~ Capítulo 12 ~

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Los años arrugan la piel, pero sólo el miedo arruga el alma

Niall

Corrí lo más rápido que pude al ver esa persona siendo golpeada por alguien más. Cuando me iba acercando hasta la otra calle supe que era una mujer la que estaba en el piso y la otra persona que ahora apuntaba a la chica con un arma era un hombre. Al ver que el estaba por jalar el gatillo corrí más rápido y me abalancé hacia el hombre tirándolo al suelo y después golpearlo en su cara.
Uno, dos, tres golpes en su nariz, eso se la dejaría rota. Cuando vi que mi mano tenía sangre dejé de golpear al tipo y me salí de arriba suyo haciendo que este se pusiera de pié y saliera corriendo mientras soltaba maldiciones y sostenía su nariz con su mano.

Cuando me giré para ver a la chica en el suelo mi corazón se salió de mi pecho. Me tiré a su lado en el suelo y tomé su pulso, estaba inconsciente y sus latidos era débiles. La tomé con mucho cuidado en mis brazos por las dudas de que tuviera una contusión o algo parecido y la subí a mi auto. No la llevaría a urgencias porque hace cinco minutos que salgo de allí y hay mucha gente. Nunca nos atenderían. Y su casa estaba lejos del hospital.

Cuando arranqué el motor lo puse en marcha. La velocidad que tenía era mucha, pero lo único que me importaba era que Alex estuviera bien, sana y salva.

Al llegar a mi casa la volví a tomar en mis brazos con mucha delicadeza y corrí, bueno no corrí pero si camine con paso apresurado hasta llegar a la puerta, no cerré la puerta del auto ya que no podía, igual no me interesaba si robaban algo de allí adentro, lo que me importaba era Alex.

Al entrar caminé por el pasillo hasta llegar a mi habitación, la puse arriba de mi cama y le quite su remera manchada con sangre. Pude notar que su brazo había recibido una apuñalada, no muy grande pero si profunda. Me saqué mi camisa blanca para no mancharla más con sangre y corrí hasta el baño a tomar el botiquín y luego hasta la habitación de costura de mi madre para tomar hilo y aguja.

Cuando tenía mis manos desinfectadas y todo lo demás preparado comencé a curar la herida de su brazo que no paraba de salir sangre. Como estaba inconsciente no dude en tiran un poco de alcohol directo al brazo, sin algodón o gasa. Luego con una gasa saqué el resto de sangre para poder coser y luego vendar el gran corte. Tal vez no eran las herramientas especiales, pero con estoy bastaba hasta mañana ir al hospital con ella.

-Tranquila, Alex -susurraba una y otra vez por más que no me escuchara, pero creo que lo decía más por mi que por ella.

Cuando terminé de desinfectar la herida vende su brazo. Después me dediqué a curar sus heridas secundarias. Tenia unos pequeños tajos que solo se irían en un par de días, no hacía falta coser o algo así, también tenia algunos moretones que solo ahí aplique una crema especial que me había regalado mi madre hace un par de semanas.

-¿Niall? ¿Por qué has dejado tu auto abierto? -pregunto mi madre entrando a mi habitación, al ver a Alex sus ojos se abrieron como platos-. ¡Dios mío! -dijo horrorizada-, ¿qué le ha pasado, Niall?

-La golpearon. Estaba saliendo del hospital cuando la vi que un hombre la estaba apuntando con un arma -no me di cuenta que estaba temblando hasta que trate de agarrar el pote de crema. Pero al tratar de hacerlo se me calló al suelo haciendo que parte del contenido se derramara.

-Tranquilo Niall, déjame a mi -dijo mi madre tomando el pote y poniendo crema en el abdomen, hombros y pecho de Alex-. ¿La conoces? -pregunta mi madre.

-Si, es una de mis pasientes del hospital -mis manos aún están temblando.

-¿Ella tiene...? -deja las palabras en el aire y asiento.

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