Complicación

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"El cielo reclamo aquello que en la otra vida careció".

La alarma sonó. Se escuchó en todos los rincones de la instalación. A lo lejos gatos maullaban cómo si de una batalla de canto se tratará.

En uno de los bosques llenos de toda clase de flores vaciló lo que pudiese ser un duende, éste ser diminuto, de la raza elemental feérica funge como guardianes de la naturaleza con orejas puntiagudas, de nariz grande, cabello pelirrojo largo con rulos, gigante sonrisa y un enorme sombrero de paja buscando un espíritu que se le ha escapado de las tierras imperecederas. Antes de que la madre naturaleza se percate de la trágica escapatoria. Las almas errantes iban a descubrir lo que planea este espíritu.

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-No me importa el daño que causa la chica a la Tierra. ¡Ya te dije que quiero la maldita corona! -admitió el encargado de la Organización.

-No es la que buscamos -repitió una vez más él castaño

-¿Qué le paso a la que buscamos? -quiso saber

-Aún no lo sabemos -se acomodó él copete -desapareció seguramente

-Seguramente eres un incompetente -concluyo extremadamente furioso

Él castaño observo a su jefe, nunca en sus dos años de trabajo lo había visto tan furioso por una ridícula chica de cabello magenta.

-Para callar a los superiores diremos que fue ella -dijo él castaño al final.

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-¿Señorita dónde está la corona? -pregunto por tercera vez el psiquiatra

-...

-¿Señorita dónde está la corona? - el psiquiatra tenía mucha paciencia, estaba acostumbrado pues su trabajo requería de esa virtud -¿Señorita...?

La mirada de Acirema estaba perdida entre las paredes llenas de musgo verdoso.

Era claro que no sabía la razón del encierro. Se encontraba amarrada en una silla, enfrente de ella le hablaba con tranquilidad y mucha atención un hombre de cabello negro aproximadamente de 45 años.

-¿Dónde está la corona?... -dijo él

La corona, sólo hablaban de ella.

¿Por qué su yo de esta dimensión se la robó? ¿Por qué están importante? y lo más curioso ¿Donde se encontraba su yo de esta dimensión? Había muerto pero, ¿Enserio murió? Su mirada viajo por todo el cuarto hasta él psiquiatra.

-No sé nada... -dijo con mucha sutileza la chica.

-Es mejor que cooperes...

-No sé -menciono entre susurro

-Una persona muestra madurez al reconocer sus errores

-Reconozco que él único error en mí es no saber la causa de que me amarren las muñecas...

Tenía una idea, pero solo una suposición, era considerada peligrosa,...muy peligrosa.

-¿Sabes qué? tengo mucho trabajo para desperdiciarlo en una creída, adiós, suerte en la prisión niñita.

-¿Se rinde tan rápido?

El supervisor Ger la fulminó con la mirada y se retiró del cuarto tranquilamente.

Las horas pasaban como si fuesen minutos, tantos pensamientos en su cabeza hacían que no supiera que hacer ¿Llorar? ¿Gritar? ¿Fingir que fue ella? no sería fingimiento porque en sí si fue ella... los pensamientos se almacenaban segundo a segundo formando un caos dentro de ella.

Voces FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora