Capítulo 61

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Me marcho dejándole con la palabra en la boca, de verdad, que no quería escucharle más. No quiero estar cerca de él. No quiero que me haga daño. Él dice que es lo último que quiere pero, ¿acaso no lo hizo? ¿acaso no lo pensó al utilizarme de esa manera?
Llego a casa y evito hablar con mis abuelos, quienes me miran extrañada pues últimamente siempre llegaba con un sonrisa gracias a Jimin. Me encierro en mi pequeña habitación, me tiro en la cama bajo las sabanas de pies a cabezas, queriéndome sentir segura, protegida de alguna manera, sollozo bajo, dándole vueltas a todo. Mi vida ha cambiado totalmente. Todo ha dado un giro que, ahora, me hubiera gustado que siga como antes.
Cuando yo veía a Jimin como uno más, un chulo prepotente que no merecía mi atención aunque a veces la conseguía, cuando todo con las chicas era divertido, ahora estamos bien, pero ¿hace cuanto no salgo con ellas? Cuando mis padres estaban bien, en casa, incluso antes de que estuviesen en el paro y nuestra situación económica era mejor.
Cuando mi vida era más fácil.

- Cielo, ¿pasa algo? - me pregunta mi abuela desde detrás de la puerta, paro de llorar rápidamente y me incorporo en la cama- déjame pasar, anda- dice intentando abrir la puerta
- Espera ya te abro- le digo levantándome de la cama, antes me miro en el espejo y noto que mis ojos están rojos, se nota que he llorado suspira profundamente antes de abrirle con una sonrisa- ¿Qué pasa, abu?- le pregunto como si nada

Ella me mira con una ceja enarcada y entra a la habitación, se sienta en la orilla de la cama y desde allí me llama con cariño en la mirada, me acerco tímida y me siento en el suelo delante de ella, presiento que sabe lo que me sucede y yo no tengo ánimos para hablar del tema.

- Eso lo debo de preguntar yo. ¿Qué ha pasado?- dice acariciándome la mejilla, yo reprimo las ganas de llorar de nuevo
- Nada... es que- me encojo de hombros porque no puedo seguir hablando y me seco las lagrimas. Mi abuela no dice nada, simplemente me abraza, estrechándome fuerte entre sus brazos, como si supiera que necesito ese abrazo, sin necesidad de un "todo irás bien" porque me lo transmite, y me lo creo.
- Hay más peces en el mar- me susurra al oído, la miro confusa y entonces lo entiendo, al pensar en su frase me sale una mueca.
- Ya... pero él era mi tiburón- susurro muy bajo, más para mi misma que para ella
- Esto te parecerá que es lo que dice todo el mundo, pero... si de verdad siente algo por ti, vendrá.
- No, abuela. No al menos después de lo que le hice- dice mordiéndome el labio para evitar llorar
- El amor todo lo perdona. Si no, créeme que tu abuelo y yo, no estaríamos juntos.
- Es diferente abuela, él no me quiere, nunca me ha querido y nunca me querrá. - sentencio dolida
- ¿Cómo puedes estar tan segura? - yo le miro atenta mientras ella permanece serena y acariciándome el pelo
- Porque si me quisiera, no me lastimaría.
- ¿Sabes una cosa, cielo? Tu abuelo también me lastimo y mucho. - la abuela mira al frente, pero sé que no mira nada que este en mi habitación, sino sus recuerdos y sonríe con añoranza- él era el típico chico vago, que no estudiaba, que se la pasaba en la calle de fiesta, que bebía y fumaba, ya sabes, ese tipo de cosas que hoy en día hacen muchos jóvenes y no solo un pequeño grupo como en mi época. - entonces rió- yo tampoco era una santa, era rebelde y al conocerle me deje contagiar más de él, pero nunca llegue al extremo de drogarme o ese tipo de cosas. Solo me la pasaba bien y era feliz junto a él.
- Y entonces, ¿Por qué dices que el abuelo te hizo daño?
- Porque le era imposible serme fiel- dice con cierta tristeza y entonces sonríe- lo llegue a pasar muy mal, yo siempre le perdonaba, hasta que un día me canse. Y en ese momento el abuelo se dio cuenta de todo lo que me quería. - hizo una pequeña pausa y suspiro profundamente- me marche a Tenerife, allí conocí a nueva gente y estaba comenzando a ser feliz, pero entonces, un año después, él apareció en la puerta de mi casa con un ramo de flores.
- Guau abuela, eso es muy bonito y dice mucho del abuelo- digo con una sonrisa al imaginármelos
- Si, pero no te creas, le hice rogar- dice riendo y guiñándome un ojo
- Pero al final caíste en mis fuertes brazos de nuevo- dice el abuelo desde el marco de la puerta totalmente erguido y con una sonrisa de superioridad y orgullo
- Bah, tonterías- dice la abuela haciendo un gesto con las manos de quitarle importancia- me diste pena - yo me echo a reír por la cara que se le quedo al abuelo y la abuela se acerca a él con una sonrisa coqueta y le da un piquito, me mira y me guiña un ojo- quizás tu tiburón- dice sonriendo pícara- ahora se de cuenta de lo que ha perdido. Y si es un hombre de verdad, te recuperará. - dice antes de salir con el abuelo detrás pidiéndole comida

Me quedo pensando en las última palabras de mi abuela. Sonrió por un momento, me encantaría que pasase, que mi reconciliación con él fuera tan bonita como la que parece tuvieron mis abuelos, pero eso solo es un sueño. Puede que simplemente Jimin no me quiera recuperar, que yo no signifique nada para él.

Y así....el tiburón se enamoró del pececito. Jimin y ___(1° Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora