Damien Bennett
Estaba enojado con todo, con la pelea que había ganado, con esa maldita sensación que sentía al recibir el dinero. Todos esos apostado res eran delincuentes el dinero estaba sucio, yo lo estaba al tomarlo.
En cada noche que me enfrentaba a alguien me sentía de esta manera, furioso y decepcionado de mí mismo.
En un segundo estaba en mi auto y al otro ya estaba parado frente a esa chica pálida como un fantasma pidiendo el que se alejara de mí, dejando le claro que no estaba interesado. Pero entonces ella se río y argumento diciendo que se encontraba ahí solo por el trabajo. Si te veo en la universidad pero mírate, todos siempre están viéndote. Había dicho ella.
Tenía razón ellos me miraban todo el tiempo, porque estoy sucio y jodido para todos esos niños ricos, para todos esos profesores élite que me miran como mierda. Cuando las chicas se acercaban a mí, eran esas tipas rebeldes con tarjetas de crédito negras y más que dispuestas para que las follara. Porque las chicas buenas no me pedirían mi número jamás.
Llegue a nuestro pequeño apartamento pasadas la 3 de la madrugada, solo dormirá 3 horas antes de ir a clases y alistar a lily para su escuela.
— Ambas están descansado, tu madre estuvo muy tranquila y Lily lloro un poco pero logre hacerla dormir — Margot me informa en cuanto entro, ella ya está con su bolsa en mano lista para irse, voy a ofrecerme a llevarla pero ella habla primero.
— Ya he llamado a un taxi tu ve a dormir aunque sea un poco, nos vemos más tarde — entonces ella se marcha y yo me hundo en mi cama perdiéndome por un momento de este mundo.
— Vas a irte está noche, siempre te vas — las manos de Lily se movían mientras la exprecio en su carita era triste, haciendo juego con sus ojos rojos e hinchados.
— Tengo que trabajar hermosa, pronto ya no me iré y me quedare junto a ti a jugar — respondí sintiéndome terrible.
— Mientes — señaló y me miró con los ojos de nuestra madre. Lily era apenas una cría, me necesitaba más cerca de ella, pero aún faltaba tiempo para alejarme de todo eso que me consumía.
Los días fueron pasando, mi madre no había tenido ninguna recaída, no estaba tan débil como días anteriores, inclusive comimos en nuestra pequeña mesa conviviendo un poco los tres juntos.
El fin de semana fue pesado, pero no había perdido ninguna pelea y tendría la fortuna de descansar de ellas unos días. Pelearía nuevamente hasta el sábado, el anterior hombre que había apostado miles de euros por mí, volvería.
Me mantuve solo en el lugar de peleas entrenando no había vuelto a ir al bar, no quería ver a esa chica en los alrededores pues me ponía de mal humor y no entendía realmente el porqué.
— Necesito que le dediques más horas al entrenamiento, estamos a dos días de tu próxima pelea y por si fuera poco vas contra Rocko, ese tipo es un toro es más del doble de tu peso — tenia frente a mí a Albert, mientras que yo entrenaba en pesas, él estaba aquí asegurándose de que yo estuviese cumpliendo con el entrenamiento.
— Tendré todo bajo control Albert — le asegure y el negó con su cabeza.
— Esto no es el puto boxeo, aquí nadie pelea por peso, van a ver tipos que sean el triple de lo que eres ¿aun así tendrías todo bajo control? —Albert era jodidamente molesto, negativo e impaciente.
— Daré todo para esta pelea, confía en mi — dije dando una profunda respiración. Me encontraba en forma y preparado, siempre lo estaba.
— ¿Quién es ese tipo que apuesta tanto dinero? ¿Lo conoces? —pregunte.
— Por supuesto es un mafioso Italiano, Alessio Caruso es peligroso como la muerte, pero prometió solo venir por las apuestas. El quedo fascinado contigo y al parecer está reclutando personas aquí en Londres, pues está planeando un gran negocio de trata de blancas. Pregunto si podrías estar interesado en unirte a él, pero le dije que tú no te metes en esas cosas — limpio el sudor de mi cara y observo al gemelo Clayton. Puedo intuir que él ya está embarrado en ese negocio, en esa mierda.
— Estas en lo cierto yo no me mezclo en esas cosas, además solo pelearé este año no sé si Arthur te lo dijo — su expresión cambia por completo.
— Ya hablaremos de eso después — dice antes de irse. No había nada que hablar, yo saldría de aquí.
— ¿Deberíamos embriagar nos? mi novia trabaja hasta muy noche — me propone mi amigo quien está saliendo de ducharse,
— Tengo a alguien esperando por mí — respondo y rápidamente el ríe levantando su cejas.
— ¿Esa sexy enfermera? — pregunta.
— Mi pequeña hermana, prometí pasar más tiempo juntos, además de que tengo trabajos por hacer — hago una mueca en cuanto recuerdo los trabajos de la universidad.
— Está bien chico abogado, al menos acompáñame un momento al bar — término acompañando a Mario. Rápidamente inspeccionó todo el lugar y encuentro a esos ojos oscuros...Están mirándome y me pongo rígido en un segundo.
— Tranquilo no va a comerte, solo es una chica viéndote y es una valiente, está aquí a pesar de que un tipo como tú le dijo que se alejara — resoplo al recordar.
— ¿Puedes creer que me llamó prejuicioso? justo después de decir me qué todo mundo me miraba por la forma en que luzco. ¿Quién es el prejuicioso entonces? Solo es una niña rica jugando a ser pobre — digo con desprecio.
— Ahora mismo estas siendo prejuicioso. Acaso solo tú puedes tener necesidad? Además Viéndola bien es bonita, tiene una piel increíble — dice el, yo rápidamente protesto.
— No me interesa si es hermosa, no estoy buscando nada de eso — casi muerdo mi lengua al decir lo.
— Yo no dije hermosa — Mario señala y una estúpida sonrisa crece en su cara y quiero golpearlo.
— idiota. Me voy, nos vemos el sábado y no bebas mucho o tendrás problemas con tu prometida —digo por ultimo aproximando me a la salida, mi amigo me enseña su dedo endespedida. Imbécil
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EL HIJO DEL MAL ⊕
Teen FictionDamien Bennett es muchas cosas.. Hermoso, inteligente, frío. Siendo el producto de una violación, con una madre soltera y una hermana sorda. Su vida era todo menos fácil, recurriendo a un trabajo que no era considerado totalmente legal pero qu...