Damien Bennett
Cuando naces no sabes la razón de como haz llegado al mundo, si en los planes de tus padres estaba el crearte, si tu madre quedo embarazada sin desearlo, si tu madre había sido violada... tal vez. No sabes si en la vida vas a llegar a sufrir, si vas llorar, reír o si seras feliz. No sabes absolutamente nada hasta que creces, entonces conoces y experimentas todo aquello.
Porque nuestras vidas no han sido previamente escritas.
Desde que hace un par de años Inicié en el mundo de peleas ilegales, peleaba para los gemelos Clayton los cuales eran dueños de uno de los bares más recurridos en Colchester. Las peleas se realizaban en la parte trasera de dicho bar en un entorno tan cerrado que los asistentes son pocos, no pasan de 100 personas por jornada.
Las peleas como tal no son ilegales, lo que está al margen de la ley son las apuestas y yo lo sabía bien, pero si no había apuestas no había dinero, obviamente. Sabía que no siempre podría vivir de esto, así que continúe estudiando y después de graduarme en la preparatoria ingrese a una buena universidad en mi pueblo.
Ahora estaba en mi último año como estudiante de leyes, me encontraba cerca de terminar con mi vida de gamberro .
Contemple a mi madre quien se encontraba tumbada en su cama, se veía tan pálida más pálida de lo cual era su piel normalmente. Sus ojos celestes claros se veían tristes, cansados, mechones de su cabello color rubio trigo salían de el pañuelo atado en su cabeza. Mi madre estaba terriblemente casada de las quimioterapias, yo también lo estaba, estaba cansado de esta vida tan miserable en la cual nos encontrábamos.
— El doctor dijo que está desapareciendo mamá, necesito que resistas un poco más, tienes que verme graduando me y tienes que ver a lily el día de su boda — Mi madre sonrió y apretó mi mano tan fuerte como pudo.
— Lo haré hijo, voy a salir de esta y te veré recibiendo tu título lo prometo, en cuanto a lily bueno ella apenas tiene 8 años, espero vivir mucho tiempo para verla feliz también — su voz sonaba débil y serena, pero su sonrisa me daba tantas esperanzas.
— Lo harás mamá, lo harás — dije tratando de mantener mi voz fuerte, aun así sentía un enorme nudo en ella.
Mi madre había sido diagnosticada con cáncer tres años atrás, el cáncer se iba y regresaba, tratamiento tras tratamiento.
Ella tuvo que abandonar su trabajo, y yo tuve que conseguir uno que cubriera todos los gastos, un trabajo que me diera suficiente dinero que pudiera pagar bien la enfermedad de mi madre y la escuela especial de mi hermana pequeña. Lily era sorda de nacimiento, ella es tan parecida a mi madre, rubia y con hermosos ojos celestes. Ambos éramos de diferentes padres.
El padre de lily había sido un completo cobarde al abandonar y engañar a mi madre, ella lo amaba.
Mi padre había sido más que eso, abusando de ella a la edad de 17 años, robando su inocencia. Sin embargo ella me tuvo, ella no fue una cobarde. Ella fue valiente y decidió tenerme, mamá era mi héroe y no la dejaría morir, me ocuparía de todo como ahora y todo estaría bien.
Entre en el cuarto colorido de mi hermana pequeña.
— vamos hermosa debes dormir es tarde — hice señas para ella y mientras que contestaba con un puchero.
—No quiero que mamá se valla — respondió ella con sus manos.
— Ella no se irá lo prometo ahora duerme, mañana tenemos que ir a la escuela — resignada cubrió su cuerpo con su edredón rosa palo y me dio una pequeña sonrisa.
— Te amo Damien eres mi héroe — sus manos hablaron una vez más, al cerrando sus ojos bese su frente, la mire un minuto y fui a dormir.
— Son 180 euros, volveré al amanecer — informe a Margot la enfermera que había contratado para mi madre. Ella era joven, con tan solo 24 años ya era madre soltera, me recordaba mucho a mi madre en su juventud.
— Al parecer te ha ido bien no es así Damien? No has perdido ninguna de tus peleas desde hace tiempo— le di una mirada. Ella me veía con sus enormes ojos azul zafiro, rodeados de largas pestañas maquilladas.
— Todo ha ido bien, espero no necesitar de tus servicios médicos por un largo tiempo, tengo que ir a clases y llevar a lily al colegio, cualquier cosa llámame — Margot se despidió con una sonrisa y un hasta luego.
Yo era consciente de que ella coqueteaba conmigo todo el tiempo y no es que no me gustara, Margot es hermosa, sin embargo yo no tenía tiempo para amoríos. Tuve más cercanía a ella debido a que estuve necesitado de pedirle ayuda médica para curarme, pues no siempre ganaba en todas las peleas, así que le compartí mi secreto.
Deje a mi pequeña hermana en su colegio y conduje hasta la universidad, estaba retrasado así que corrí hasta llegar al salón de clases. Mi profesor de teoría política volteo a verme enfadado como era de esperarse.
— Porque siempre llega tarde a mi clase señor Bennett? — cuestionó. Todos miraban atentos esperando mi respuesta, como odiaba que la gente me mirara de esa manera.
— Me disculpo profesor Newton, había un tráfico terrible — el viejo Newton entre cerro sus ojos, no me creía y como iba el a creerme a mí, un chico el cual estaba repleto de tatuajes oscuros y tenía aspecto de matón.
— Lo que sea, tome asiento y por favor no llegue tarde en el futuro — tome asiento en uno de los primeros lugares vacíos y rápidamente pude sentir su mirada.
Sabía que esa chica estaba mirando me, siempre me miraba y era molesto, jodidamente molesto. Puse toda mi atención hacia el frente mirando directamente a mi profesor, pero aun así sentía su mirada sobre mí.
Mire de reojo y ahí estaba, pálida de ojos oscuros y cabello negro lacio, su nariz estaba invadida de pecas. Sabía su nombre. Amelia Ehrich, tenía descendencia alemana y su familia era de dinero. En el momento en que noto que la veía cambio rápidamente su mirada hacia el frente, siempre hacia eso cuando la atrapaba, al menos tenia pena, vergüenza, pues otras chicas en la universidad no conocían lo que eso era, ya que llegaban directo a mi coqueteando y tratando de conseguir mi número. En cambio Amelia nunca se acercaba a mí, ella solo me observaba, siempre.
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EL HIJO DEL MAL ⊕
Teen FictionDamien Bennett es muchas cosas.. Hermoso, inteligente, frío. Siendo el producto de una violación, con una madre soltera y una hermana sorda. Su vida era todo menos fácil, recurriendo a un trabajo que no era considerado totalmente legal pero qu...