Adios...

120 10 2
                                    

Le digo a mi madre que tiene que ser fuerte, que coja todo lo que sea necesario.

-Voy a por lo que sea útil ¿Vale?

Asiente con la cabeza, coge a mi hermana de la mano y se va a la cocina.
Antes de que mi madre y mi hermana bajen las escaleras arrastro el cuerpo de mi padre hacia el jardín.
Lo dejo apoyada en el árbol que el cuidaba tanto como a nosotros.

-Te quiero...

Me giro y entro al salón, cierro la puerta acristalada.
Voy a la habitación de mis padres y abro la caja que tienen debajo de la cama.
Agarro una pistola negra y cinco recargadores con cincuenta valas cada una.
Agarro su cuchillo de guerra, lo miro con cuidado.
Como si fuera la cosa más bonita.
Cojo una funda, me rodeo la cintura con él.
Antes de meter la pistola y el cuchillo en la funda, recargo la pistola.
Por último voy a mi habitación, agarro la foto de mi familia, todos riendo.
Ninguno pensaba que iva a ocurrir algo asi.
Abro mi armario y meto ropa cómoda.
Mi corazón late deprisa, aparto toda la ropa a un lado.
Mi precioso arco negro eata apoyado en la pared.
Lo cojo y le quito el polvo.
Me coloco el carcaj a la espalda, en diagonal hacia mi hombro derecho.

-¡NICO!

Primero me pongo el carcaj a la espalda y luego la mochila.
Coloco una flecha en la cuerda y corro hacia la voz de mi madre.
Mi madre agarra a el zombie del cuello y evita que le muerda.
Tenso la cuerda del arco y apunto a la cabeza.
La cabeza es la clave.
La flecha impacta contra su cabeza, se retuerce unos segundos de dolor, su pecho deja de moverse.
Abrazo a mi madre.

-Casi...casi...

-Mamá, se fuerte, no te rindas, no con Michelle a tu cargo.Yo se cuidarme solo, solo cuida de ella.

Veo la mochila a rebosar de comida.

-Bien hecho- le ofrezco una sonrisa reconfortante.

Michelle entra en la cocina y corre hacia mi, cojo a mi hermana de la cintura y le tapo los ojos.
Mi madre se lleva el cuerpo a el jardin...Ohh no.
Le quito la mano de los ojos.

-Hola peque, ¿Todo bien?

-Los monstruos de afuera me dan miedo.

Mierda...Ya los vio...

-Michelle, esta todo bien, ahora haremos un viaje muy largo, te gustara, pero prometeme una cosa.

-¿Que es "prometeme"?

Las lagrimas resbalan por mis mejillas.

-Te lo explicara mami en el viaje, tú sólo...Quédate con ella, siempre.

-Vale.

-Te quiero Caperucita.

La llamo "Caperucita" por que "Caperucita Roja" es su libro favorito antes de dormir y le hace mucha gracia que la llame así.

-Yo también jeje.

Sonrió mientras lloro.
No es justo para ella...
No es justo vivir asi.

-¿Vas a tu habitación y cojes el libro que tanto te gusta?

-Si

Bajo a mi hermana y se va corriendo a por "Caperucita Roja"
Miro a mi madre a los ojos mientras entra, ha tardado, seguro que queria unos segundos con Nick.
Así se llamaba mi padre.

-Iremos al bosque, a la cabaña.

-Si vale...¿No deberias darme la pistola a mi?

-No sabes disparar.

-A...Cierto.

Mi hermana viene corriendo con el libro.

-Lo guardare en mi mochila y te lo leere cada noche.

Mi madre se coloca la mochila y agarra de la mano a mi hermana.
Antes de salir de casa, le doy el cuchillo de guerra a mi madre.

-El tambien queria que fueras fuerte.

Hace una mueca de dolor.

-¿Que le paso al garaje?-pregunto.

-Ya lo vi antes...Me imagino que nos habran robado el coche.

No les culpo....Hay gente que haria lo que sea por tener una via rápida de escape.
Nos reunimos en la puerta, mi madre carga con una bolsa (llena de medicamentos y comida), mi hermana agarrada de la mano de mi madre y yo con el arco.
Antes de salir, toco el tacto de una flecha...
Recuerdoa vienen a mi a la velocidad de la luz...Veranos tirando a dianas con mis amigos...
Coloco una flecha en la cuerda.

-Espera- Mi madre se agacha y le coloca una especie de venda para que no vea la atrozidad de hay fuera.
Abro la puerta, no puedo evitar apartar un poco la mirada.
A un par de metros un caminante esta devorando a una niña con un precioso vestido amarillo.
No lo pienso, me da igual que ya no se pueda salvar a la niña.
Cojo aire y suelto la cuerda, el caminante cae de lado dejando que las plumas negras de la flecha se vean.
Me giro y acelero el ritmo hacia el sendero que lleva hacia la cabaña del bosque de mi padre.
Parece que el fuego intenso de los edificios niegan a apagarse y inundan las calles de humo y ceniza.
La gente sigue corriendo y gritando, el ruido de un helicóptero hacen que sus miradas se dirigan al cielo.
Del helicoptero bajan cuatro escaleras con dos hombres en cada una.
Una de las escaleras aterrizan justo en mis pies.
Los hombres van vestidos de negro, uno agarra a mi madre de la cintura y el otro igual a mi hermana.

-¡¡NO!!- mi madre golpea a el hombre, agarra una inyección y se la clava en brazo.
La mochila que tenia mi madre me cae a mi lado.
No disparo porque podria darle a mi hermana o a mi madre.
Cargo una flecha y apunto al piloto del avion, tenso lo más posible el arco, la flecha atraviesa el cristal grueso y le da en el pecho a el piloto.
El helicóptero gira, rápidamente otro hombre ocupa el lugar y activa una metralleta que sale de la parte trasera.
El ruido de las balas atravesando a la gente es asqueroso y ensordecedor, tropiezo con las personas y caigo mirando al cielo.
Ya esta.
Se acabo.
Cierro los ojos y una lagrima resbala en mi mejilla.
El helicóptero se va hacia el norte.
Cuando me levanto estoy rodeado de cuerpos de personas.
Almenos más de ochenta personas estan tumbadas bañadas de sangre.
Todo por mi culpa.
Por soltar esa flecha.
Agarro la otra mochila y la cargo en un hombro.
Al caminar evito pisar los cadáveres, algunos no estan muertos, gimen de dolor o me piden ayuda.
Pero no puedo salvar a todo el mundo.
Un niño de unos cinco años llora agitando a una mujer de pelo rojizo.
Corro hacia el y lo abrazo.
Es un niño...Acaba de perder a su madre...Como yo.

-¿Porque mi mamá no se despierta?

-Se va a despertar y dentro de un rato la veras, pero tienes que venir conmigo a una casa muy bonita, allí no hay monstruos.

-¿Y mi mamá?

-La veras luego.

Me pongo el arco a la espalda y saco la pistola.
Le ofrezco mi mano al niño y me la agarra con fuerza.

-¿Como te llamas?- me pregunta.

-Nico...Me llamo Nico- digo mientras nos vamos hacia el sendero

Extincion humanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora