26. Allison

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No quería creer lo que había escuchado. Me rehusaba totalmente.

Pero por más que parpadeara, ella seguía de pies frente a mí llamando a mi novio su novio.

¿Por qué ella? Quien cada vez que tenía la mala suerte de encontrarme en alguna actividad familiar le gustaba menospreciarme, hacerme quedar en ridículo, ella que siempre hacia menos a mi familia, por el simple hecho de que mi mamá eligió casarse por amor en vez de por conveniencia como lo hizo la suya.

Ella, quien quisiera o no llevaba mi sangre porque era hija de la hermana mayor de mi mamá. ¿Qué clase de broma bizarra era esta?

—Ya que veo que te quedaste sin palabras mío caro, te pregunto a ti —alzó la voz señalándome con desprecio. — ¿Qué haces en la casa de mi novio? O para empezar, ¿cómo sabes que él es mi novio? Siempre me aseguré de que no me acompañara a las reuniones familiares en las que estuvieran ustedes, porque digo, estar relacionada con una simple editora de revista como que no es algo para presumir...

— ¿Qué haces aquí? —al parecer por fin Johan había logrado salir de su estupor. Su voz sonaba bastante enojada.

Ivinne lo miró como si fuese estúpido.

—Sabes lo que me molesta que me hables en ese tono. Además antes de irme, prácticamente vivía en esta casa por lo que supongo que puedo venir cuando se me da la gana, agregando que los últimos meses has sido todo un intenso con las llamadas y los correos electrónicos.

Escuchar eso se sintió peor que recibir un golpe físico. Dios mío ¿Qué estaba pasando? Me llevé la mano al pecho, empezaba a sentir un dolor agudo, eso llamó la atención de Johan que se acercó inmediatamente a mí.

— ¿Te sientes bien? Ally, mi amor, siéntate, te ves muy pálida...

— ¡DISCULPA! ¿Mi amor? —la voz chillona de Ivinne no había cambiado nada. Luego empezó a reírse como una loca. —No me digas que mientras yo no estuve tu pasatiempo fue mi primita mojigata —siguió riendo burlonamente. —Pensé que tenías mejores estándares Johan, muy mal.

— ¿Quieres callarte? Tendrías que haber llamada antes de presentarte aquí.

No podía más con eso.

Lo miré directamente a los ojos. En los suyos solo había agonía y preocupación.

— ¿Qué es todo esto Johan? Ella está inventando todo esto ¿cierto? Solo quiere molestarme como lo ha hecho toda mi vida. Por favor —dije con desesperación — Dime que tú no tienes nada que ver con ella, que no me engañaste todos estos meses —no pude controlar por más tiempo el torrente de lágrimas. — ¡Dímelo!

—Ally, yo... Esto es un desastre, ella y yo hace mucho tiempo que no nos vemos, te juro que jamás te engañé...

—No te creas eso primita, claro que te engañó, porque que yo recuerde jamás rompimos nuestra relación, así que solo fuiste su juguete de turno, pero ya no te necesita querida, su novia ya está aquí.

Mi Dios, quería morirme. El dolor que sentía era totalmente indescriptible. Johan intento tocarme pero no lo permití, ignorando lo que sea que trataba de decirme corrí hacia la puerta, pero me detuve cuando me percaté de que Cam había estado observando todo el tiempo. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y me miraba con compasión. Y fue en ese entonces que me di cuenta que por más que negara a creer todo esto, era la verdad, Cam lo había sabido todo el tiempo, por eso sus estados de ánimos raros.

—Tú lo sabías —dije acusatoriamente. —Tú lo sabías y no me dijiste, ¿por qué? Yo no me merecía esto, ¿por qué permitiste que él jugara conmigo de esta manera?

Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now