Un recuerdo

26 4 0
                                    


¿Qué es el gusto? El gusto es algo tan simple como el recuerdo que hayamos vivido. Ese recuerdo amargo, dulce, salado o incluso ácido. Son todos esos recuerdos que nos llevan a vivir algo que ya haya pasado. Tal vez nuestro primeros pasos, nuestro primer día montando en bicicleta o simplemente nuestro primer beso. Y es que el gusto es algo tan amplio que nunca nos quedamos sin esos recuerdos. Cada sabor nos remonta a una historia que hayamos vivido o incluso a alguna que aún no hayamos vivido pero que creemos que el destino nos la deparara tarde o temprano. Ese sabor dulce que nos recuerda a los días de verano, soleados, sentados en aquel banco enfrente de un camino, con una bolsa de pipas y los típicos pajaritos alrededor pero nos es dulce porque a nuestro lado se encuentra nuestro abuelo. Ese que te dice que dejes de echar tantas pipas que si no van a venir muchos más y no vais a poder salir, ese que te mira y se ríe o ese que te da un caramelo y te sonríe. Esos, esos son momentos dulces.

Recuerdas aquella vez que estabas sentada en aquel bar tomando un helado de limón y cerraste los ojos, ¿recuerdas lo que se te vino a la mente? Aquel día no la vas a poder olvidar tampoco. Un día como otro cualquiera, vienes del colegio, apenas tienes cuatro años cuando todas las tardes coges tu bicicleta y vas con tu padre al parque más cercano. Donde te compra un helado de limón y al final lo acabáis compartiendo. Son esos días en los que te das cuenta de que por muchas veces que te caigas siempre vas a tener a alguien que te ayude a levantarte, pero ese día fue diferente. Te montaste en la bicicleta, guiñaste un ojo a tu padre y fuiste recto. Cuando te quedaban apenas veinte metros para llegar al final de la calle te diste cuenta de que ahora venía lo difícil. Girar. Poco a poco lo fuiste haciendo hasta que giraste completamente. La euforia que tenías ese día no se te va a olvidar. Tu padre saltando y tú y el gritando ¡lo hemos conseguido! Ese sabor ácido del limón siempre te remonta al mismo día. A ese día en el que te diste cuenta de que todo se consigue cayéndote pero sobretodo levantándote.

Pero no todo los recuerdos son así. Al igual que lo dulce nos causa cierta sensación suave y agradable, lo ácido nos recuerda a algo áspero o desabrido, lo amargo y lo salado nos recuerda a algo desagradable, intenso y duradero. Un sinónimo de eso es el dolor, el dolor que es tan rápido como un pinchazo pero tan intenso como una caída. Es ese dolor que tienes cuando acabas perdiendo algo o alguien que quieres. Esa persona, ese animal o incluso ese objeto que te recuerda a todo. Todo lo que es significativo para ti. Tal vez tengas este recuerdo cuando estés sentado con tu pareja, con tus hijos o simplemente con tus nietos. Es esa sensación que tienes del paso del tiempo. Ese abrir y cerrar de ojos que te remonta desde tu infancia hasta tu vejez. Esos recuerdos y esas historias que les cuentas a tus hijos sentados en la paya de cuando eras pequeño e ibas a hacer alguna travesura o ese beso que continuas dando a tu mujer después de tantos años. Y es que lo salado y lo amargo no solo nos recuerda lo malo si no que a veces nos recuerda algo tan preciado que no sabemos saber si es malo o es bueno. El paso del tiempo.

Tal vez el gusto solo sea eso, momentos.Recuerdos.

Manteniendo el equilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora