Maldita sea mi suerte.
Había decidido que si iba a intentar tener algo más que una amistad con Allison, iba a ir muy despacio y ganarme su confianza.
Pero esto arruinaba todos mis planes, eso sin contar los celos irracionales que estaban empezando a asfixiarme.
¡Ella es mía maldita sea!
Bueno, no, no lo es, pero quiero que lo sea.
Las últimas semanas que habíamos compartido habían sido maravillosas. Ella es dulce, divertida, inteligente y hermosa, y cada día me atrapaba más en su red.
La intensidad de lo que empezaba a sentir por ella, ciertamente empezaba a asustarme, pero no era algo que podía evitar, y ahora existía la posibilidad que alguien más adecuado a su edad la alejara de mí.
Muy en el fondo sabía que no debería sentirme así, sabiendo que aún no había arreglado o mejor dicho terminado las cosas con Ivinne. Pero ella tenía la culpa, era como si presintiese algo, porque desde hace más de un mes que no responde a mis llamadas ni a mis correos electrónicos.
Una cita. Yo ni siquiera podía llevarla a una, no podía arriesgarla tanto sabiendo lo importante que era su carrera para ella, al igual que para mí. Y a eso añadirle que su familia estaría totalmente en contra debido a la diferencia de edad.
Realmente se me estaba formando un nudo en el estómago al imaginarla con otro. Ella es demasiado perfecta para que cualquier mocoso osara poner sus ojos en ella, incluso yo era indigno de ella, pero el ser humano es egoísta y me sentía demasiado atraído por ella como para alejarme.
La quiero para mí, poder estrecharla entre mis brazos, besar sus labios dulces y delicados, perderme en las profundidades de sus hermosos ojos azules...
Tal vez esta era una señal que indicaba que no intentara llevar esto más lejos. No. Me rehúso.
Rápidamente descarto ese pensamiento y me dirijo a mi oficina en casa para hacer un poco de trabajo para la editorial y tratar de no pensar mucho en Allison y su cita.
Pero como todos tenemos nuestro lado masoquista, lo primero que hice al acceder a internet, fue acechar su perfil de Facebook. Mala idea. Su amiga, Alice, recientemente la había etiquetado en una foto en la estaban juntas. Debo de admitir como que empecé a babear un poco porque se veía impresionante, nunca la había visto tan arreglada y sus zapatos... Bueno, que puedo decir, deberían ser ilegales por la clase de pensamientos que inducían.
Detrás de ese pensamiento inmediatamente llego que quien iba a disfrutar de ella viéndose así, era él. Demonios, ni siquiera lo conocía o sabia su nombre y creo que ya lo odiaba. ¿Por qué no pude nacer unos años más tarde?
Como lo dije esta niña iba a ser tarde o temprano mi perdición.
*****
Luego de trabajar por más de dos horas y examinar las síntesis que había realizado Allison más a fondo, determine que la condenada mocosa era brillante, aunque en este momento estaba un poco molesto, como para sentirme orgulloso de mi bella.
También llegue a la conclusión que, ella era legalmente adulta, así que ¿por qué no podía intentar conquistarla? Estaba demasiado atraído como para no intentarlo, así que lo haría. Después de todo la edad es solo un número, la madurez la determina la forma de pensar, de afrontar las adversidades, y ella era brillante y afrontaba los problemas como una campeona, con sus deslices, pero ¿quién no los tiene?
También había un par de problemitas, como su familia y la universidad. Tendríamos que ser lo más discretos posibles, lo que no era difícil, ya que todos sabían que ella trabajaba conmigo los fines de semana.
Claro todo dependía de como resultaba su cita, aunque francamente me importaba un cuerno, la conquistaría y seria mi niña hermosa por el tiempo que ella decidiera.
Decisión tomada.
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Mi Corazón en Palabras
RomanceSINOPSIS Fui decepcionada una vez, ¿Cómo podría volver a confiar en el amor? Pero lo hice. ¿El problema? Es mi profesor de literatura. Allison de 18 años ha sobrevivido a situaciones difíciles, pero ¿podrá hacerlo a la inmensa atracción que sie...