Capítulo 6

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Cantaban hermoso, en especial Tomás y Camila. Su música sonaba muy bien en oídos ajenos; cantaban canciones de todo tipo, pero en este momento Imagine de John Lennon fue la protagonista; pero con un tono distinto, tanto el ritmo como la letra tenían mezclas de sus propias personalidades, y eso me gustó mucho. Con respecto a él, puedo decir que no dejaba de mirarme, fue raro, otra vez.

Los chicos al terminar se quedaban ahí reunidos; como siempre me invitaron, sin embargo no tenía ganas de quedarme, pero era viernes y estar en casa iba a ser deprimente, así que acepté estar una parte más del día con ellos, jugamos a las cartas, hicimos karaoke, entre otras cosas, como también quisieron que les cuente un poco de mi vida para conocerme. Lo hice, y Tomás conmovido me abrazaba, aunque todos quedaron sorprendidos, nunca se imaginaron que me pasaban esas cosas. Obviamente que no le conté lo de mis muñecas, no quería que se vayan espantados de mi lado. Al fin y al cabo me estaba gustando estar con ellos, o al menos un poco.

Al otro día fui a la cárcel, perdón colegio. Nombraron a quienes se llevaban materias y por desgracia infinita, el mío estaba ahí. Perfecto. -Pensé- No voy a tener vacaciones de julio. Me tengo que pasar las 2 miserables semanas que nos dan estudiando. Ese día fue horrible sin duda.

A pesar de la asquerosa mañana en el colegio, la clase de formación ética la empeoró. La profesora llegó al curso y nos dio a cada uno un papel, donde teníamos que poner qué carrera nos gustaría seguir; muchos pusieron medicina, abogacía, diseño gráfico, contador, etc. Llego mi momento de leer lo que había escrito. Dejé el papel en blanco, no me importaba la clase ni lo que los otros chicos quieran estudiar. Ella me hizo leer y sinceramente le respondí que aún seguía en blanco.

-Nell, entonces ¿cuál es tu plan de vida? -Dijo en voz alta mientras me miraba fijamente, algo que me incomodaba mucho.

-Vivir.-Le contesté. Escuché algunas risas pero, la verdad es que no me interesaba en ese momento el resto de mis compañeros, bueno para ser sincera jamás me interesaban.

-Eso no es una carrera Stayn,-agregó meneando su cabeza de lado a lado lentamente, mientras sonreía muy irónica- me refiero a lo que usted quiere estudiar y recibirse el día de mañana para poder mantener a su familia. -Colocó sus manos en su ancha cintura, mientras se apoyaba en el escritorio.

-Vivir.- Repetí nuevamente.

-Está bien, pero eso no es una profesión. Entonces, quiero que me explique cómo va a "vivir" según usted.

-Simplemente voy a vivir. Voy a tomar mis propias decisiones cuando yo quiera y esté preparada. Voy a vivir todos los días como si fuera el último de mi vida; porque de eso se trata la vida, de disfrutar, de compartir, de ser feliz simplemente. Y para eso no es necesario tener que estudiar una carrera- hice una pequeña pausa- Además ¿por qué tenemos que decidirnos ahora si falta mucho? Puede ser que cuando salgamos hoy del colegio nos atropelle un auto y nos maté; ¿y en dónde van a quedar todos los proyectos que hicimos para nuestro futuro? En ningún lado, van a estar muertos al igual que nosotros. Por eso quiero vivir, porque la mayoría de este curso viven apurados, y con esto que usted nos hizo hacer, -Hice una pausa, tomé aire y la miré a los ojos- lo de poner qué carrera queremos seguir, me doy cuenta que no sirve de nada planificar faltando tanto tiempo. Por eso para mí la mejor elección que puedo tomar en este momento es la de vivir. -Escuché aplausos de algunos compañeros, pero no le di importancia, solo quería saber que iba a decir la profesora.

-Nell Stayn... -Suspiró, e hizo una larga pausa- Me impresionó lo que dijiste realmente. Y lo peor es que tenés razón. -recorrió con su mirada esas horribles cuatro paredes, agarró su portafolio y salió sin despedirse.

Llegué a casa. Me quite el uniforme asqueroso. Y me acosté a dormir. Soñé. Recordé otra vez, pero a papá.

Había soñado cuando papá me había dicho que mamá no podía tener más hijos, que la iban a tener que operar y "vaciarla" (quitarle el sistema reproductor femenino), que me tenía que comportar bien y dejar de hacer tantas tonterías, pero claro que eran inevitables a la edad de 6 años.

Cuando a mamá la operaron, quedé al cuidado de mi abuelo Jasper, padre de mi padre; un Stayn. Yo no tenía mucha relación con mi abuelo paterno, ya que él y mamá no se llevaban bien, por lo cual hacia que yo lo vea solamente para las fechas importantes, como navidad y año nuevo.

En ese tiempo descubrí que mi familia ocultaba algo, pero con 6 años me tomaban de mentirosa o una tonta ilusa. Pero no me equivocaba, a fin de cuentas sabía que pasaba algo. Era la abuela Franca, a la que nunca conocí.

-¿Abuelo, y la abuela Franca? ¿Dónde está?- Le pregunté, después de haber pensado 2 días como decirle lo que formulaba mi mente.

-Ya no está más, Nell- Su cara era de un anciano lleno de arrugas, que su mirada transmitía tristeza y dolor.- ¿Querés jugar? -Me preguntó para cambiar de tema, pero no, como siempre seguí insistiendo.

-¿A dónde está la abuela Franca? ¿A dónde? ¡La quiero conocer! -Le grité.

-Perdón Nell, perdón; nunca tomé conciencia de lo que hice en ese momento. Perdón bebé mía- Jasper comenzó a llorar, y a golpear la mesa de roble que estaba en su cocina con furia y dolor, mientras me acariciaba la cabeza un poco despeinada.

-¿Qué pasó con mi abuela?- Le pregunté nuevamente y un poco más calmada, en el cuál fue el momento que confesó todo, algo que nunca esperé.

-Está bien, basta. Dejá de preguntar eso.-Su voz se quebró, y su mirada tomó la apariencia de lástima, pero a su vezde odio.- Todo fue un 20 de julio del año 1979, ese día me habían despedido del trabajo que tenía en el banco sin razón alguna; cuando me enteré me fui a un bar que estaba en frente y pedí 27 botellas de vino Malbec. Las tomé a todas. Luego llegué a casa y estaba Franca dando de comer a Ezequiel y a José, hasta que mi presencia interrumpió la cena. Alcohólico, violento, depresivo, enojado, y mal humorado, despotricando contra el mundo, lleno de odio y furia. -Dejó de mirarme y bajó la cabeza en señal de arrepentimiento- Ella me estaba esperando para cenar, pero ya eran las 10 de la noche cuando yo llegaba a las 4 de la tarde. Entonces, fue el momento en el cual me miró profundamente llena de paz como solía hacerlo habitualmente. Me preguntó si estaba bien, y le respondí que no. -Hizo una pausa, la cual acompañó con lágrimas llenas de dolor- Por instinto animal, porque otra palabra no me puedo decir a mí mismo; agarré una cuchilla de la mesa y comencé a apuñalarla; lo hice 33 veces. Ezequiel y José se habían ido para no ver. Cada vez que lo hacía no sentía que era ella; desquité toda mi bronca con tu abuela, matándola. -Hizo otra pausa, se puso de pie y me abrazó. Sentí miedo, ya no sabía que pensar de todo esto.- Franca era el amor de mi vida, siempre habíamos soñado con una familia como lo éramos; y la destruí en menos de 1 hora y después cuando me di cuenta de lo que había hecho, ahí reaccioné, ahí me di cuenta que era ella. Hasta el día de hoy no sé porqué tuve que descargar mi furia así y de esa manera. -Dejó de abrazarme y se fue.

Me desperté. Pero las mismas preguntas acompañadas de otras cuando tenía 6 años volvieron. ¿Por qué papá nunca me había contado nada, durante los 13 años que estuve con él? ¿Y el tío José? ¿Mamá sabía y por eso no lo quería a Jasper? ¿Por qué papá o José, no trataron de defenderla, de pedir ayuda a algún vecino? ¿Qué pasó con el tío José, a quién tampoco conocí? ¿Jasper estuvo preso? ¿Qué pasó después? En ese instante, mi cabeza intentaba acomodar todas las ideas que ya tenía en mi mente antes con las de Jasper ahora, pero era imposible. Después de ese día nunca más supe nada del abuelo.

Un viaje al tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora