~ Capítulo 16 ~

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El amor no tiene cura, pero es la cura para todos los males - Leonard Cohen

Niall

No sabia como responder a lo que Alex me había dicho, ya que ella también me gustaba, pero lo que no entendía era por qué ella no quería seguir enamorándose de mi.

Luego de que volviera al edificio y mi ropa estuviera toda mojada tuve que sacármela y ponerme un pantalón que tenía guardado en mi casillero, después fui a la habitación de Alex para seguir controlándola. Lo raro fue verla de bajo de las sabanas.

-¿Por qué dices eso, Alex? -le pregunté con temor a su respuesta.

-Soy un estorbo -sollozó.

-No, no lo eres -acaricio su cabello y ella esconde su cara en mi pecho.

-Si lo soy, Niall. Piensa como mi madre tiene que estar comprando medicamentos todo el tiempo, mi padre ya no es el mismo, Noah él no me puede ver así, hace mucho tiempo que no lo veo y no solo porque él esté con Sarah; no, yo sé que es porque no me puede ver. Y por último tú, solo tú me tienes pena...  -la interrumpo.

-Eso es mentira, yo no te tengo pena -frunzo mi ceño-. Mira Alex, hay cosas peores en el mundo por la cual llorar, esto no es nada malo. Tu familia se preocupa y mucho, tú no sabes las veces que han ido a preguntarme de como va tú salud, o también suelen llamar cada media hora, ¿no piensas en eso? No siempre todo es malo -suspira.

Ella no contesta nada, solo se queda en mi pecho sollozando y yo mientras acaricio su cabello y espalda lentamente para que se tranquilice. Unos minutos más tarde ella levanta su cabeza y me mira. Sus ojos están rojos al igual que su pequeña nariz.

-Gracias -susurra-. Estuve pensando y... Tienes razón -juega con sus manos-, no debo pensar siempre en lo malo.

-Quiero que tengas algo en claro -digo tomando un mechón de su cabello para luego pasarlo por detrás de su oreja-. Yo si quiero que te sigas enamorando.

Luego de decir eso uní mis labios con los suyos. Alex al principio no reaccionó, pero luego de unos pocos segundos siguió mi beso. Sus labios finos estaban sobre los míos haciendo que un escalofrío recorriera por todo mi cuerpo, desde la punta de mis pies hasta el último cabello que se encontrara en mi cabeza. La verdad esperaba esto desde  ya bastante, porque ahora no voy a negar que Alex si me gusta y me gustaría intentar algo con ella.

-Yo... -dice al separarnos pero la interrumpo.

-No digas nada -susurro. Ella solo sonríe y pone su cabeza sobre mi pecho, yo la abrazo de la cintura y así quedamos dormido olvidándonos de la tormenta.

[...]

-Oye, despierta -escuché una voz de una mujer que me llamaba.

-¿Uhm? -abrí mis ojos y ahí estaba Súsan con su bata de enfermera sonriéndome.

-Despierta holgazán, no se puede dormir en el trabajo y menos en las camillas con los pacientes -ríe.

-Buenos días -digo con mi voz ronca. Me siento en la camilla y volteo para ver a Alex, ella sigue dormida.

-Buen día -dice poniendo cosas en el suero de Alex-. Dime, ¿qué hacías ahí acostado? -eleva una ceja y me sonríe picara.

-Digamos que anoche me confesé con ella -digo sonriendo-, o algo más o menos parecido.

-¿En serio? -asiento-, ¡Eso es genial! -da pequeños aplausos mientras ríe.

-Lo es, aunque aún no somos novios -hago una mueca.

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