Los sentidos más comunes,
gobiernan todavía.
Una estrella arrevesada,
la luz caerá al precipicio ,
o al menos de eso me acuerdo.
Entre aquellos revolucionados artículos de Albert Einstein en 1905 específicamente la Relatividad Espacial le dio pie a la humanidad para soñar con los viajes en el tiempo. El nuestro es un universo tetra dimensional nos envuelve en 3 dimensiones espaciales y una temporal. Entre esta última y las anteriores hay una diferencia crucial, y es que la dimensión temporal lleva asociado un signo menos. Este signo separa el futuro del pasado y complica los libres viajes por el tiempo.
La luz melancólica atraviesa aquel menaje de la sala. ¿Cómo el brillo puede entrar sin permiso?
Después de leer tanto aquellas teorías siempre acababa cuestionándome ¿En realidad hay una dimensión donde puedo ser feliz?
Esos pensamientos tan luengos que me permitía remarcar en mi mente. Enfrente de las hojas que plasmaron todo lo que me gusta leer.
No es presunción, pero, ¿Realmente soy diferente? Referente a la profundidad de mi alma siento como él ambiente de la sala es cada vez más armónica y ligera. Mi cabeza con pugnas internas, la somnolencia invade mi cuerpo de manera física, mi espíritu cada vez más atento. Todo pasa tan lento y alucinante. Las ventanas se abren. Una idea sacude mi conciencia. Algo tan bello se ve al cruzar. No pienso en aquel estruendo de hace segundos. Paz en la profundidad de mi ser. ¿De dónde salió estas ganas suicidas de aventarse? Y sin pensar lo coherente me lancé.