28. Allison

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¿Era normal que una persona se quedara viendo durante horas un objeto?

Llevaba una semana encerrada en mi habitación, a pesar de los constantes intentos de mi familia por levantarme el ánimo, nada funcionaba. Al principio creí que podría sobrellevar todo esto, pero cuando supe que Johan había dejado su plaza me sentí mil veces más miserable. ¿Por qué haría algo como eso? ¿Yo no había significado nada para él? Cuando antes me decía que pasábamos poco tiempo juntos, ¿ahora no quería estar cerca de mí en absoluto? Que idiota era, por supuesto que no, eso era prueba suficiente, pero lo que no lograba comprender era ¿Cómo lograba fingir tan bien? Cada vez que me miraba a los ojos, podía ver amor en su mirada, o ¿era producto de mi imaginación?

Lo único que había hecho en todo el tiempo que llevaba sin contacto con ningún otro ser humano era mirar el anillo que me había regalado. Si todo esto era un pasatiempo para él, ¿Por qué se había tomado tantas molestias? Jamás lo entendería, dolía horriblemente el que algo tan hermoso que había significado tanto para mí, para él solo haya sido el equivalente a nada.

Pude sentir como el torrente de lágrimas regresaba, esta vez con más fuerza y sentí rabia conmigo misma. ¿Por qué le permitía tener este tipo de poder sobre mí? ¡Porque lo amas estúpida! En un ataque de ira, tire el anillo con todas mis fuerzas. Golpeo un cuadro que me había regalado Mel con una fotografía familiar, el vidrio que la protegía se hizo pedazos y cayó al suelo. Al instante me arrepentí por lo que me precipite rápidamente al suelo en busca de mi preciado anillo.

Estaba en medio de un montón de vidrios rotos y así sin más sentí el cambio dentro de mí, una especie de trance en el que me desconectaba totalmente del mundo y el único pensamiento en mi cabeza era la sensación que obtendría al momento de presionar el vidrio contra mi piel.

Ansiaba esa sensación, necesitaba sentir dolor a nivel físico para que doliera menos mi corazón roto. Había una lucha interna dentro de mí, una voz en mi cabeza que me decía que no lo hiciera, que yo era más fuerte que esto. Pero al mismo tiempo otra que me decía que lo hiciera, me sentiría mejor. Sin darme cuenta ya tenía un pedazo de vidrio de tamaño promedio en la mano y estaba presionándolo en mi muñeca, solo hacía falta un poco de presión y cortaría la piel, ya podía sentir la tan anhelada sensación recorrer mi brazo. En mis oídos retumbaba un sonido de golpeteo, probablemente mi corazón.

Presione.

Un poco más, un poco...

Mi momento fue interrumpido por un estruendo proveniente de mi puerta.

Saliendo rápidamente de mi trance enfoque mi mirada para encontrarme con la horrorizada de Alice, papá se miraba como si estuviera sufriendo un intenso dolor, mamá tenía una mano sobre su corazón, Mel sobre su boca y ambas tenían lágrimas en sus ojos.

Mamá caminó lentamente hacia mí y con voz temblorosa dijo:

—Mi niña, ¿podrías por favor soltar ese vidrio? No lo hagas mi amor, no vale la pena. Vamos a salir de esta juntos, como siempre, pero por favor no te lastimes, no podría soportarlo.

Baje la mirada a mi brazo, seguía presionando el vidrio que ya había empezado a separar la piel. Había un leve rastro de sangre pero nada grave. Lentamente deje de presionar y lo deje caer, siguiendo su recorrido con la mirada. No había tocado el suelo aun cuando sentí que era halada rápidamente hacia arriba hasta ser apretada fuertemente por los brazos de mi madre quien empezó a sollozar en mi oído.

—Por el amor de Dios Allison, ¿Qué te hizo ese desgraciado? Pensé que ya habíamos superado esto. ¿Por qué tuvo que aparecer ese maldito hombre y mandar todo a la basura? Mi bebé, ningún hombre vale que te hagas daño de esta manera.

Mi Corazón en PalabrasWhere stories live. Discover now