Capítulo 12

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-¿Tu qué? Nunca me habías contado que tenías novia –Pronuncié lentamente dejando que las palabras se deslicen por mis cuerdas vocales y luego hacia el exterior. -hace mucho...-un sonido me interrumpió.

El timbre. Otra llamada a su celular. La puerta abierta. Una chica. Ella. Un chico. Él. Un beso. Un beso que me aniquiló. Un beso que podría haber sido nuestro. Un beso que definitivamente era nuestro.

No podía creer lo que estaba viendo, él estaba con otra chica, a quién no conocía. Jamás lo podría haber llegado a imaginar. Sentí que algo se quebraba dentro de mí, y tampoco sabía por qué. Me faltaba el aire, algo en el pecho me sofocaba, no me dejaba respirar. Mis ojos se empañaron rápidamente como el cristal con el rocío que cae en una noche. No comprendía lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Estaba aturdida por todo, necesitaba un poco de tiempo y silencio para asimilar las cosas.

Sí, silencio. El silencio me está aturdiendo; siento que estoy en una fiesta con música a todo lo que da el volumen del reproductor. Pero no. Son mis pensamientos. Mi mente no se calla; no me deja pensar en cosas lindas. Mis oídos van a explotar, lo sé. El silencio es ruidoso en la mente de una persona, nos trae recuerdos buenos o malos o simplemente nos hace pensar lo peor. Quiero callar ya mis pensamientos por favor, no quiero que mi cabeza los repita y me deje sorda. El silencio es ruido. Es el ruido de una mente sin retorno, de una mente con pensamientos fríos, de otra mente que nos trae imágenes y una mente que quiere olvidarlo todo. Pero a veces el mismo silencio es una de las mejores maneras de responder a los tontos.

Yaznia era alta, sus piernas parecían medir dos kilómetros cada una, también flaca, sus manos cuidadas y delicadas, cuello elegante, boca fina, nariz duquesa, orejas pequeñas, ojos marrones intensos, piel bronceada, su cabello un poco ondulado caía delante de sus hombros hasta debajo de su pecho. En fin, para qué seguir, si era perfecta. Ella era todo lo que yo no era, y lo que jamás voy a ser.

-Hola, soy Yaznia. –Dijo mientras se inclinaba hacia mí para saludarme delicadamente con un beso en la mejilla.

-Nell. –Respondí después de ella, sin hacer ningún movimiento, solo me quedé inmóvil en mi lugar.

-Lo sé, Tom me habló mucho sobre vos. –Una mirada cómplice y fulminante fue dirigida hacia él quien rodeaba con sus brazos su pequeña cintura. ¿Es en serio? ¿En verdad le decía ''Tom''? Qué ridícula.

Quería gritar, irme de aquél sitio. Tanto me dolía todo que pude escuchar a mi corazón quejarse. ¿No era más fácil decir la verdad? Bah, qué más da, si el daño ya está hecho. En fin, tomé mi mochila y me fui a casa, y cuando llegué claro que lo hice de nuevo. Ya estaba todo perdido ¿qué más daba si me cortaba o no?

*Comunicación vía WhatsApp*

[11:30 pm] Tomás: Perdón.

[11:30 pm] nell: no pasa nada, me hubiera gustado que me cuentes en otro momento, creo que nos hicimos muy buenos amigos como para no saber esto sobre vos pero bueno jjajaja supongo que no es todo como pienso

[11:31 pm] Tomás: Estaba esperando el momento indicado para decírtelo, pero jamás pude, siempre tuve miedo de lastimarte. Aunque te quiero muchísimo Nell.

[11:31 pm] nell: hubiera preferido saber la verdad desde el comienzo pero bueno, ya está, me voy a dormir, descansa, besos

[11:32 pm] Tomás: Me siento un idiota, en verdad ni se porqué estoy con ella si ni siquiera siento algo. En fin, buenas noches.

Visto a las 11:32 pm

*Fin de la comunicación*

Cerré la aplicación con el último mensaje de él,  y luego activé la alarma para el otro día. Dejé el celular en la mesa de luz, y cerré mis ojos. El pecho se me estremecía, un nudo en la garganta me ahogaba. -Quiero salir a caminar, aunque sea de noche; que el frío me arda y me encienda las ganas de no volver nunca más, pero estoy muy cansada. –Pensé, y a los pocos minutos me dormí.

Un viaje al tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora