Capítulo 83

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Siento que muchas cosas cambiarán este verano. Mi vida cambiará drásticamente. Mi padre ya no esta, mi madre esta destrozada, mi amistad con las chicas siento que cambiará, no será como todos los veranos, nos íbamos juntas a los pueblos de cada una a pasar dos semanas. Ya eso acabo.
Miro las cuatro paredes de mi habitación, en blanco, quizás debería estar en negro, porque es como me siento ahora. Una semana. Ya ha pasado una semana de la muerte de mi padre. No he parado de pensar en él y en lo poco que he estado a su lado en los últimos meses.
Mis abuelos se marcharán pronto y me han propuesto irme con ellos al menos durante el verano, pero me he negado. No quiero estar en el lugar en el que se crió mi padre. Y tampoco quiero estar lejos de mi madre. Ella me necesita, a pesar de que en los últimos días no hemos tenido mucha comunicación, ella ni siquiera sale de la habitación.
Con Jimin... ya lo he perdonado. No quiero tenerle rencor, porque me ha demostrado que no lo merece, que esta arrepentido y aunque al recordar lo que me hizo me da rabia, después pienso en todo el apoyo que he tenido de él, me esta apoyando como nadie, esta pendiente de mi pero sin llegar a agobiarme.
Me levanto de la cama y voy a la cocina para comer algo. Pero no hay absolutamente nada, solo un poco de leche y queso, cierro de un portazo la nevera. Encima esto, parece que nací para sufrir.

- Cielo- me llama la abuela- ¿tienes hambre?- me pregunta parada desde la puerta.

Yo la miro enfadada, pero no con ella sino con el mundo, suspiro y niego con la cabeza y vuelvo a mi habitación dejándola con la palabra en la boca, incluso con ellos he perdido comunicación, estamos todos sumergidos en nuestro dolor, en nuestros recuerdo de mi padre.
Suena mi móvil, en el que ni siquiera tengo saldo por lo que no puedo hacer llamadas ni enviar mensajes, miro la pantalla, es Daniel, que me ha llamado cada día e intenta quedar conmigo, pero cuando me da la gana de cogerlo me niego a salir de casa. Alejo el móvil de mi dejándole sonar una y otra vez, hasta que para, unos minutos después vuelve. Lo apago, no deseo hablar con nadie.
Ahora deseo estar sola. Simplemente sola mientras las lagrimas bajan sin parar por mis mejillas.

Y así....el tiburón se enamoró del pececito. Jimin y ___(1° Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora