Capítulo 3

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Damien Bennett


EL día que mi madre se enteró que peleaba por dinero dijo que se sentía desilusionada de mí, aunque que rápidamente al decirlo se echó a llorar y se disculpó.

Esto lo haces por mí, recibes golpes por nosotras, es por mi maldita enfermedad, lo siento tanto hijo mío. Había dicho.

No quería verla sufrir más, bastante ya había padecido ella en su niñez.

Necesito que te concentres está noche las apuestas están altísimas, hay un hombre podrido en dinero que está apuntando hacia a ti, es extraño ya que jamás lo habíamos visto por aquí, pero si ganas vas a llevarte buen dinero a casa — Arthur Clayton es quien está hablando me.

Espero que no esté tratando de comprar me para que sea su peleador, sabes que no voy a moverme de aquí y sabes también que este es mi último año en esto — digo en tono frío y serio. Los gemelos clayton rondaban los 40 años, Arthur era el más manejable, pues Albert era un hombre sumamente duro, lo contrario de su gemelo.

Aun no se lo he dicho a Albert sé que va a ponerse furioso, pero haré que lo entienda. Eres un buen muchacho Damien y tu familia te necesita limpio — dice por último antes de dejarme solo en la pequeña estancia, inclusive el bar tenía una estancia para que los luchadores nos preparáramos antes de cada combate.

Normalmente siempre tienes cara de pocos amigos, pero hoy tu cara luce peor que eso Bennett — sonó la voz de Mario tras de mí, me gire para verlo quien es unos centímetros más alto que yo, también más robusto, con hombros más amplios.

La mierda en mi vida, ya sabes lo de siempre hermano — Mario dio un silbido y asintió con la cabeza.

Aún es temprano por que no vamos a la barra por algo que nos relaje las neuronas? anda vamos — cedí y fuimos hacia la otra parte del lugar.

Eran apenas las 7 de la noche y el bar apenas comenzaba a llenarse seguramente la fila afuera esta noche sería interminable, a pesar de ser un jueves.

Scott sirve nos algo fuerte chico — indicó Mario a uno de los barman.

Voy a casarme en unos meses — soltó de repente.

Vas a casarte, Hablas en serio? — pregunte sorprendido, Mario era todo un don Juan, no podía creer que alguien por fin lo había cazado.

Sí. lo se estas cuestionando te como un tipo con mi reputación va a contraer matrimonio, pero estoy muy enamorado de ella así que en cuanto estemos juntos voy a retirarme y pondré un negocio con el dinero que tengo ahorrado — mire sus ojos en cuanto hablo de ella, la forma en que lucían y entendí que el estaba hablando muy en serio.

Pues entonces felicidades, brindemos por eso al menos — dije levantando mi bebida y estrechando ambas.

Y tú qué me dices, que tal vas con esa enfermera que viene al rescate por ti? Es muy sexy — negué rápidamente.

Margot es solo la enfermera de mi madre y la mía cuando llego a requerir lo, no tengo nada con ella — Mario entre cerro los ojos. No me creía.

EL HIJO DEL MAL ⊕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora