un cuerpo menudo, cabello castaño claro, vestido verde, brazos y rostro empapados de sangre. Aquella presencia que pudo vislumbrar, poseedora de tanta maldad, una fuerza que con solo una mirada destruiría el monstruo que Ari tiene en su hogar, era aquella niña, descuidada e ignorante, la más bella del salón.

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